La Democracia En Grecia Clásica Y Su Relación Con La . - FUAC

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Criterio jurídico garantista174issn: 2145-3381 - Año 2 - No. 3 - Julio-Diciembre de 2010La democracia en Grecia clásica y su relación con lademocracia moderna1Carlos Gaviria Díaz*RESUMENABSTRACTA partir de reflexiones sobre distintos aspectos de la culturaantigua griega y romana y la cultura occidental, se llega acomprender que lo que en Grecia se entiende por democraciatiene algo que ver con lo que nosotros llamamos democracia,pero no son lo mismo; lo que en Grecia se denomina libertadtiene algo que ver con lo que nosotros llamamos libertad,pero son dos cosas completamente distintas. Sin embargoen el régimen demoliberal la libertad seguridad y la libertadparticipación se funden en una sola. En consecuencia, lalibertad liberal es la libertad seguridad y la libertad participación es la libertad igualdad.This text aims to defend the legality and feasibility bothlegal and policy of the humanitarian agreement. This followed the methodology known as model DPT, according towhich, to deal with a situation of conflict follows a methodof medicine: diagnose the problem, predicting how cansolve, and design a therapy. The methodology was appliedin front of the problem of the abduction, in particular tothe drama of the political hijacking by be linked with thearmed conflict in Colombia.PALABRAS CLAVE: educación para la democracia y la paz,democracia, libertad, libertad seguridad, libertad participación, régimen demoliberal.Key Words: doctoral thesis, International HumanitarianLaw, Humanitarian Agreement, peaceful resolution of theabduction, research for peace model DPT.Fecha de recepción: septiembre 27 de 2010Fecha de aceptación: noviembre 12 de 2010* Ex magistrado Corte Constitucional, profesor del postgrado de Derecho Constitucional y de Derechos Fundamentales.1. Tema desarrollado como producto de investigación, vertido en forma de ponencia en el marco de la cátedra Educación para la Democracia y la Paz. Esta cátedra es una iniciativa adelantada entre la Universidad Autónoma de Colombia y la Fundación Demopaz,en el segundo semestre de 2010, con el propósito de desarrollar conceptos, teorías y métodos que nos ayuden a repensar categoríasfilosóficas y jurídicas tendientes a lograr una mayor incidencia en el garantismo, el cual, al decir de Ferrajoli, sólo es posible si searticulan los criterios de democracia, independencia judicial, respeto y garantía de los derechos humanos en el marco de un EstadoConstitucional, cuyo ideario filosófico y político irradia el ordenamiento jurídico en todas sus dimensiones. La cátedra es la síntesisde las reflexiones de los grupos de investigación de la Facultad de Derecho vinculados a estos temas y contribuye a fortalecer susresultados especialmente en lo relacionado con el grupo de investigación Escuela Política y Normativa.

La democracia en Grecia clásica y su relación con la democracia moderna175La concepción griega romana de la democraciay la concepción occidental de la democracia,ahí tienen ya ustedes una afirmación que podríaresultar problemática, porque asumimos generalmente que Grecia hace parte de Occidente yque la cuna de la cultura occidental es Grecia,cuando justamente hacíamos algunas digresionesy reflexiones para mostrar, que dentro de la fisionómica spengleriana, la cultura antigua griega yromana y la cultura occidental, llamadas, la primera, cultura apolínea, y la segunda, cultura fáustica,tienen dos signos totalmente libres. Mientras quela primera es una cultura plástica, presente, multiforme, digamos muy reducida en materia espacialdel Estado –el Estado ciudad donde las artes queprevalecen son las artes plásticas–, una culturafundamentalmente material, la cultura occidentales básicamente inmaterial, es políticamente lacultura del Estado imperial de Carlos V, en cuyoslímites no se pone el sol, o de Felipe II en dondeel arte por excelencia es la música, que es inmaterial. En tanto la cultura griega y romana es unacultura politeísta, y los dioses son susceptibles deser plasmados, o sea representados plásticamente,el dios occidental como lo dice muy bellamenteSpengler, apenas es susceptible de ser sentido enlas notas de una fuga.Aludíamos entonces al nacimiento del individuo,un concepto que se desarrolla básicamente enOccidente porque, decíamos, los griegos no teníannoción de la individualidad, y hacíamos una referencia a Platón y los tres estratos que él señala enla persona y en el Estado, para subrayar un hechosignificativo, y es que Platón habla de la razón, delos instintos superiores y de los instintos inferiores pero no habla en ninguna parte de la voluntad;los griegos no conocían la voluntad que es unfenómeno típicamente occidental e individualiza-Los griegos no tenían noción de laindividualidad. Platón habla dela razón, de los instintos superioresy de los instintos inferiores perono habla en ninguna parte de la voluntad; los griegos no conocíanla voluntad que es un fenómenotípicamente occidentale individualizador.dor. La literatura occidental, que Spengler mismocita en La decadencia de Occidente gira en torno ala voluntad de poder. Es Duns Scoto, en la edadmedia, quien empieza a referirse al concepto deindividuo; en contraste con la filosofía tomista que

