¿Cómo Medir El Impacto Social De Un Proyecto? 7 Claves Para La .

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¿CÓMO MEDIR EL IMPACTO SOCIAL DE UN PROYECTO? 7 CLAVES PARA LA FORMULACIÓN DE INDICADORES DE RESULTADOS EN PROYECTOS Y PROGRAMAS SOCIALES. Meliza Umaña Maldonado Antropóloga. Universidad Nacional de Colombia. Especialista en Política, Evaluación y Gerencia Social. FLACSO Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales. ¿Cómo saber si un proyecto deportivo contribuye al desarrollo integral de la mujer? ¿El proyecto de huerta mejora la salud de las familias? ¿Se logró el fortalecimiento de vínculos comunitarios a través de las actividades propuestas? ¿Se logró la inclusión social a través de un Programa de formación para el empleo? ¿Esto se puede saber? ¿Esto se puede medir? Este texto está dirigido a profesionales de la Administración Pública y Organizaciones de la Sociedad Civil, con formación previa en diseño de proyectos sociales1, que precisan de algunas herramientas para la formulación de indicadores cuantitativos que ayuden a medir los resultados y hacer seguimiento y monitoreo de Programas sociales. La respuesta a las anteriores preguntas implicaría el desarrollo de una investigación con diferentes metodologías de evaluación, que quizás tomaría mucho tiempo e implicaría un equipo de trabajo dedicado a este proceso, sin embargo formulando adecuadamente indicadores cuantitativos orientados a resultados2, los equipos de trabajo pueden aportar información que ayude a pensar si las actividades que se están realizando, realmente aportan a la consecución de los objetivos planteados y por ende pueden proporcionar algunos indicadores de impacto. Normalmente en los informes de los proyectos como información cuantitativa, se registran el número de actividades realizadas o la cantidad de participantes, con los indicadores cuantitativos orientados a resultados, se busca ampliar el tipo de información de un proceso y además enriquecer el diseño de herramientas de seguimiento y monitoreo. Este ejercicio además sirve para que los equipos se hagan preguntas sobre su propia práctica y generen propuestas de mejora. 1 Para formular indicadores cuantitativos es importante tener algunas bases para el diseño de proyectos sociales. Existen diversas metodologías de planificación que en su nivel más básico incluyen aspectos como: Justificación, mapa de actores, objetivos generales y específicos, estrategias, resultados, entre otros. 2 Se sugiere diseñar los indicadores en la etapa de diseño del proyecto, en un tablero de control o matriz de planificación, que contenga al menos los siguientes componentes: 1) Objetivos, 2) actividades/estrategia y 3) resultados/indicadores. 1

El concepto de “impacto social” puede entenderse de múltiples formas según el actor (Empresas, gobierno u organizaciones de la sociedad civil) y el campo de trabajo (Por ejemplo: arquitectura, agricultura, proyectos tecnológicos, ciencias sociales u otros), desde cada actor y área de trabajo, el impacto social busca determinar los efectos de los proyectos en una población. En este texto me refiero a proyectos con impacto social para hablar de intervenciones desde el campo social (del sector público o privado) que quieren realizar procesos sostenibles en el tiempo a mediano o largo plazo, orientados a generar cambios en las condiciones de vida de una población, es decir cambios relacionados en el acceso a la educación, la salud, el empleo, nutrición saludable, bienestar, esparcimiento, entre otros. (Sauvanet y Cashmore, 2016). Para hacer foco en los cambios generados en una población, los indicadores cuantitativos orientados a resultados y a la consecución de objetivos, son una buena herramienta para poder aproximarse a algunos parámetros que den cuenta del impacto social de los proyectos. Aunque el concepto de Impacto Social es mucho más amplio y comprende también efectos directos e indirectos del proyecto y otras variables de análisis. Además para una evaluación más completa podrían investigarse: el desarrollo de indicadores cualitativos, aprendizajes sobre la práctica, la perspectiva de los destinatarios, indicadores de producto, entre otros. Indicadores sociales: “Los indicadores son el resultado de operacionalizar los objetivos a alcanzar en el marco de una política, programa o proyecto. Se expresan en metas a partir de las cuales se diseñan los indicadores que permiten medir el grado en el que fueron alcanzadas” (Di Virgilio,2012,p.10 ). Los más habitualmente utilizados son los indicadores cuantificables: cifras absolutas, tasas, proporciones o porcentuales. Si bien estos índices son necesarios, no resultan suficientes para comprender cómo se producen los procesos, qué oportunidades se encuentran, cuáles son los principales obstáculos o qué factores dificultan la acción, por esto son necesarios también los indicadores cualitativos, que complementan a los anteriores (Di Virgilio,2012, p.10). Tipos de indicadores (Divirgilio,2012,p.47): Indicadores de cobertura: Reflejan el número de participantes o personas alcanzadas. Indicadores de proceso: Dan cuenta de las actividades realizadas. Indicadores de producto: Son resultados concretos de las actividades medidos en bienes producidos (objetos materiales) o servicios prestados. Indicadores de resultado: Se refieren al grado del alcance de los objetivos específicos y de su contribución concreta para mejorar la situación que les dio origen. 2

