Cuadernos De Historia 16 239 La Reforma Agraria En España

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historia 16La reforma agraria en EspañaManuel Pérez Yruela175 pías

iNFORMACfON Y REVISTAS, S. ABarcelona: Paseo de San Gervasio, 8, entresuelo08021 Barcelona Teléfono 418 47 79.PRESIDENTE; Juan Tomás de Salas.DIRECTOR GENERAL José Luís SamaranchSUSCRIPCIONES: Hermanos García Noblejas, 41.28037 Madrid. Teléfonos 268 04 03 - 02.DIRECTOR: David Solar.PUBLICIDAD MADRID: Pilar Torlja.SUBDIRECTOR; Javier Viifalba.IMPRIMÉ: MELSACOORDINACION: Asunción Doménech.DISTRIBUYE: SGEL. Polígono Industrial Avenida VaLdeparra, s/n. 28000 AEcobendas (Madrid).REDACCION: Isabel Valcárce!, José María Solé Marinoy Ana Gústelo.Depósito legal: M. 41 536. — 1985SECRETARIA DE REDACCION: Marie-Loup Sougez.CONFECCION: Guillermo Llórente.FOTOGRAFIA: Juan Manuel Salaberl.CARTOGRAFIA: Julio G13 PecharrománEs una publicación del GRUPO 16,REDACCION Y ADMINISTRACION: Madrid: HermanosGarcía Noblezas, 41, 6* 28037 Madrid. Teléfonos407 27 00-407 41 00.Con elpatrocinioculturalde taJunta de AndalucíaCUADERNOShistoria 16201. Felipe II. * 202. Altamira. 203, La Commonwealth. *204. La ciudad castellana medieval. 205, Los Borgía. 205. La Arabia de Lawrence. * 207. La guerra de la Independencia 1. 208. Laguerra de la Independencia 2. * 209. El nacimiento de la escritura. * 210. La China de Mac, * 211. LaEspaña de Carlos IL * 212. El Neolítico. * 213. La Florencia de los Medid. * 214. La flota de Indias. 215. El imperio portugués, * 21G, Las primeras ciudades. 217. La independencia de la India. 218. Viajeros de la Antigüedad. *219, Los Templarios. *220. La Iglesia y la II República, 221, Los virreinatos americanos. * 222. Los irados, 223, La Hansa. *224. El colonialismo. 225. Los moriscos. 226, Ciencia del antiguo Egipto, 227. La Independencia de EE UU, 228, Las siete maravillas de la Antigüedad. 229. La China de Confudo. 230. Cromwell y la re volución Inglesa. 231. Las órdenes mendicantes, 232. El Irán de Jomeíni, * 233. El megalitísmoibérico. 234. El México de Juárez. 235. Picasso. 236, Los Balcanes contemporáneos 1. 237. Los Balcanes contemporáneos 2. * 238. La ruta de la seda. 239. La reforma agraria en Es paña. *240. La revolución de 1905, * 241, Troya, *242, Los condotieros, « 243. El Magreb. 244. La conquista de Sevilla» 1248. * 245. La América de ftoosevett. * 246. Los vikingos. 247. Lacultura helenística. 248. El Madrid de los Austrias. 249. La conquista árabe de la Península. 250. Japón Tokugawa. 251. Ei Oeste americano, 252. Augusto, 253. La Barcelona medieval, 254. La huelga general de 1917, * 255, Japón: de Meiji a hoy. 256. La medicina en el mundo an tiguo, 257. La Revolución industrial. 258. Jorge Manrique. 259. La Palestina de Jesús. 260. La España de Isabel IL 261. Los orígenes de i a banca. 262. La mujer medieval. 263, Des cubrimientos geográficos de los siglos xvii-xvml 264. Ei Egipto ptolemaico. 265, Los árameos. 266. La guerra de tos Cien Años. 267. La colonización de América del Norte. 269. La Rusiade Pedro el Grande. * 269, La dictadura de Primo de Rivera, 270. Canadá. * 271. El siglo de oroandaluz. 272. Los Estados Pontificios 1. 273. Los Estados Pontificios 2. 274. Los grandes Im perios africanos. 275. Goya. 276. La Inglaterra Isabelina. * 277. Las Naciones Unidas. * 278. LaBabilonia de Nabucodonosor. * 279. El Renacimiento. * 280. Los carlistas. * 281. La Rusia de Ca talina Jl. 282. El Btzancto de Justiniano. 283. El nacimiento de Portugal. 284. La revolución cu bana. * 285. La generación del 98. 236. El año 1640. 287. La Mafia. 286. La España de Calde rón. 289. El nacimiento del cine, 290, La España de Fernando Vil. # 291. Aviñón. 292. El tea tro griego. 293. El peronismo. 294. Las revueltas campesinas en Andalucía, * 295. La Américade la opulencia. 296, La Castilla de! Cid, * 297. La II Internacional. 298. Hispanos en Roma. 299. El siglo de Luís XIV, * 300. Los Reyes Católicos.