Criterio jurídico garantista176issn: 2145-3381 - Año 2 - No. 3 - Julio-Diciembre de 2010recoge todo el legado de la filosofía aristotélica,platónica y griega que no es individualista.Esos signos opuestos de la cultura greco-romanay la cultura occidental se pueden ilustrar en muchas instancias, una de ellas es el teatro.se encuentre en el lecho de los placeres, para quese vaya para el infierno –siempre encuentra unarazón para no proceder–.El teatro tiene una gran importancia en Grecia,pero los personajes del teatro griego no son propiamente unos individuos que se caractericen pornotas distintivas muy especiales sino más bienpersonas que sufren un sino; el tipo, el modelo, esEdipo. Edipo no es una persona que tenga características muy especiales que lo individualicen, sinoalguien que sufre un infortunio, a ese infortunio lopodemos llamar un azar, un sino. El infortunio quesufre Edipo es simplemente que le da muerte a supadre y se casa con su madre, sin saberlo, pero esole puede ocurrir a cualquiera; en cambio, Hamletes in-intercambiable, es insustituible. Podríamosdecir que Edipo es el tipo representativo del teatrogriego y Hamlet es el tipo representativo del teatrooccidental, isabelino, del siglo xvi y siglo xvii.Iván Turgueniev tiene un ensayo muy bello sobrelos más grandes personajes de la literatura occidental, que son precisamente Hamlet y el Quijote,los dos que representan una especie de psicomagia,una especie de caracteres enfrentados, porque DonQuijote es la fe y Hamlet es la duda, hasta el puntode que, como lo dice muy bien Turgueniev, en ellector producen impresiones opuestas. Cuandouno lee Hamlet lo que quiere es verlo actuar, quese decida, saber si va o no a cumplir el mandato desu padre, si es que en realidad sí fue un mandatoy el espectro no fue un engaño; en cambio, conDon Quijote lo que ocurre es todo lo contrario:va a acometer a los molinos de viento y entoncesuno no se mete en esa aventura descabellada. DonQuijote está guiado por la fe, por la creencia ciegay actúa de esta misma manera, en cambio Hamletes reflexivo, pensante, lleno de preocupaciones, dedudas, nunca se decide.Los problemas de Hamlet sí son situaciones quepadece una persona y que son intransferibles aotra; hay estudios muy bellos sobre este personajede la literatura occidental que encarna la duda.Hamlet es justamente un intelectual, un pensador,una persona que recibe del espectro de su padre elmensaje, la orden, de darle muerte al rey Claudioque fue quien lo asesinó, y entonces él no hace másque vacilarlo; seguramente tiene la intención dematarlo pero solamente al final de la obra lo hace yde una manera un tanto sorprendente. Recuerden,Hamlet está lleno de dudas. Cuando encuentra alrey Claudio rezando, desenvaina la espada y lo vaa matar pero empieza a vacilar; la venganza real nodebe ser matarlo cuando esté rezando sino cuandoTodo eso para reiterar lo que decíamos hace dossemanas en la primera charla, que son dos culturas perfectamente distintas: la cultura griegay romana que Spengler llama cultura antigua, yla cultura occidental a la que él mismo denominacultura fáustica. Y recuerden que llama apolíneaa la cultura griega y romana porque Apolo es eldios mesurado, el dios de la bebida, que siemprellega a decir esto: los griegos no abusaron de nada,ni siquiera del pensamiento. Y aludíamos precisamente al hecho de que el ser Sócrates demasiadoracional y pensante lo hacía una persona bastanteexótica dentro de la cultura griega. Recuerden laobra El origen de la tragedia, de Federico Nietzsche,donde lo que el autor le reprocha a Sócrates es ser