Los proyectos sociales normalmente tienen objetivos macro que orientan y le dan sentido a las actividades. Estos objetivos a veces son metas concretas con resultados más o menos evidentes (por ejemplo: lograr la inclusión laboral, que se mide a partir de las personas que consiguieron trabajo, después de pasar por un determinado programa de Formación para el empleo), pero otras veces los objetivos pueden parecer más difíciles de medir con indicadores cuantificables y es por esto que más adelante se desarrollan 7 claves para facilitar este proceso. En los informes de los programas/proyectos, cuando se trata de plasmar resultados cuantitativos, es usual plantear cuántas actividades se hicieron, cuántas personas participaron y diversos obstáculos o logros que describen la realización de actividades. Pero si se quiere saber si se están generando cambios y se está contribuyendo a mejorar las condiciones de vida de la población, se debe usar otro tipo de información, es importante desarrollar indicadores orientados a resultados, es decir que muestren de qué manera logramos saber si la actividad realizada le aporta al objetivo general y objetivos específicos del proyecto. Por ejemplo: ¿El taller sobre alimentación saludable, logra cambiar los hábitos de consumo y mejorar la salud de la población? Cuando no se tiene un equipo de evaluación y no hay suficiente tiempo ¿Cómo lo averiguamos? Se pueden realizar muchas actividades durante un programa/proyecto, se puede trabajar incansablemente durante todo un año y sentir que las actividades son exitosas porque tienen muchos participantes y están satisfechos, sin embargo no necesariamente se están cumpliendo los objetivos del Programa, es por esto que es importante hacer un seguimiento del cumplimiento de objetivos y verificar si se están produciendo los cambios que se esperaba producir. Los indicadores de proceso muestran lo que se hace Los indicadores de resultados muestran para qué sirve lo que se hace 7 Claves para la formulación de indicadores orientados a resultados: 1) Se pueden hacer cosas pequeñas, viables y económicas para medir el impacto social de un proyecto: Escuché varias veces decir que “En temas sociales, hay resultados que no se pueden medir”: Pero yo creo que todo se puede medir, otra cosa es no tener el tiempo o los recursos suficientes para hacerlo. Hay que preguntarse qué podemos saber con los recursos que tenemos e intentar generar las herramientas necesarias para profundizar sobre estos aspectos, sin necesidad de detener todo el proyecto para iniciar un proceso de evaluación. Propongo definir el impacto social de un proyecto, en función de los cambios que se espera generar en las condiciones de vida de una población e incluir estos cambios en la formulación de los objetivos. En esta medida cuando se verifica el cumplimiento de objetivos, se está verificando también la consecución de los cambios que se buscaban 3

