Capítulo Las Metáforas De 11 La Conciencia

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capítulo11las metáforas dela concienciaEste capítulo, que inicia la sección dedicada al procesamiento de la informaciónpor el cerebro, esto es, a las teorías de la conciencia, comienza a su vez conel papel de las metáforas en la investigación científica, para, a continuación,enumerar y describir las metáforas de la conciencia. Es decir, las maneras depensar sobre la conciencia en la historia del pensamiento occidental. Metáforasimplícitas que condicionan nuestra investigación y manera de entender la mente,y su relación con el cerebro. Por último seleccionamos una de tales metáforas,la de las olas, que nos sirve de teoría computacional de la conciencia. A partirde esta metáfora, surgen, sin embargo, dos modelos opuestos sobre la mente,el del Teatro Cartesiano de Baars y el de los Borradores Múltiples de Dennett,como veremos en los capítulos venideros, donde ambos serán contrapuestos.Por eso, al final de este capítulo, el lector debería quedarse con un regustode insatisfacción que le lleve a los tres capítulos siguientes para saciar su curiosidad.

Ramón Nogueras, Francisco Tornay y Emilio Gómez MilánEl oleaje de la menteMetáfora: Ret. Tropo que consiste en usar palabras con un sentido distintodel propio, si bien guardando con este cierta relación analógica.Nueva enciclopedia Larousse¿Y me preguntas qué es poesía?¡Poesía, poesía eres tú!Gustavo Adolfo BécquerLAS METÁFORAS DE LA CONCIENCIA

En ese fragmento de una de susconocidas rimas, el poeta nos presenta un ejemplo impecable de loque es una metáfora.Al ser incapaz de definir algo como lametáfora, opta por describirla en función dealgo real, palpable, observable, como es eneste caso su amada.De alguna manera, querido lector, lasmetáforas se han acabado convirtiendo enuna necesidad en el mundo de la ciencia,y aún más necesarias en el mundo de lapsicología. Esto es así debido a que, confrecuencia, los psicólogos hacemos de nuestro objeto de estudio conceptos que no sonempíricamente observables o medibles. Estefenómeno no es exclusivo de la psicología (como nos acaba de mostrar Bécquer),también ocurre en algunas ciencias de lasllamadas naturales como la física, dónde sehan usado muchas metáforas para describirlos átomos, por ejemplo. Esto es así debidoa que realmente nadie había visto un átomocuando se formuló el modelo, simplementelos físicos sabían que había «algo» y decidieron usar esas metáforas para hacerlo comprensible y estudiable. Cuando un físico oun químico decía que los átomos eran comosistemas solares en miniatura, con un núcleoque ejerce las funciones de sol, y una seriede partículas (los electrones) describiendoórbitas a su alrededor, no pensaba que losátomos fuesen realmente así. Simplemente,esa es una buena forma de visualizar ennuestra mente algo que no podemos mostrarliteralmente.Cuando el objeto de nuestro estudio esla conciencia, el uso de metáforas se vuelvetodavía más imprescindible. La concienciaes algo a lo que sólo nos podemos referir con metáforas, esto es, identificándolacon un modelo real (más o menos) quenos sirva para hacernos una idea de cómocreemos que es y funciona. Y esto es asíporque las definiciones científicas en bruto,tal y como se usan en muchas ciencias nopueden emplearse en el estudio científico LA CONCIENCIAde la conciencia ni de otros procesos psicológicos que todos conocemos. ¿Y eso porqué? Pues pongamos un ejemplo: supongamos que tratamos de estudiar el amor sinemplear metáforas, usando sólo definicionesliterales y precisas. ¿Qué nos ocurriría? Quelas definiciones se nos quedan cojas. Si,por ejemplo, definiéramos el «amor» como«la cantidad de tiempo que dos personaspasan juntas», nosotros podríamos medir ycuantificar el «amor» de una forma precisay exacta, adecuada para plantear teorías,hipótesis y experimentos. Podríamos medirel «amor» que sentimos por nuestros jefesy profesores, nuestras parejas, y plantearexperimentos en los que, en función de lascondiciones que se dieran, nuestro «amor»por determinadas personas oscilaría en direcciones que nosotros podríamos predecir yque confirmarían nuestras hipótesis sobre el«amor». ¿Nos sirve esta definición? Para nada.Según esta definición, las parejas que vivenseparadas por la distancia no se amarían, yaque su «amor» sería muy escaso y ocasional.Los presos, por el contrario se amarían conpasión, convirtiendo las cárceles de nuestromundo en lugares encantados, donde uno,en cuanto entra, debería sentirse embargado por oleadas de amor, al menos por suscompañeros de galería y celda. Además deno corresponderse con la realidad (por suerte), esta definición deja fuera muchísimosaspectos del amor que habría que considerar.Animo al lector a que invente una definiciónliteral, exacta y precisa, y que sea medibleen términos objetivos, de algún conceptocomo el amor. Suerte. Por lo que se ve,una descripción del amor o de la conciencia en forma metafórica, si bien perderíaen precisión, ganaría a la hora de abarcartodos los aspectos generales del fenómenoa estudiar.Muchos de nuestros conceptos básicostienen un carácter metafórico: las ideas detiempo (se concibe el tiempo como un ríoque fluye sin poder detenerse), mente (vemos la mente como un ordenador), moral