La democracia en Grecia clásica y su relación con la democracia moderna177Nosotros asumimos que democraciay liberalismo son la misma cosa,hablamos de Estado liberaly muchas veces algo que es propiode la democracia lo atribuimosal liberalismo y algo que es propiodel liberalismo se lo atribuimosa la democracia, pero son dosconceptos perfectamente distintos,hasta el punto de que podemosconcebir una sociedad liberal nodemocrática y una sociedaddemocrática no liberal.La pseudomorfosis de Spenglertiempo esa palabra significa siempre lo mismo yresulta que lo corriente es que no sea así. Spengler se planteó un problema muy bello y es este:¿Cómo hacemos para saber si bajo culturas tandistintas, bajo perspectivas tan diferentes, lo queAristóteles llamaba materia es lo mismo que loque nosotros llamamos materia? Y dice algo comoesto: el alma de cada cultura es intransferible,de la misma manera que el alma individual esun alma también intransferible; yo no le puedotransferir a nadie mis vivencias; es posible queen situaciones similares el otro tenga vivenciasparecidas, piense que son las mismas y entoncesle dé lo mismo. Este es un problema que trata,incluso, el idealismo de Berkeley. Por ejemplo,cómo hacemos para saber si esa sensación queyo tengo y que responde a la palabra verde es lamisma que ustedes tienen; llamamos a lo mismoazul pero siempre permanecerá sin desvelar elenigma de si lo que ustedes ven como azul es lomismo que yo veo como azul.Tenemos la tendencia a pensar que cuando utilizamos una palabra que ha sido usada por muchoPara referir a ese problema Spengler acuña elconcepto de pseudomorfosis –morfos es formademasiado racional y no estar a tono con la culturagriega. Demasiado racional, demasiado pensanteera Sócrates, hasta el punto que Antonio Tovarllega a decir que se destacaba tanto dentro de losdemás individuos, dentro de una cultura que erafundamentalmente comunitaria, que eso era loque les estorbaba a los atenienses de Sócrates: suindividualidad tan marcada.El contexto anterior para recordar que esasson dos culturas completamente distintas y,por tanto, que lo que en Grecia se entiendepor democracia tiene algo que ver con lo quenosotros llamamos democracia, pero no sonlo mismo. Lo que en Grecia se denomina libertad tiene algo que ver con lo que nosotrosllamamos libertad, pero son dos cosas completamente distintas.

Criterio jurídico garantista178issn: 2145-3381 - Año 2 - No. 3 - Julio-Diciembre de 2010y pseudo, falso; entonces, una falsa forma–. ¿Enqué consiste?Dice lo siguiente Spengler: cuando una cultura seencuentra ya decadente –y recuerden que dentrode su sistema todo ciclo cultural dura mil años–,ha construido unas formas muy sólidas pero loscontenidos van languideciendo, ya no tiene esadinámica para crear arte.Fernando Botero, nuestro pintor, decía desdela década de los ochenta: la pintura se acabó,el arte se acabó, esto es decadencia. Uno puedeque no comparta ese criterio, pero sí tiene queconvenir en que la pintura de finales del sigloXX es muy distinta de la de Rembrant, de lade Tiziano, de la pintura que llamamos del renacimiento, y entonces un pintor como Boterodice que el arte está agotado, que la pintura seacabó.Lo mismo pasa cuando se compara la músicabarroca con muchas composiciones contemporáneas que a uno le cuesta trabajo asimilar yempezar a gustar. Son dos cosas muy distintas.Spengler diría: es que ya no existe ese impulsocreador, ya los contenidos de esa cultura estánagotados. Y a continuación diría: la culturanueva que surge tiene un mundo de contenidos,es pujante, pero no tiene dónde verter esoscontenidos, porque no ha elaborado todavía lasformas adecuadas para vaciarla. Entonces, ¿quéhace? Apela a las formas de la cultura decadentey utiliza, como quien dice, esos recipientes paravaciar sus contenidos y eso nos lleva a engaño,porque es como si dentro de una botella deaceite vaciáramos vino manteniendo el mismorótulo. Spengler habla de pseudomorfosis paraaludir a ese fenómeno.¿Para qué toda esta reflexión? Para que seentienda mejor por qué lo que los griegosnombraban democracia no tiene que ser lomismo que nosotros llamamos democracia;tenemos la misma forma, tenemos el mismorecipiente, el mismo rótulo, pero hay querastrear de una manera muy delicada y muyfina los contenidos.Solamente personas con una gran preparación, incluso filológica, pueden explorar y llegar a distinguir o identificar los contenidos específicos de esacultura antigua. Hay lingüistas que se han dedicado a eso, y filólogos como Wilamowitz y Nitzsche,por quienes hubo una disputa famosa. Wilamowitzera un profesor consagrado de filología, digamosun ícono en esa materia. Cuando Nitzsche trató deenseñar filología en la Universidad de Basilea lodestituyeron por incompetente pues considerabanque el filólogo era Wilamowitz. Rafael GutiérrezGiraldo –un intelectual, un escolar, que nosotrosno apreciamos en su verdadera dimensión, quesiempre en esas disputas entre alguien muy fuertey otro muy débil toma partido por el más débil–,va a descargar a Nietzsche: es que Nietzsche eraun genio y ya las teorías de Wilamowitz estabanun tanto fosilizadas. En todo caso Wilamowitz erauna de las personas que más exploró los contenidos de la cultura griega. Tiene una obra en dostomos sobre Platón, que es clásica, y constituyeuna de las interpretaciones más importantes deeste filósofo griego. Ustedes saben que la filologíaes el rastreo de la historia de un pueblo y de lahistoria de una cultura a través de su literatura, através de sus escritos, y para eso se necesita unaserie de instrumentos extraordinarios dentro delos cuales el rastreo filológico es fundamental; deallí que nosotros podamos derivar hoy algunasconsecuencias, algunas conclusiones, pero recuer-