Vf 1-1i jpmmmWSRvJ¿'«L 4-¡¡KLimpieza de uva de mesa en (os años veinteIndiceLA REFORMA AGRARIA EN ESPAÑAPor Manuel Pérez Yruelainstituto de Estudios Sociales Avanzados CSIC,La Reforma en la II República.La época franquista.La Reforma Agraria andaluza de 1984Bibliografía.Textos .10182331I VIII

La Reforma Agraria en EspañaManuel Pérez YruelaInstituto de Estudios Sociales Avanzados CSICLOS antecedentes de la Reforma Agraria en Es paña se encuentran en las características dela estructura social y económica de la agricultura.Esta estructura se ha ido configurando a lo largode la historia, acumulándose en ella un conjunto deproblemas que, en determinadas coyunturas histó ricas y políticas, han hecho aflorar la Reforma Agra ria como una reivindicación social o una forma deresolver todos o parte de ellos.El problema más importante que puede citarseen el caso español, como en otros muchos casos,es el de la concentración de la propiedad de latierra, el del predominio de los latifundios en unaparte bastante extensa de la geografía agraria es pañola (Andalucía, sobre todo la occidental, Extre madura y Castilla la Nueva). No obstante, este pro blema no hubiera bastado por sí solo. Hay que re lacionarlo con otros dos, para comprender la me dida en la que ha podido originarse la necesidadde una Reforma Agraria. En primer lugar hay querelacionarlo con el hecho de que la concentraciónde la propiedad en España ha coexistido tradicio nalmente con la presencia en las mismas zonas deun número elevado de jornaleros o campesinos sintierra, que no tenían acceso a la propiedad de lamisma.Se trata, pues, de una situación en la que se evi dencia que el recurso económico más importanteen una sociedad agraria, que es la tierra, está muydesigualmente distribuido entre quienes, por fuer za, han de vivir de él. Esto es lo que en otro lugarhe denominado la dimensión sociológica del con cepto de latifundio. La concentración de la pro piedad se convierte en problema social cuandose hace en detrimento de otras personas que seven privadas de acceder a este bien. A partir deesta situación es lógico suponer que puedanplantearse peticiones de reparto de la tierra y, ensuma, la cuestión de la propiedad de la tierra seconvierta en un problema central de este tipo deestructuras agrarias.En segundo lugar hay que relacionarlo con la le gitimidad que los protagonistas confieren a tal tipode estructura. Esta es una cuestión compleja en laque se entrecruzan varios aspectos. Los jornalerosy muy pequeños campesinos, que son quienes handemandado en España la Reforma Agraria, han ex presado en muchas ocasiones sus dudas sobre lalegitimidad del proceso de apropiación de la tierraque ha dado lugar al latifundio. Al mismo tiempo,han manifestado reiteradamente sus críticas al malcultivo de las grandes explotaciones, al desaprove chamiento de los recursos naturales y a la despreo cupación y absentismo de los propietarios respec to a sus fincas. Los jornaleros, y muchas personas4/LA REFORMA AGRARIA EN ESPAÑA