producir, lo que se puede ir sistematizando en una matriz de planificación o tablero de control. 2) Formular los objetivos de un proyecto en función de los indicadores que se pueden conseguir, esto ayuda a definir y precisar. Se utilizan diversas metodologías de diseño de proyectos, pero la gran mayoría usa esquemas más o menos similares a este: primero se redactan los objetivos, después se diseñan las actividades y/o las estrategias y después los indicadores/resultados. Cuando se está en este último paso, sugiero volver a la definición de los objetivos, revisarlos y pensar si con la actividad que se va a realizar, realmente se está aportando a la consecución del objetivo planteado. Es posible que se haya definido un objetivo demasiado ambicioso, pero en la realidad solo se tienen recursos para hacer algunas actividades, en este caso es importante registrar “lo que se puede llegar a hacer” y no lo que se quiere hacer. Ejemplo: Objetivo: Actividades: Mejorar la salud de la 10 talleres de huerta urbana población a través de huertas urbanas Indicadores de resultados 100 familias mejoraron su salud con la implementación de huertas urbanas. El resultado hay que justificarlo y cuantificarlo y tienen que existir los soportes que validan la información registrada. Para poder saber si las familias mejoraron su salud, es posible que se requieran equipos y registros médicos, pero si el proyecto no tiene presupuesto para este tipo de seguimiento, puede ser más viable proponerse un objetivo más alcanzable y medible como, por ejemplo: Las familias mejoran sus hábitos alimenticios a partir de la realización de huertas urbanas. Para saber si las familias mejoraron sus hábitos alimenticios, se puede hacer una encuesta de prácticas de alimentación antes y después de realizadas las huertas, lo que seguramente va a disminuir los costos de una evaluación que en el primer caso requería de un equipo médico no contemplado en el proyecto. Si los objetivos están bien formulados y se revisaron en función de los indicadores de resultados, seguramente que todos los objetivos del proyecto se van a poder medir. 3) Los conceptos que parecen difíciles de medir, pueden dividirse en dimensiones de análisis que se puedan cuantificar El empoderamiento de la mujer, el nivel de bienestar de una comunidad, la integración comunitaria, el nivel de felicidad de una población, podrían ser considerados objetivos “difíciles de medir”. La clave está en definir cada concepto e intentar construir una meta para cada una de las dimensiones que lo componen. Además es fundamental que cada institución defina para sí misma sus propios objetivos/conceptos, porque son los valores que la orientan (Igualdad, bienestar, equidad, 4

empoderamiento, etc.) posteriormente deben definir qué parte de este concepto se va a abordar y se va a medir. Si el concepto es muy amplio, puede llegar a ser ambiguo y por lo tanto “inalcanzable”, por esto lo mejor es definir objetivos lo más concretos posibles. Ejemplo: ¿cómo medir la felicidad? Objetivo: Promover la felicidad en los niños de la Organización Semillas de Esperanza. Según la Organización Semillas de Esperanza la felicidad se mide a partir de los siguientes indicadores. - La cantidad de tiempo disponible para jugar. El estado de ánimo con el que llegan a la Organización. El nivel de integración con su grupo de pares El número de horas que duermen La cantidad de veces que se requiere la intervención del supervisior en conflictos. Lo que me interesa destacar de este ejemplo (más allá de su extrema simpleza y que el objetivo puede estar mal formulado) es que a veces creemos que hay conceptos que no se pueden medir, pero en realidad lo que falta es definirlos y encontrar las dimensiones que se van a elegir para medirlos. Quizás no se puede saber exactamente si se logró un objetivo (la felicidad de los niños por ejemplo) lo cual requiere posiblemente una evaluación externa a la organización y larga en el tiempo, pero se pueden medir algunas dimensiones del concepto, con herramientas fáciles de usar y acercarse así a los resultados de impacto de un proyecto social. 4) Para encontrar indicadores que se puedan cuantificar, también se pueden separar en dimensiones. Antes de pensar que determinado indicador no se puede medir, sepárenlo en sus diferentes dimensiones para averiguar cuál de todos esos aspectos si se puede cuantificar. Siguiendo con el ejemplo anterior, uno de los aspectos para medir “la felicidad de los niños” es el indicador: “nivel de integración con su grupo de pares”, suponiendo que sea un grupo de 100 chicos, un resultado podría ser: El 90% de los chicos están integrados. ¿Cómo medir esto? ¿Cómo saber si los chicos están integrados? Una respuesta común podría ser pedirle al profesor que califique el nivel de integración de cada alumno o el nivel de integración del grupo. Esta es una opción válida, pero sería mejor no dejar tanto a la “apreciación subjetiva” del profesor que sabe que lo están evaluando por esto. Otra opción es preguntarles a los propios estudiantes, si se sienten poco integrados, más o menos integrados o muy integrados con el grupo, de esta manera se evalúa la percepción según los participantes. Sin embargo buscar alternativas que midan el indicador sin mencionar explícitamente lo que se está buscando, puede ser más “objetivo” y enriquecedor para una evaluación. Así por ejemplo si se define previamente que por “integración con el grupo de pares” se entiende: saberse los nombres de los compañeros, hacer actividades pos-clase, tener otros espacios de encuentro, conocer a las familias de sus compañeros, entre otros, se puede hacer una encuesta a los participantes preguntando cada una de estas dimensiones, antes de comenzar el curso y cuando termina, para averiguar si efectivamente se logró la integración del grupo. 5