La democracia en Grecia clásica y su relación con la democracia moderna179Sin igualdad no puede haberlibertad, pero eso nosignifica que en la vidapráctica no se riñan. Laigualdad tiene que serun presupuesto de la libertadporque cuando yo soy librepero no me tratan como alos demás, mi libertad es unapura ilusión.den que lo que llaman democracia los árabes puedeno ser lo que nosotros llamamos democracia; loque llamaban democracia los griegos puede noser lo que nosotros llamamos democracia; lo queellos llamaban libertad puede ser muy diferentea lo que nosotros llamamos libertad, y de esoespecialmente quiero ocuparme.Democracia y liberalismoDemos un salto grande. El maestro GerardoMolina tiene un libro cuya lectura yo recomiendo mucho y que a mi juicio es tal vez su obramás importante: Proceso y destino de la libertad.En ella pone de presente la prosecución quehubo en la Revolución Francesa de dos libertades distintas.Él no cita para nada –al menos yono recuerdo que lo haya hecho– a un autor quees el punto de referencia obligado: BenjaminConstant, pero su distinción coincide bastantecon lo que apunta Constant en su discurso “Dela Libertad de los antiguos comparada con lade los modernos”.La digresión que voy a hacer sobre este tema sirve,además, para precisar conceptos que utilizamosordinariamente de una manera inadecuada. Nosotros asumimos que democracia y liberalismoson la misma cosa, hablamos de Estado liberal ymuchas veces algo que es propio de la democracialo atribuimos al liberalismo y algo que es propiodel liberalismo se lo atribuimos a la democracia,pero son dos conceptos perfectamente distintos,hasta el punto de que podemos concebir unasociedad liberal no democrática y una sociedaddemocrática no liberal.A eso se refiere el maestro Molina en Proceso ydestino de la libertad. Es importante incluso eltítulo de la obra, porque en él ya indica algo quea mi juicio es esencial: la libertad no es algo dadoque nosotros nos encontremos, la libertad es unaconquista y esa conquista implica recorrer un camino; ese camino es el proceso y hacia dónde va lalibertad. Muestra también cómo en la RevoluciónFrancesa hay, incluso, cronológicamente pudiéramos decir, dos etapas bien diferenciadas: unaque pudiéramos llamar de la libertad seguridad,