La concentración de la propiedad en España ha coexistidotradicionalmente con la presencia en las mismas zonas de unnúmero elevado de jornaleros o campesinos sin tierra, que notenían acceso a la propiedad de la misma. En la ilustración,recogida de algarrobas en Mallorca, siglo xviii (por J. Nadal)

preocupadas por estas cuestiones, han querido veren e! latifundio el origen de todos los males que lesafligían: desempleo, bajos salarios, analfabetismo,pobreza.Muchos de los problemas anteriores, sin duda,se pueden explicar por la existencia de latifundios,por la estructura social que generan y por la for ma en que han sido explotadas esas fincas. Losmonocultivos producen inevitablemente desem pleo estacional y la orientación extensiva de laproducción genera menos empleo que la Intensi va. La concentración de la propiedad imponeunas relaciones sociales de dependencia, queagudizan los sentimientos de explotación y priva ción relativa de los menos privilegiados. La granpropiedad propicia casi inevitablemente un ciertodespilfarro de recursos y un interés menor por sa car provecho de todo lo que sea susceptible detener utilidad económica. Ello contrasta con iamentalidad de los pobres, obligados a aprove char los recursos hasta límites casi inimaginables,que no pueden entender que existan recursosociosos, por nimios que sean.Por otra parte, no es menos cierto que esos pro blemas tenían otras causas también. Ef escaso de sarrollo de otros sectores económicos que no po dían, por ello, absorber ef excedente de fuerza detrabajo de la agricultura. O a las crisis económicasque afectaban a los precios de los productos agra rios y, por tanto, a los salarios. En ocasiones se de bía a las malas cosechas producto de sequías yotras contrariedades climatológicas.Con independencia de esto, todas las críticassobre el latifundio han sen/ido para reforzar la po sición que los grupos afectados por el desigualreparto de la propiedad han mantenido en su lu cha por resolver los problemas derivados de lamisma. Han venido a hacer más compleja la tra ma de argumentaciones empleadas para abordarla solución de la cuestión originaria: la excesivaconcentración de la propiedad y sus perversosefectos sociales.Frente a los problemas anteriores ha habido tam bién otros que han servido para contrapesar o fre nar la reivindicación de la Reforma Agraria. Junto alos más obvios, como son la reiterada resistenciade los propietarios a aceptar las críticas antes es bozadas y, por tanto, a aceptar la necesidad de lareforma, ha habido otros. Entre ellos cabe citar elhecho de que la cantidad de tierra disponible enlas zonas de latifundio no haya sido capaz de po der crear explotaciones de tamaño suficiente paratodos los jornaleros y completar las de los peque ños propietarios. No menos importante ha sido elde la escasez de recursos para dotar a estas nue vas explotaciones del capital necesario para quefuncionasen con eficacia. O el de ia escasa forma ción técnica de los futuros beneficiarios de la refor ma para ejercer de empresarios agrícolas. Todoesto no tenía por qué haber sido obstáculo para unproyecto político de Reforma Agraria, pues el másmínimo conocimiento del tema hacía ver que eraninevitables, aunque, tal vez, no completamente irre solubles. Han servido para hacer más compleja la6/LA REFORMA AGRARIA EN ESPAÑAtrama de argumentaciones que se han esgrimidopara oponerse a la Reforma Agraria, en las coyun turas en que pareció que podría convertirse en rea lidad.En definitiva, la Reforma Agraria en España seplantea en torno a un conjunto de cuestiones eco nómicas y sociales entrelazadas, en el centro delas cuales se encuentra la gran propiedad o el la tifundio. La formación histórica de los latifundiosobedece a procesos complejos no suficientementeaclarados todavía. Hasta ahora se venía admitien do que su origen se encontraba principalmente enel reparto de tierras que siguió a la reconquista deltercio sur de la península. Reparto que habría fija do la estructura de la propiedad que, con pocasmodificaciones, ha llegado hasta la actualidad, ex ceptuando los cambios de titularidad, que no deltamaño de las fincas, producidos durante la desa mortización. Como ha puesto de manifiesto recien temente A. M. Bernal, el proceso ha sido bastantemás complejo. Los latifundios se han ido forman do más que por aquella razón, por compras defierras, establecimientos de señoríos o la simpleusurpación de tierras realengas, comunales o mos trencas, Posteriormente, contribuyeron también aello las ventas de tierras también realengas o comu nales.La cuestión socialEn fases sucesivas, diversos grupos sociales einstituciones como la Iglesia fueron acaparando lapropiedad de la tierra disponible en detrimento pre cisamente de campesinos y jornaleros, que, con elpaso del tiempo, veían cada vez más reducidas susposibilidades de subsistir usufructuando baldíos ycomunales. En 1797, según datos del Diccionariode Hacienda de Canga Arguelles, había en Espa ña cerca de ochocientos mil jornaleros, medio mi llón de arrendatarios y casi trescientos mil propie tarios. En el sur de España los trabajadores delcampo representaban las tres cuartas partes de lapoblación activa masculina. En cuanto a la concen tración de la propiedad, en Andalucía 4.320 propie tarios con más de 250 hectáreas, tenían algo másdel 50 por 100 de la superficie calastrada; los otros281,361 propietarios, con menos de 250 hectáreas,tenían el resto.A partir de esta situación estructural, la reivindi cación social de la Reforma Agraria fue adquirien-'do cada vez más fuerza entre los jornaleros. En sulucha por mejorar las precarias condiciones devida en la que tradicionalmente habían vivido, lademanda de la Reforma Agraria fue adquiriendoprogresivamente importancia junto a otras reivin dicaciones. Las luchas campesinas por la propie dad de la tierra han existido desde hace bastantetiempo y han tenido diversos motivos. Se conocenmovimientos de protesta por la venta de baldíosdurante los siglos xvty xvti. También sabemos deprotestas populares por las sentencias dictadas afavor de la nobleza en los pleitos de señorío. Igual mente ha habido revueltas por algunas de las ven-

