The Validity Of Classic Authors; Cicero As The Main Example

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1. Vigencia GEROKOMOS 30/05/13 11:43 Página 56Rincón científicoCOMUNICACIONES56Alfonso López PulidoDirector del IES-SIES Carpe diem (Chinchón-Colmenar de Oreja).Doctor en Historia (Universidad Complutense de Madrid).Licenciado en Filosofía y Letras (Universidad de Valladolid).Miembro H. del GIESHAM (Universidad de Los Andes).Profesor Invitado (Universidad Carlos III de Madrid y Universidaddel País Vasco).Correspondencia:Alfonso López PulidoIES Carpe diemC/ Álvarez Laviada, 3. 28370 Chinchón (Madrid)E-mail: alfonso.lopez.pulido@madrid.orgLa vigencia de los clásicos:el ejemplo de CicerónThe validity of classic authors;Cicero as the main exampleRESUMENSUMMARYEl presente estudio insiste en la plena actualidad de las obras quenos ha legado la Antigüedad clásica. El De senectute es un claroejemplo del tratamiento de modernos conceptos como el deadaptación o las pérdidas fisiológicas ligadas a la edad, hace yamás de dos mil años, de forma tal que esta obra constituye elprimer manual de gerontología.This study emphasizes the topical works bequeathed to us byclassical antiquity. De senectute is a clear example of the moderntreatment of concepts such as adaptation or physiological lossesassociated with age, for more than two thousand years, so that thiswork is the first textbook of gerontology.KEY WORDSSeptenary, elderly, happiness, physiological.PALABRAS CLAVESeptenario, vejez, felicidad, fisiológico.INTRODUCCIÓNMarco Tulio Cicerón escribe su obra De senectute —Sobre la vejez—,durante las primeras semanas del año 44 a. C., compaginando suelaboración con la del De divinatione. Se la dedicó a su amigo TitoPomponio Ático, que acababa de cumplir 65 años, y se la enviópoco tiempo después de la muerte de César. En estos momentos,Cicerón cuenta con 62 años y se aproxima a cumplir el sexagésimotercer año de su vida: el número mágico. En la Antigüedad, lasedades del hombre se distribuían en periodos de siete años, losseptenarios, lo cual se debía a que el número siete era sagrado:cuatro más tres —cuatro, por los elementos primigenios (aire,fuego, agua, tierra) y tres como representación de la divinidad(Zeus, Hera y Atenea/Júpiter, Juno y Minerva)—, de ahí el cúmulode series de siete miembros: los siete días de la semana; los sieteplanetas del Sistema Solar —el Sol, la Luna, y las consideradas comolas cinco estrellas errantes: Mercurio, Venus, Marte, Júpiter,Saturno—; las siete esferas celestes; las siete maravillas del mundo;los siete sabios de Grecia; las siete colinas de Roma; y en la Bibliaes el número perfecto por antonomasia: las siete vacas gordas y lassiete flacas; los siete años de abundancia y los siete de escasez; lassiete plagas; el candelabro de los siete brazos; setenta veces siete;las siete copas, las siete trompetas, los siete ángeles y los siete sellosdel Apocalipsis, por citar solo los ejemplos más ilustrativos.Un claro ejemplo de ello lo encontramos en una obra que elgrammaticus Censorino compuso en torno al 250 d. C., titulada Ellibro del cumpleaños. Este volumen se lo dedicó a su patrono, QuintoCerelio, con motivo de su cuadragésimo noveno cumpleaños, fechaespecial dado que culminaba su séptimo septenario, precisamenteel resultante de multiplicar siete por siete. Censorino trata deanimar a su protector, haciéndose cargo de que cumplía, según lasideas de la época, una edad delicada. Para ello realiza unadescripción de las distintas fases que conducen al nacimiento y delas diferentes edades de la vida humana, aportando, además,numerosos datos sobre la vejez (1).En relación a los 63 años, la culminación del novenoseptenario, debemos indicar que solía entenderse como el últimoperiodo vital en el que podía estarse en unas condicionesaceptables, puesto que, al llegar a los setenta años, en el siguienteseptenario, sólo quedaba esperar la muerte:«(1) En muchas memorias de hombres