Criterio jurídico garantista180issn: 2145-3381 - Año 2 - No. 3 - Julio-Diciembre de 2010plasmada en la Declaración de los Derechos delHombre y del Ciudadano (1789), y otra que es lalibertad participación.¿Qué es lo que dice y proclama la primera? Lalibertad de conciencia, la libertad de expresión,de palabra, de prensa, la libertad de moverme porel territorio de mi país sin que nadie me pongaobstáculos, el derecho a ser juzgado únicamentecon normas preexistentes al hecho que se meimpute, el derecho a que no se me sancione conpenas que no estaban previamente establecidasal momento en que yo cometí la conducta que seconsidera delictiva. Ese es el legado típicamenteliberal que el maestro Molina llama libertadseguridad.¿Por qué libertad seguridad? En esa expresiónhay ya una connotación bien importante: yo comoindividuo debo tener la certeza de que una zonade mi personalidad es inmune a la acción del Estado, y por tanto que el Estado no se va a metercon la manera como yo pienso, que el Estado nose va a meter con lo que yo diga, con lo que yoescriba, que el Estado no me va a estorbar cuandoyo quiera desplazarme por el territorio de mi país:tengo esa seguridad.Libertad seguridad, es como quien dice, elverdadero límite que se establece a la accióndel Estado frente a los derechos ordinariamente llamados de primera generación: laslibertades públicas y los derechos individuales, un legado típicamente liberal.Pudiéramos decir que la libertad liberal –pareceredundante pero no lo es–, es la libertad seguridad y que es compatible con un régimen que no seademocrático. Les pongo un ejemplo: Federico elGrande, de Prusia, quien hace parte de los que sellamaban déspotas ilustrados, era como casi todoslos hombres instruidos amante de la libertad, noporque estuviera involucrado en esas libertades,sino porque yo, déspota ilustrado, generosamentese las concedo. Si nos preguntamos a qué régimenpolítico corresponde esa situación, podríamosdecir perfectamente: a un régimen liberal. Pero,preguntamos: ¿a un régimen democrático? Niriesgo, él no permitía que los súbditos intervinieran en la fijación de los límites de esas libertadesni nada por el estilo, era una concesión graciosa,generosa de él.Para empezar a despejar equívocos y mostrarcómo liberalismo y democracia no son lo mismoy cómo cuando llamamos a un régimen demoliberal, es porque recoge tanto las metas perseguidaspor el liberalismo como las perseguidas por lademocracia, pero son perfectamente discernibles,perfectamente separables.Hagamos el ejercicio contrario. Supongamos quelos aquí presentes constituimos una comunidad, elpueblo de un Estado, y que acordamos lo siguiente: las decisiones las vamos a tomar por mayoríao incluso podríamos decir por unanimidad o porconsenso, y empezamos a pensar qué sería importante dentro de nuestra comunidad: ¿una libertadde prensa sin límites? o ¿de pronto esa libertad deprensa termina atentando contra esta comunidadque nosotros apreciamos tanto? Nosotros podríamos decir: no, la libertad de prensa desbocada no lapodemos permitir, vamos a ponerle límites clarosa la libertad de prensa. Pero alguien diría: eso noes democrático.Hemos tomado esa decisión por mayoría o porunanimidad utilizando la regla de oro de la de-

La democracia en Grecia clásica y su relación con la democracia moderna181mocracia, pero utilizando la regla de oro de lademocracia hemos resuelto limitar una libertad, yde la misma forma pudiéramos limitar otras comola libertad de movimiento. En La Utopía de Tomás Moro, la libertad de tránsito prácticamenteno existe, la persona que se va a mover del lugardonde vive tiene que contar con una licencia yanunciar que se va a desplazar; ¿eso podríamoshacerlo nosotros?. Sería absurdo, ¿cómo vamos arecortar la libertad de movimiento de esa manera? Sí, pero lo hemos hecho democráticamente ypor tanto tendríamos el ejemplo de un modo dedirección democrático pero no liberal.Nos hemos referido entonces a la libertad queel maestro Molina llama libertad seguridad,primera etapa de la Revolución Francesa. Perosurge justamente una inquietud: ¿vamos a tenerel mismo concepto de un déspota ilustrado comoFederico el Grande, y por tanto esas libertadesno estarán a disposición de los que se beneficiande ellas sino de quienes las reciben como un actode generosidad? La respuesta es no. Es necesario,además, que la gente participe.Llegamos entonces a la segunda etapa del análisisque hace el maestro Molina sobre la RevoluciónFrancesa y que él llama libertad participación,que es la libertad típicamente democrática. Y¿cuál es el problema o la preocupación que surge?Una muy simple: bueno ¿y esas libertades de quenosotros disponemos nos las pueden quitar deun momento a otro? Para que no nos las quitentenemos que tener incidencia en las decisiones,que esa tabla de libertades y que los límites a esaslibertades incluso las fijemos nosotros. Estamosentonces en un ámbito completamente distinto:el de la libertad participación.Y de la misma manera que decíamos que lalibertad seguridad es la libertad liberal, lalibertad participación es la libertad democrática. De los ejemplos citados se puedeinferir fácilmente: es perfectamente concebible un régimen liberal sin democracia yun régimen democrático con libertades muyrestringidas.¿Por qué se habla entonces de régimen demoliberal?Porque se encuentra que a pesar de que son doscosas distintas, la libertad seguridad y la libertadparticipación se atraen de una manera tal que sefunden en lo que llamamos régimen demoliberal, se necesitan mutuamente, porque si a mí unpríncipe, un gobernante, un déspota ilustradocomo Federico el Grande me da mi libertad y yopregunto:–– ¿hasta cuándo?–– y él me dice: hasta cuando yo quiera.–– Y por qué no me deja a mí incidir en eso, puedeque usted me vaya a quitar la libertad cuando yomás la necesito.Lo que pienso como individuo lo podemos proyectar sobre toda la comunidad, pero la comunidaddiría: un momentico, esas libertades no son unaconcesión graciosa, es preciso que nosotros podamos decidir sobre esas libertades, eso es lo típicode la democracia.Entonces, llamamos régimen demoliberal aaquel régimen donde la libertad seguridady la libertad participación se funden.