tas de tierras llevadas a cabo durante la desamorti zación.Desde finales del xix, los jornaleros comienzana organizarse sindicalmente. A partir de este mo mento, la Reforma Agraria, el reparto, va a pasara formar parte sistemáticamente de las reivindica ciones de estas organizaciones. En sucesivos pe ríodos de conflictividad social, los trabajadoresplantearán esta demanda junto a otras como el in cremento de los salarios, la eliminación del desta jo o la limitación a la contratación de forasterosdentro de cada término municipal. El reparto de latierra lo consideraban como una reivindicación demayor alcance, que sabían no era fácil conseguir.Tampoco había mucha unanimidad respecto a loque significaba exactamente el reparto. Ademásde una demanda concreta, constituía un referenteen el que se proyectaban las ansias de soluciónde los problemas que secularmente les habíanatormentado.Estos movimientos de protesta tuvieron su mo mento culminante hacia 1917, en el llamado trie nio bolchevista. En esos años las huelgas masivasque los jornaleros protagonizaron en las campiñasandaluzas conmovieron al país y atrajeron la aten ción de la opinión pública, de políticos y estudio sos sobre la cuestión social agraria en Andalucía.La idea de que la desigualdad social de las comu nidades rurales del sur era un potencial de conflic tos de efectos imprevisibles, y de que había queencontrar algún tipo de solución a ello, empezó aabrirse camino. Durante el primer tercio de siglose hicieron algunos intentos, todos ellos fallidos,de proponer alguna solución al problema. Mien tras llegaban las soluciones la medida más co múnmente empleada para resolver los conflictosfue la represión practicada por la guardia civil y porel ejército.En 1903 se creó el Instituto de Reformas Socia les, que en el mismo año convocó un concurso pa trocinado por el Rey sobre el Problema Agrario delSur de España, que ganó Celedonio Rodrigáñezcon una memoria de la que se incluye un fragmen to en el documento número 1. En 1907 se creó laJunta para la Colonización y Repoblación del País.Tenía por objetivo asentar campesinos en las tierrascomunales que a tal efecto quisieran ceder gratui tamente los ayuntamientos, sin prever en ningúnmomento la expropiación de fincas. Con estas me didas era previsible que se podría hacer muy pocopara resolver el problema de los jornaleros. En 1911Canalejas presentó un proyecto a las Cortes en elque se contemplaba la posibilidad de que la Juntapara la Colonización pudiera comprar tierras y pu dieran expropiarse por causa de interés generalaquellas que hubieren sido regadas con obras fi nanciadas por el Estado.Se introduce aquí un criterio de expropiaciónque posteriormente sería recogido por la ley de laII República e incluso por la legislación franquistasobre reforma de estructuras agrarias. Este pro yecto nunca llegó a aprobarse. Santiago Alba pre sentó otro proyecto en 1916 con una orientacióntotalmente diferente. Se trataba de una reforma8/LA REFORMA AGRARIA EN ESPAÑAfiscal que gravaba las fincas rústicas con sobre tasa en función del incremento de valor que hu bieran experimentado por obras no realizadas porsus propietarios. Se estaba refiriendo a las obrasde riego financiadas por el Estado. De esta formase obligaba a los propietarios a vender las fincassi no querían pagar el impuesto. Se completabaesta medida con otras dos. En una se gravabalas propiedades rústicas y urbanas en función desu renta imponible, a partir de 30.000 pesetas. Enotra se gravaba las fincas rústicas que no estu vieran roturadas. También preveía para estos ca-