se ha observado ycomprobado que para casi todos los ancianos el sexagésimo terceraño de su vida viene con algún peligro y desastre de enfermedadgrave del cuerpo, o de fin de la vida, o de una indisposición delánimo. [.] (3) También la noche pasada, cuando leíamos el librode Cartas que el divino Augusto escribió a su nieto Cayo [.] enuna carta encontramos escrito eso sobre ese año: “[.]espero quealegre y en buena salud hayas celebrado mi sexagésimo cuarto díanatal. Como ves, hemos escapado al sexagésimo tercer año,κλιμακτηρ (climaterio) común de todos los ancianos, y ruego alos dioses que, cuanto tiempo nos quede, nos sea lícito pasarloestando nosotros sanos, [.]”»(2)1.Vemos que la elección de la fecha no es un tema banal, sino quese escogió pensando en sus efectos.Esta obra, este clásico de la literatura universal, que es unauténtico manual de gerontología, es también la única latinadedicada en su integridad a los ancianos y representa un hito1Aulo Gelio, Noches Áticas, XV, VII.GEROKOMOS 2013; 24 (2): 56-6257

1. Vigencia GEROKOMOS 30/05/13 11:43 Página 57López Pulido A.: LA VIGENCIA DE LOS CLÁSICOS: EL EJEMPLO DE CICERÓNsalud desde una perspectiva que se nos presenta como unaapología de la propia vejez, destacando sus ventajas y lasposibilidades de alcanzarla y vivirla en las mejores condiciones defelicidad. El carácter apologético se centrará en rebatir la noción, aúnpresente en nuestros días, de que ancianidad y enfermedad debenentenderse como términos sinónimos y en combatir la idea fatalistade que las limitaciones inherentes a la edad presuponen una barrerainsuperable a la hora de conseguir una buena calidad de vida. Estepropósito optimista que guía toda la obra aparece ya desde el inicio:“Mi intención es liberarte [.] de la vejez inminente”(6)3.58ASPECTOS PRELIMINARESTítuloLa obra ha recibido diversas denominaciones. La más empleada yconocida es la que indicaba claramente el tema del que trataba: Desenectute —Sobre de la vejez—. Otra forma, de raigambre platónica,era la de titular los diálogos con el nombre del protagonista ennominativo: Cato Maior —Catón el Viejo (7)4—, siendo frecuente,además, la suma de esta fórmula con la primera que mencionamos:Cato maior de senectute.esencial en la historia de la edad provecta, sobre todo por suargumentación, por la calidad de su estilo y por el lugar que ocupaen la literatura. En cierto modo, causa perplejidad que el mundoromano, tan severo con los ancianos, haya generado esta sublimeapología de la vejez, única en muchas de sus aportaciones (3).Y es importante por varias razones que vamos a exponer. Así, lamayor parte de las reflexiones que aporta son de una granmodernidad. A pesar de no ser, ni pretender serlo, un textomédico, recoge elementos y recomendaciones no solo muyactuales, sino también escasamente atendidas por muchos de losque escribieron sobre estas cuestiones en los siglos posteriores, loque nos puede llevar a pensar que Cicerón constituye quizá elprimer antecedente histórico de la gerontología social (4), y es quesu libro tiene bastante de gerontología y muy poco de geriatría yen él se muestran dos ideas fundamentales: la de luchar por unavejez más saludable y la de difundir el cómo hacerlo. Estas dosideas han dado lugar a que esta obra haya constituido un referentehistórico para buena parte de los autores que se han ocupado de lavejez con la intención de minimizar todos los problemas propios deesta etapa de la vida, ya que nos transmite una serie de consejos quetienen como objetivos los de mejorar la calidad de vida del anciano,evitarle sufrimientos y permitirle llevar a cabo una vida más plena entodos los sentidos (5). Por ello, se observa en este tratado unavoluntad pedagógica, con carácter de texto educativo, siendo susrecomendaciones perfectamente aceptables en la praxis gerontológicaactual, lo cual queda plasmado cuando los protagonistas manifiestan:“[.] pudiéramos aprender de ti antes con qué argumentos nos sería másfácil