Criterio jurídico garantista182issn: 2145-3381 - Año 2 - No. 3 - Julio-Diciembre de 2010Llamamos régimen demoliberala aquel régimen dondela libertad seguridad yla libertad participación sefunden. La prosecución dela libertad seguridad tienelugar especialmente en laprimera etapa de la RevoluciónFrancesa, justamente en 1789cuando se proclama laDeclaración de los Derechosdel Hombre y del Ciudadano.La prosecución de la libertad seguridad tiene lugarespecialmente en la primera etapa de la RevoluciónFrancesa, justamente en 1789 cuando se proclamala Declaración de los Derechos del Hombre y delCiudadano. Luego viene la búsqueda de la libertadparticipación, la segunda etapa, que responde a esainquietud: ¿y estas libertades tan ricas, tan apreciables de que gozamos nos las pueden quitar? Que nonos las vayan a quitar. ¿Por qué? Porque nosotrosnos podemos oponer. Entonces ya estamos clamando es por una comunidad donde sea la democraciala que tenga prevalencia. Por eso les digo que elliberalismo y la democracia se atraen y cuando sehabla de régimen demoliberal tenemos la impresiónde que son una misma cosa cuando no lo son.Luego haré alguna referencia al Estado de Derecho, que es una noción muy importante, con el objeto de que tengamos también claro ese concepto,porque suele confundirse en razón a que refiere acosas que están muy próximas pero son distintas,discernibles, separables. Digamos esto: la libertadliberal es la libertad seguridad y la libertadparticipación es la libertad igualdad. En el primerartículo de la Declaración de los Derechos delHombre y del Ciudadano esas dos cosas se fundenporque se dice: los hombres nacen libres e igualesante la ley. Ahí hay una referencia importanteporque se pone de presente que sin igualdad nopuede haber libertad, pero eso no significa que enla vida práctica no se riñan. La igualdad tiene queser un presupuesto de la libertad porque cuandoyo soy libre pero no me tratan como a los demás,mi libertad es una pura ilusión.Entonces viene la segunda lucha, la lucha por lalibertad participación. Ustedes saben que en laRevolución Francesa hay épocas predominantemente individualistas, liberales, y épocas predominantemente igualitarias o democráticas, y quehay revolucionarios franceses comprometidosfundamentalmente con la libertad –los girondinos– y revolucionarios franceses comprometidosfundamentalmente con la igualdad –La Montaña,digamos, Montagnards–.Y vale la pena hacer esta reflexión: cuando unooye o lee los eslogan de la Revolución Francesa:libertad, igualdad, fraternidad, esa fraternidadderiva de que esta fue una revolución típicamen-