5) Para indagar impacto a mediano y largo plazo, incluir seguimiento a los participantes una vez finalizado el proyecto. Para conocer los resultados de un curso de formación y registrar si los participantes implementan lo que aprendieron o se quiere indagar sobre el impacto del curso en otros aspectos de la vida del estudiante, puede ser útil incluir un seguimiento después de terminado el curso. Así además de la evaluación de aprendizajes, se pueden evaluar otro tipo de efectos de los cursos y talleres en la vida de las personas. Prever que van a suceder este tipo de mediciones, cuando las actividades terminen incide en el diseño de los contenidos de los cursos y planificación de los proyectos. 6) No hay una fórmula para definir indicadores sociales, depende del contexto y de lo que se busca medir. Un indicador social no está bien hecho o mal hecho a priori, no hay una fórmula pre establecida porque depende de lo que se quiere saber, de los objetivos y del contexto en general. Anteriormente se mencionó que los resultados de los proyectos donde se establece un número de participantes, en realidad es un indicador de alcance, pero no un indicador de resultados, sin embargo el número de participantes podría ser válido también como un resultado, según el contexto y antigüedad del proyecto. Por ejemplo, en un caso donde hay muchas dificultades para la convocatoria a una actividad, el número de participantes, podría indicar: que se logró posicionar el tema en la población o que la institución fue aceptada en el territorio. En este caso no se podría decir que están mal formulados los indicadores de resultados, pues depende cómo se está leyendo la información que aporta el indicador. Es decir, para plantear resultados también se pueden usar indicadores de producto, de proceso o de cobertura, lo importante es que estos sean un efecto o consecuencia del proyecto y estén relacionados con los objetivos. 7) No es necesario esperar hasta el final para buscar los resultados del proyecto. Al incorporar herramientas de medición de resultados desde el comienzo de los proyectos, se producen modificaciones en toda la planificación y en todas las actividades, esto ayuda a darle coherencia a los procesos, por esto es fundamental hacerlo desde el comienzo y no dejarlo solo para el final cuando se deben sistematizar los informes. Tener los indicadores de resultados presentes desde el comienzo de las actividades, implica Incluir el diseño de instrumentos de recolección de información, tan simples como el listado de asistencia a un taller, una encuesta, una evaluación de un curso o una línea base con información que se pueda comparar antes y después, estas herramientas las pueden diseñar los integrantes de los equipos de trabajo y deben incluirse dentro de las responsabilidades de implementación de los programas. 6

Bibliografía: Cohen, E. y Martinez, R. (2002) Manual de formulación, evaluación y monitoreo de proyectos sociales. Buenos Aires: CEPAL. Cashmore, N y Sauvanet A, (2 de septiembre de 2016). Qué es el Impacto Social y porque es importante. oices/social-impact.html Di Virgilio, M. (2012) Monitoreo y evalaución de políticas, programas y proyectos sociales. Fundación CIPPEC, Buenos Aires. Neirotti, N. (2005) “Elementos conceptuales y metodológicos para la evaluación de políticas y programas sociales”. IIPE/UNESCO, Buenos Aires. 7

7 Claves para la formulación de indicadores orientados a resultados: 1) Se pueden hacer cosas pequeñas, viables y económicas para medir el impacto social de un proyecto: Escuché varias veces decir que En temas sociales, hay resultados que no se pueden medir _: Pero yo creo que todo se puede medir, otra cosa es no tener el tiempo o

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