soportar una edad que ya va haciéndose notar” (6)2. Asimismo,incorpora comentarios, recomendaciones y ejemplos relativos a la2Cicerón, Sobre la vejez, II, 6.ArgumentoNos encontramos ante un tema, el de la vejez, que ya, en laAntigüedad, constituía un tópico literario, aunque en realidad norecibió mucha atención. Puede sostenerse que arranca del propioHomero cuando, en la Ilíada y en la Odisea, nos presenta ancianosvenerables, sabios y respetados, como Príamo, Laertes o Néstor, y,a la par, se refiere a la ancianidad con adjetivos como funesta oabominable. Hesíodo tampoco se queda atrás, ni el teatro o lapoesía satírica y la elegíaca, donde las escasas alusiones suelencentrarse en el motivo de la vieja presumida o el viejo enamorado.En el mundo romano, también persiste una visión negativa y3Cicerón, Sobre la vejez, I, 2.“Yo debería leer muchas veces el Catón el Mayor que te mandé, pues la vejez mehace más acerbo; todo me produce irritación. Pero yo ya ‘viví mi vida’; allá los jóvenes”,Cicerón, Cartas a Ático, 375 (XIV 21), 3.4GEROKOMOS 2013; 24 (2): 56-6257

1. Vigencia GEROKOMOS 13/06/13 11:41 Página 58López Pulido A.: LA VIGENCIA DE LOS CLÁSICOS: EL EJEMPLO DE CICERÓN58dramaturgos y poetas como Plauto, Cecilio Estacio, Ovidio,Horacio, Marcial o Juvenal, afilaron su pluma contra los ancianos,burlando el prestigio que la ideología y el derecho romanos lesatribuían (8).Si en la literatura su presencia era escasa, en el campo de lafilosofía no lo era menos, dado que, partiendo de Aquiles, seglosaban las mieles de la juventud: el placer, el vigor, la muertegloriosa. Encontramos reflexiones aisladas en Jenofonte, Platón oAristóteles, a las que podríamos sumarles las referencias sobreobras perdidas de Aristón de Ceos o Varrón, pero también escierto que algunos llegaron incluso a teorizar sobre la senectud enobras que no se nos han conservado: Libro de la longevidad, deFlegonte, El Antímaco o los ancianos, de Fedonte, o las dos obrastituladas De la vejez, de Teofrasto y de Demetrios de Falero.La ausencia de un gran número de fuentes a las que acudir, alser un tema deslucido y muy poco presente en el mundo literario,así como el tratamiento tan negativo de la vejez, llevan a plantearque Cicerón escoge este asunto porque ve en él una forma debuscar sosiego y calma [6]5, no sólo ante la ancianidad sinotambién en relación a su difícil posición política, ya que, dehecho, sería asesinado un año después. Por ello, la obra tendríaque incluirse en el género de la «consolación filosófica», bastantefrecuente en la literatura latina como medio de aliviar el pesar antelas desgracias —condenas, muertes, destierros.— y debemosresaltar que su finalidad se vio cumplida (8).Además, se aprecia en su composición una reacción contra lasposturas pesimistas y vitalistas de los poetas neotéricos de sugeneración, en especial de Catulo. Así, Cicerón rebate los tintesnegativos con los que la vejez está siendo retratada en las obras deestos poetas y lo hace desde un planteamiento claramente filosófico,que le lleva a afirmar que la ancianidad es una etapa placentera de lavida (9). Para ello emplea su soberbia erudición histórica y literaria, ynos muestra a aquellos grandes genios de la filosofía y de la literaturagriegas, a las figuras más señeras de la literatura latina de la épocaarcaica y a todos los personajes de la historia romana que, más omenos idealizados, según su antigüedad, eran siempre mencionadosen la historiografía y en la oratoria, que apoyan sus tesis o comoejemplos de vejez floreciente. Sobre todos ellos situará a Catón elViejo para demostrar sus ideas: la vejez no es sinónimo de invalidezcuando se ha llevado una vida activa y noble (8).PersonajesSe trata de un diálogo, ambientado en la primera mitad del sigloII a. C., en torno al año 150, entre personajes históricos muyadmirados por Cicerón: Catón el Viejo, de ochenta y cuatro añosde edad y aún en pleno uso de sus facultades, y dos políticos alcomienzo