.iluMli mí¡r-¡MiuBraceros agrícolas detenidos durante una de las revueltasagrarias andaluzas del último tercio del siglo xix, a las puertasde la cárcel de Jerez (de La Ilustración Española y Americana,iluminado por E. Ortega)sos la expropiación. Se trataba de un proyectomuy radical, demasiado sutil y adelantado a lasensibilidad de su tiempo sobre el problema agra rio. Tampoco llegó a aprobarse.Finalmente, Lizárraga presentó en 1921 un pro yecto muy ambicioso en el que además de pre ver expropiaciones de tierras incultas o deficien temente cultivadas, de tierras en zonas de rega dío financiadas por el Estado y —como innova ción importante— de las fincas que excedieran de500 hectáras dentro de un solo municipio. Se in troducía por fin la posibilidad de expropiar segúnlímites superficiales. Todos estos criterios de ex propiación, tan trabajosamente incorporados alos diversos proyectos, no encontrarían, sin em bargo, acogida en el sistema político y, por tanto,cauces prácticos de aplicación hasta la instaura ción de la II República.LA REFORMA AGRARIA EN ESPAÑA/9

La Reforma en la II RepúblicaPARA los campesinos del sur de España, el ad venimiento de la II República abrió las puer tas a la esperanza, Aunque en las elecciones mu nicipales del 12 de abril de 1931, que provocaronla caída de la Monarquía, la abstención íue alta enlas zonas rurales y el apoyo a los republicanos nofue mayoritario, es difícil suponer que aquellasgentes no percibieran que el cambio que se Inicia ba en el sistema político español pudiera ser el co mienzo de! fin de tantos años de opresión y mise ria, En cualquier caso, el Gobierno provisional nodudó en reconocer la importancia del problema, yen su declaración del día 15 de abril dio muestrasde que tal esperanza podía tener fundamento. Enel punto 5 de la declaración se afirmaba: El Go bierno provisional declara que la propiedad priva da queda garantizada por la ley; en consecuencia,no podrá ser expropiada sino por causa de utili dad pública y previa la indemnización correspon diente. Mas este gobierno, sensible al abandonoabsoluto en que ha vivido la inmensa masa cam pesina, al desinterés de que ha sido objeto la eco nomía agraria dei país y a la incongruencia del de recho que la ordena con los principios que inspi ran y deben inspirar las legislaciones actuales,adopta como norma de su actuación el reconoci miento de que el Derecho agrario debe respondera la función social de la tierra. En el mismo senti do la Constitución de diciembre de 1931 dice enel artículo 44; .La propiedad de toda clase debienes podrá ser objeto de expropiación forzosapor causa de utilidad social mediante adecuada in demnización, a menos que disponga otra cosauna ley aprobada por ios votos de la mayoría ab soluta de las Cortes.Lo anterior pone de manifiesto que la RepúblicaIntroducía en su concepción del derecho de pro piedad las limitaciones que pudieran justificarsepor la función social de la misma, apartándose dela concepción estrictamente liberal de aquél, prin cipio que volverá a emplearse en 1984 en la Refor ma Agraria de Andalucía. La garantía de indemni zación en caso de expropiación que también reco noce, habría de significar no pocos obstáculos eco nómicos para la realización de la Reforma Agr

La Reforma Agraria en España . Manuel Pérez Yruela . Instituto de Estudios Sociales Avanzados CSIC . L. OS antecedentes de la Reforma Agraria en Es paña se encuentran en las características de la estructura social y económica de la agricultura. Esta estructura se ha ido configuran

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