La democracia en Grecia clásica y su relación con la democracia moderna183te cristiana, anticlerical –el clero era uno de lossectores privilegiados de la sociedad–; casi todoslos revolucionarios franceses eran cristianos yentonces se habla de fraternidad que es un valorcristiano. Nos consideramos hermanos porquesomos hijos de un mismo Padre, pero ahora enun lenguaje secular esa fraternidad es la que nosotros pensamos como solidaridad. Podríamos,en lenguaje típicamente secular, desprovisto deesos precipitados religiosos, hablar de libertad,igualdad y solidaridad. Esas tres metas a uno lesuenan demasiado bien.Casi podría asegurar, a priori, que si yo les pregunto: ¿Ustedes juzgan la libertad un bien deseable?,todos dirían: claro; ¿y la igualdad?, también; ¿yla solidaridad?, también. Pero la tragedia vienecuando uno es consciente de que esas metas tan deseables, tan plausibles, que tanto valoramos, pueden no convivir pacíficamente y en determinadomomento tener que decidirse por la libertad, porla igualdad, por la solidaridad o por las libertadesindividuales. Hay incluso libros donde se trata eso,por ejemplo, en La dialéctica de la ilustración.De eso somos conscientes, entre otros, los quehemos ocupado cargos como jueces constitucionales. La Constitución colombiana es modelo deuna constitución en su parte dogmática garantista,comprometida con una serie de valores bellísimos,pero uno sufre la tragedia de impregnarse concasos en que uno de esos valores tiene que sersacrificado en lugar del otro. Entonces, cuandoyo le pregunto a una persona: ¿a usted le gusta lalibertad? Sí ¿Y le gusta la igualdad? También. Y sientran en choque esos dos valores –porque entranen choque y muy a menudo–, ¿usted cuál prefiere?Hay personas que dicen, ¿yo? la igualdad, o ¿yo?la libertad. El ejercicio del juez constitucionaltiene que consistir en sopesar, si le da prelacióna la libertad ¿en qué medida está sacrificando laigualdad?, y si le da prelación a la igualdad ¿enqué medida está sacrificando la libertad?Eso que los jueces tal vez no conocíamos y queahora se llama ponderación de principios, ponderación de valores, y que nos impide decir, lalibertad toda y que la igualdad desaparezca,o al revés, darle prelación a la igualdad y quela libertad se sacrifique, es un ejercicio muybello que pone de presente justamente eso deque metas, propósitos, valores, muy deseables,no siempre conviven pacíficamente.En la Revolución Francesa hay momentos en quelos derechos individuales son exaltados sin importar que la igualdad se sacrifique, y momentos en queson los valores igualitarios los que prevalecen. Enesa, que es ordinariamente tenida como la revolución liberal por excelencia, Babeuf –quien impulsóla revolución de los iguales–, también termina enla guillotina a pesar de ser el abanderado de laigualdad. Hay mucha literatura sobre eso. Recuerdo en este momento que Enrique Tierno Galván,un profesor de filosofía del derecho y de filosofíapolítica, que fue alcalde de Madrid, tiene un libromuy interesante que se titula Babeuf y los iguales,sobre ese episodio fundamentalmente igualitarista,pudiéramos llamar democrático y antiliberal, antiindividualista de la Revolución Francesa.Todo esto para mostrar que cuando afirmamosque estamos comprometidos con la libertad,tendríamos qué explicar, a la luz del texto delmaestro Molina, con cuál de las dos: con lalibertad seguridad o con la libertad participación. O de otra manera, estar comprometidoscon una sociedad liberal pero no democrática ocon una sociedad democrática y no liberal.

Criterio jurídico garantista184issn: 2145-3381 - Año 2 - No. 3 - Julio-Diciembre de 2010El caso es que nos gustan las libertades y nosgusta la democracia y hasta llegamos a decir:es que esas libertades son las sustancias de todademocracia, pero eso lo que expresa es un deseo,no un análisis lógico o riguroso. Es perfectamenteposible concebir una sociedad democrática dondeesas libertades no tengan vigencia como nosotrosquisiéramos.Ahora les voy a leer fragmentos muy pequeñosde un discurso muy famoso que pronunció en ElAteneo de París Benjamin Constant a comienzosdel siglo XIX, un texto ya clásico que se llamajustamente La libertad de los antiguos y la libertadde los modernos.En Roma los Tribunos tenían hasta cierto puntouna misión representativa –la representación enRoma prácticamente no existe, lo que es como lasustancia de

turas perfectamente distintas: la cultura griega y romana que Spengler llama cultura antigua, y la cultura occidental a la que él mismo denomina cultura fáustica. y recuerden que llama apolínea a la cultura griega y romana porque Apolo es el dios mesurado, el dios de la bebida, que siempre llega a decir esto: los griegos no abusaron de nada,

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