de su plenitud política, Publio Cornelio EscipiónEmiliano —más tarde llamado el segundo africano, el conquistadorde Cartago y de Numancia—, de treinta y cinco años y su amigoLelio, de cuarenta. Ambos, le expresan al anciano la admiraciónque sienten por la vitalidad que demuestra a una edad tanavanzada, y el senecto, que monopoliza el uso de la palabra en lamayor parte de la obra, les va desvelando su concepción sobre lavejez (10). Esta característica era muy propia de Cicerón, queponía gran esmero al escoger la ambientación histórica en la quesituaba sus diálogos y en la selección de los personajes. Tenemos5“Por otra parte, la escritura de ese libro me ha resultado tan placentera que no soloha disipado todas las molestias de la vejez, sino que la ha convertido también en algodulce y placentero. Pues nunca podrá ser alabada como se merece la filosofía, ya que quienla obedezca podrá pasar toda su vida sin molestia”. Cicerón, Sobre la vejez, I, 2.59varias obras en las que el propio Cicerón conversa con sus amigos—como es el caso de las Tusculanas—, mientras que en otrasutilizaba el artificio de distanciar históricamente la discusión,colocándola ficticiamente unas generaciones atrás, para que losprotagonistas fuesen figuras especialmente respetables en la memoriade todos (11). Cuando el diálogo se ambientaba en el pasado y,dado que no era posible que Cicerón pudiera participarpersonalmente, utilizaba a uno de los personajes como portavozprincipal, con el objetivo de darle autoridad y dignidad a la obra.En el libro que nos ocupa, Catón es el elegido para desempeñareste papel, debido a la admiración que despertaba por lo bien quehabía llevado la vejez, y así se lo comenta el Arpinate a Ático en elDe amicitia —Acerca de la amistad:“Pero, como en el Catón el Viejo, que fue escrito para ti sobre lavejez, presenté a un viejo Catón razonando, porque ninguna personaparecía más apta para hablar de aquella edad que la de aquél quehabía sido viejo durante muchísimo tiempo y en la misma senectudhabía florecido por encima de los demás [.]” (12)6.A Cicerón no le faltaba razón ya que Catón el Viejo vivió 85años, llegando a una avanzadísima edad, y además de estalongevidad fue un político activo hasta el fin de su vida (3).Plutarco lo refería de la siguiente forma:“(24) [.] En su persona era de una complexión sumamentefuerte y robusta, con lo que pudo aguantar mucho, de manera queaun siendo ya bastante anciano usaba frecuentemente de las mujeresy contrajo un matrimonio muy desigual en cuanto a la edad [.] noabandonó a causa de la vejez los negocios públicos [.] sino al modoque hubo quien persuadió a Dionisio que la tiranía era el mejorsepulcro, de la misma manera, mirando él el gobierno como el mejormodo de envejecer, aún tuvo por reposo y por diversión en los ratos6Cicerón, Acerca de la amistad, 1.GEROKOMOS 2013; 24 (2): 56-62

1. Vigencia GEROKOMOS 30/05/13 11:43 Página 59López Pulido A.: LA VIGENCIA DE LOS CLÁSICOS: EL EJEMPLO DE CICERÓN60de vagar el componer libros y entender de las labores del campo. [.](25) [.] procurando hacerse afable y congraciarse no sólo con los desu edad sino también con los jóvenes, para lo que tendía los mediosde hallarse con muy varios conocimientos, y haber presenciadomuchos negocios y casos dignos de referirse”. (13)7.59Además de todo lo expuesto, Cicerón llevará a cabo unaingente tarea en la que se identificará con Catón, haciendo queéste expusiera su propia idea de la ancianidad, llegando incluso adecir: “cuando leo las cosas que escribí me llego a creer a veces que esCatón, y no yo, el que habla” (12)8. Hubo muchas coincidenciasbiográficas entre ambos, pero una gran diferencia, ya que aCicerón, aunque la anhelase, todavía no le era posible presumir deuna larga y activa vejez. Quizá uno de los medios que empleó paralograrla fue este diálogo, pero de nada le sirvió (8).ESTRUCTURA Y DESARROLLOLa forma dialogada. Introducción del temaEl diálogo es la forma literaria más adecuada para expresar su saberpráctico, el ético y político. El empleo de este género no sólo es untributo hacia su admirado Platón, sino que también lo empleapara intentar disimular sus propias opiniones y buscar la soluciónmás probable. Además, presenta una estructura que permiteconfrontar opiniones y dejar cierta libertad al lector, que puedeseguir el argumento hasta su conclusión, aunque sea el escritor elque dirija la discusión (11).A pesar de que nos encontramos con una obra que enaltece lasenectud, el diálogo comienza señalando que Catón es unaexcepción, pues en la vida corriente los ancianos son desgraciadosy la vejez que nos muestra es una senectud ideal: la edad provectade un rico y culto propietario, de buena salud, conocido yhonrado, imbuido de la más alta filosofía para todos sus actos,“[.]suelo admirar, Catón, [.] el que nunca me diste lasensación de que para ti fuese pesada la vejez, cuando para lamayoría de los ancianos es tan odiosa que dicen soportar una cargamás pesada que el Etna” (6)9.Pero Catón piensa que los que critican la senectud no son muyjuiciosos, puesto que la mejor opción es saber aceptar con buenánimo todas las edades de la vida, viendo lo positivo que tienencada una de ellas:“[.] la culpa no está en la edad sino en las costumbres. Pues losancianos moderados, no exigentes y de buen carácter, pasan unavejez tolerable; en cambio, el fastidio y el mal carácter resultanmolestos a cualquier edad [.]” (6)10.Todo este comienzo representa una recuperación de Platón,concretamente de lo que manifiesta Céfalo en la República (14, 15),pero, a continuación, explica los casos de Quinto Máximo y deEnnio (6)11, que compara a los de Platón, de Isócrates y de Gorgias(6)12, todos ellos venerables ancianos plenamente satisfechos de suvejez, según la opinión más común.7Plutarco, Vidas paralelas. Marco Catón, 24-25.Cicerón, Acerca de la amistad, 4.9Cicerón, Sobre la vejez, II, 4.10Cicerón, Sobre la vejez, III, 7 .11Cicerón, Sobre la vejez, IV, 10.12Cicerón, Sobre la vejez, V, 13.8Núcleo conceptualPartiendo del poeta Ennio, que opinaba que los dos mayores maleseran la pobreza y la vejez, y del comediógrafo Cecilio, queconsideraba a los ancianos crédulos, olvidadizos y negligentes (6)13,Cicerón estructura la parte central de su obra en torno a cuatrograndes apartados que encierran todo aquello que reviste a laancianidad de un carácter negativo. En el desarrollo de los mismos,alterna con una considerable profusión de consideraciones de tipocostumbrista, relativas a coetáneos, mencionadas a modo deejemplos, una serie de elementos que tienen que ver directamentecon lo que hoy llamaríamos pérdidas ligadas al envejecimientofisiológico, así como multitud de consejos, muchos de los cualespueden perfectamente ser incluidos en cualquier manual actual deeducación gerontológica (5):«Pues bien, cuando lo medito en mi interior, encuentro cuatromotivos por los que la vejez puede parecer miserable. La primera,porque aparta de las actividades; la segunda, porque debilita elcuerpo; la tercera, porque priva de casi todos los placeres; la cuarta,porque no está lejos de la muerte. Si os parece bien, veamos quéentidad tiene y lo justa que es cada una de estas razones» (6)14.En primer lugar, refuta la idea de que la ancianidad hacedesaparecer la actividad y, para hacerlo, se centra en torno a unconcepto tan moderno como destacado, en la actualidad, por losestudiosos de los cambios psicológicos relacionados con elenvejecimiento, como es el concepto de adaptación. Así, asumiendoque el envejecimiento se asocia a una cierta pérdida en la condiciónfísica, el anciano deberá adaptarse a llevar a cabo otro tipo deactividades o dedicarse a otra cosa, porque es justamente unanorma de salud la de permanecer activos en la vejez, es decir,ocupados en algo, interesados en alguna cuestión, dueños de1314Cicerón, Sobre la vejez, XI, 36.Cicerón, Sobre la vejez, V, 15.GEROKOMOS 2013; 24 (2): 56-62

1. Vigencia GEROKOMOS 30/05/13 11:43 Página 60López Pulido A.: LA VIGENCIA DE LOS CLÁSICOS: EL EJEMPLO DE CICERÓNaumentan en la vejez. De esta forma, la ancianidad puede estardentro de las estructuras de poder y del engranaje social a travésde sus consejos y su experiencia. Así, lo que se observa en eldiálogo ciceroniano es que no existe una separación insuperableentre jóvenes y viejos, sino que hay una continuidad generacional,un trasvase de sabiduría por parte del anciano y una asunciónreverente, respetuosa y entusiasta, por parte del joven que valora yestima el consejo y la experiencia del anciano (10).A continuación, se opone a la creencia de que la senectuddebilita el cuerpo. En este segundo motivo, observamos una de lascuestiones llamativas de esta obra, a la que ya hemos aludido, y esla de que, no tratándose de un libro médico, incluye comentariosrelativos a la salud y los lleva a cabo desde una perspectiva en la quedestacan las ventajas de la ancianidad y las posibilidades dealcanzarla y vivirla en las mejores condiciones posibles. Para ello,nos proporciona multitud de recomendaciones y ejemplos. De estaforma, trata de postergar la idea fatalista de que las limitacionesinherentes a la edad conllevan una barrera insuperable a la hora deconseguir una buena calidad de vida, así como también rebate laidea, todavía sostenida por algunos en la actualidad, de quesenectud y enfermedad son conceptos similares (5). Además de loexpuesto, el autor le resta importancia al valor de las pérdidas quetienen lugar durante el envejecimiento en cuanto a la capacidadfísica, e introduce una serie de elementos de lo que podríamosdenominar como factores de riesgo o geriatría preventiva, a travésde los que detalla cómo debe lograrse:60alguna función en la sociedad (10). Y ello podemos relacionarlocon la actitud de algunos filósofos, que permanecieron activosdurante bastantes años y supieron enfrentarse a los problemas quesurgen a edades avanzadas, de forma tal que no cayeron en lainactividad y continuaron con sus ocupaciones habituales. Es más,ya comentamos más arriba, que algunos llegaron incluso a teorizarsobre la senectud en algunas de sus obras:“La vejez aparta de las actividades. ¿De cuáles? ¿Acaso de lasque se llevan a cabo mediante la juventud y las fuerzas? ¿Es que nohay actividades propias de la ancianidad que se realizan con lamente, a pesar de estar débiles los cuerpos [.]Y los que dicen quela vejez no es apta para gestionar cosas, no aducen nada; [.] Nohace las mismas cosas que los jóvenes. Pero hace cosas mayores ymejores. Las cosas grandes no se hacen con las fuerzas, o la rapidez,o agilidad del cuerpo, sino mediante el consejo, la autoridad y laopinión; cosas de las que la vejez no solo no está huérfana sino queincluso suele acrecentarlas. [.] ‘Ya, pero la memoria disminuye’.Estoy de acuerdo, si no la ejercitas o si es que eres lerdo pornaturaleza. [.] Sófocles compuso tragedias hasta una edadavanzada [.] ¿Acaso la vejez obligó a aquel a enmudecer en susestudios [.]? ¿Es que en todos éstos la dedicación a sus estudios noduró lo que su vida?” (6)15.Por todo ello, en nuestros días, los ancianos pueden aportarexperiencia, sensatez y capacidad de aconsejar, cualidades que15Cicerón, Sobre la vejez, VI-VII, 24.“Ahora no deseo yo las fuerzas de un joven más de lo que,siendo joven, deseaba las de un toro o un elefante. Hay queaprovecharse de lo que hay y, hagas lo que hagas, hacerlo segúntus fuerzas.[.] En conclusión: utiliza ese don (la fuerza)mientras lo tengas; cuando lo pierdas, no lo eches de menos,[.]Pues hay un curso determinado de la vida y un solo caminode la naturaleza,[.] y a cada parte de la vida le ha sido dada susazón. ¿Qué tiene de extraño en los ancianos si alguna vez estánenfermos, cuando ni siquiera los jóvenes pueden escapar de ello?[.] Es preciso llevar un control de la salud, hay que practicarejercicios moderados, hay que tomar la cantidad de comida ybebida conveniente para reponer las fuerzas, no para ahogarlas.Y no solo hay que ayudar al cuerpo, sino mucho más a la mentey al espíritu. Puesto que también éstos se extinguen con la vejez,a menos que les vayas echando aceite como a una lamparilla.[.] Así pues, la vejez es honorable si ella misma se defiende, simantiene su derecho, si no es dependiente de nadie y si gobiernaa los suyos hasta el último aliento. [.]Pues al que vive metido enestos estudios y trabajos no se le nota cuando le llega la vejez. Yasí la edad envejece poco a poco sin sentirlo y sin quebrarse degolpe, sino que se extingue con el paso del tiempo” (6)16.Se alude, de forma velada, al tema del dolor, diseminado endiferentes escritos ciceronianos, si bien donde tiene una total cartade naturaleza es las Tusculanas o Debates en Túsculo, cuyos librosII y III, de los cinco de los que consta la obra, están dedicados almodo de tolerar el dolor y a la forma de hacerlo llevadero. Es muynecesario resaltar que en las Tusculanas, al igual que en De finibus,acepta el dolor como una realidad y su empeño no es el deignorarlo, sino el de domeñarlo a través del entrenamiento, lafortaleza, el autodominio, el coraje y la razón, desprendiéndose detodo ello que el esfuerzo tiene como finalidad vencer al dolor,16Cicerón, Sobre la vejez, IX-XI.GEROKOMOS 2013; 24 (2): 56-6261

1. Vigencia GEROKOMOS 30/05/13 11:43 Página 61López Pulido A.: LA VIGENCIA DE LOS CLÁSICOS: EL EJEMPLO DE CICERÓN62“porque es el mayor de todos los males” (16)17 y “se ha de rechazar.¿Por qué? Es áspero, contrario a la naturaleza, difícil de tolerar, tristey duro” (16)18.Partiendo de que es plenamente consciente de que con elenvejecimiento la memoria se debilita, resalta la necesidad deejercitarla, con lo que coincide con las recomendaciones de lospsicólogos, geriatras, neurólogos o psicólogos actuales y, por ello,más adelante dará unos consejos para que sean mínimas lasconsecuencias de su deterioro: “[.]recuerdo por la noche lo quecada día he dicho, oído o hecho” (6)19. Pero se mantienen lascualidades naturales con el paso de los años, sobre todo el trabajoy el afán de saber, tanto en la vida pública como en el ámbitoprivado (6)20. Además, de la misma manera, insiste en que elanciano también debe mantenerse activo físicamente, ya que paraél, y en ello coincide con todos los expertos de nuestros días, éstaera una de las principales recomendaciones para tener una buenavejez. Para justificar esta toma de postura, le resta importancia alvalor de las pérdidas que tienen lugar durante el envejecimiento encuanto a la capacidad física.De esta forma, enlaza con lo que más tarde afirmaría Juvenal:la longevidad es consecuencia de los buenos hábitos alimenticios,del ejercicio físico y de los baños y de las unciones de aceite, yaque la salud del alma y la del cuerpo están estrechamente unidas:mens sana in corpore sano (17)21.El tercer motivo por el que la ancianidad era negativa eraporque privaba de casi todos los placeres. Ésta es, quizá, una de lascríticas más comunes que surgen y, por lo general, circunscrita alcampo de los placeres de los sentidos, cuando una de las mayoresventajas de la vejez es redimirse de esa esclavitud, de ese dominiode las pasiones, porque el placer es la mayor invitación al mal (18):“Sigue la tercera acusación contra la vejez: la que dice quecarece de placeres. ¿Qué excelente regalo de la edad si realmentealeja de nosotros lo que es más pernicioso en la juventud! [.] Portodo eso nada hay tan detestable como el placer, si es verdad queéste, cuando es demasiado grande y prolongado, extingue toda laluz del espíritu. [.] si no conseguimos despreciar el placermediante la razón y la sabiduría, debemos estar muy agradecidosa la vejez, que ha conseguido que no nos apetezca lo que no nosconviene. Pues el placer impide el buen juicio, es enemigo de larazón y, por así decir, ciega los ojos de la mente y no tiene ningunarelación con la virtud. [.]” (6)22.Por ello, tras pasar revista a los placeres que ya no se necesitanen la edad provecta, tales como los banquetes de comida y bebidascopiosas, y sobre todo los de tipo sexual, resalta otros quepodemos incluir en el campo de la educación gerontológica, comoson los relativos a la conversación y a las reuniones con amigos yconocidos, y todos los que hacen referencia a los cuidadosagrícolas —cuestión a la que dedica unos extensos comentarios yque, llamativamente, en nuestros días, constituyen una actividadinteresante y muy practicada por nuestros ancianos— y a lautilidad de los senectos para enseñar y también para aprender.Por último, a la hora de tratar la muerte, Cicerón vuelve asorprendernos con unos argumentos claramente optimistas, pues61de nuevo asoma su postura positiva, ya que busca, ante todo, unaaceptación de lo inevitable y no una mera resignación. Recordemosque el desprecio a la muerte era ya una actitud moral y unprincipio doctrinal desde tiempo atrás, con Solón en Grecia yEnnio en Roma [9]23. Sus opiniones pueden valernos, en nuestrosdías, para que la muerte no sea una obsesión en nuestros ancianos,ya que aquella siempre está junto al ser humano desde elmomento de su nacimiento y hay que ir preparándose para sullegada, contentándose, al menos, con el hecho de que el ancianoha vivido mucho y puede retirarse satisfecho. Así, hay que estarorgulloso de haber llegado a viejo, porque no hay nada vergonzosoen serlo y porque, gracias a ello, no se ha convertido uno antes enun joven cadáver (19):“Queda la cuarta causa, la que más parece angustiar y tener envilo a los de nuestra edad, la cercanía de la muerte, queciertamente no puede estar lejos de la vejez. ¡Pobre del anciano quea lo largo de su vida no haya visto que la muerte ha de serdespreciada! Ésta, o debe ser mirada con la mayor indiferencia, sies que el alma se extingue por completo, o debe ser incluso deseadasi es que la conduce a algún lugar donde ha de ser eterna. [.] ¿Dequé tengo que tener miedo si después de la muerte no voy a serdesgraciado y puede que hasta sea feliz? Aunque ¿quién es tannecio, por más que sea joven, que tenga por cierto que va a vivirhasta el atardecer? [.] Pero el joven espera que va a vivir muchotiempo, y esto un anciano no puede esperarlo. [.] Esta esperanzano la tiene el viejo y por ello está en mejor condición que el joven,puesto que l

planetas del Sistema Solar —el Sol, la Luna, y las consideradas como las cinco estrellas errantes: Mercurio, Venus, Marte, Júpiter, Saturno—; las siete esferas celestes; las siete maravillas del mundo; los siete sabios de Grecia; las siete colinas de Roma; y en la Biblia es el número perfecto por antonomasia: las siete vacas gordas y las

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Dr. Sunita Bharatwal** Dr. Pawan Garga*** Abstract Customer satisfaction is derived from thè functionalities and values, a product or Service can provide. The current study aims to segregate thè dimensions of ordine Service quality and gather insights on its impact on web shopping. The trends of purchases have

Chính Văn.- Còn đức Thế tôn thì tuệ giác cực kỳ trong sạch 8: hiện hành bất nhị 9, đạt đến vô tướng 10, đứng vào chỗ đứng của các đức Thế tôn 11, thể hiện tính bình đẳng của các Ngài, đến chỗ không còn chướng ngại 12, giáo pháp không thể khuynh đảo, tâm thức không bị cản trở, cái được

conceptual issues relating to the underlying structure of the data (Hair et al., 2006). Further, Construct validity involves the validity of the convergent validity and discriminant validity. Convergent Validity were evaluated based on the coefficient of each item loaded significantly (p 0.05) and composite reliability of a latent

Le genou de Lucy. Odile Jacob. 1999. Coppens Y. Pré-textes. L’homme préhistorique en morceaux. Eds Odile Jacob. 2011. Costentin J., Delaveau P. Café, thé, chocolat, les bons effets sur le cerveau et pour le corps. Editions Odile Jacob. 2010. Crawford M., Marsh D. The driving force : food in human evolution and the future.