(comparar las leyes morales con las leyesnaturales), matrimonio (asemejar el matrimonio como una simbiosis entre dos células.)(Lakoff, 1987, 1999). Es decir, a la hora decrear conceptos abstractos y razonar sobreellos usamos algún tipo de comparación entre esos conceptos y otras ideas diferentes.Pero Lakoff (1993) nos dice que estas sonmetáforas conceptuales, esto es, una metáfora en la que se realiza «una correspondenciaconceptual de entidades, propiedades, relaciones y estructuras de un dominio de uncierto tipo (dominio fuente) sobre un dominio de un tipo diferente (dominio objetivo)»(Fernández y Duque y Johnson, 1999, p.84). Por ejemplo, una metáfora conceptualhabitual es comparar la mente con un ordenador: El dominio fuente es «ordenador»,y el dominio objetivo sería «operacionesmentales». Las metáforas tienen ademásuna capacidad muy importante: la capacidadpara inferir características del dominio objetivo a partir del conocimiento que tenemossobre el dominio fuente. De este modo, sidecimos que la memoria humana es comola memoria del ordenador, podríamos decirque en las personas la memoria está divididaen «casillas» o «celdas» a las que se puedeacceder mediante algún tipo de código, etc.Esto nos permite describir mejor cómo suponemos que se organiza la memoria humana,a partir de lo que sabemos de la memoriade los ordenadores.Las metáforas en ciencia comoherramientas imprescindiblesComo mencioné arriba, las metáforas sonfrecuentes en las teorías científicas, particularmente en las ciencias sociales. Las metáforasmás exitosas en la historia de la ciencia hansido las llamadas metáforas mecanicistas, queson aquellas en las que se compara la mente, o cualquier otro objeto de estudio, conuna máquina (véase la del ordenador antesmencionada). Draaisma (1998) ha estudiadoparticularmente las metáforas de la memoriay la mente, y veremos más adelante algunade ellas en detalle, ya que nos ayudarán aestudiar con más detalle cómo pensamosque es y funciona la conciencia. Así mismo,también estudiaremos otras metáforas quenos pueden ser útiles a la hora de entendermejor el fenómeno de la conciencia.Otra disputa importante se centra sobrecuál es el papel de la metáfora en la ciencia,no acerca de si la metáfora es importante.Durante siglos ha prevalecido el punto devista literalista sobre el lenguaje científico;el literalismo acepta que se usen metáforaspara elaborar versiones preliminares de lasteorías, pero considera que con el tiempoesas metáforas deben eliminarse para dejarpaso a modelos literales del objeto estudiado. O lo que es lo mismo, podemos comparar el funcionamiento de la mente humanacon el funcionamiento de un ordenador alprincipio, cuando comenzamos nuestra laborinvestigadora y conocemos poco sobre lamente. Pero a medida que aumenta nuestroconocimiento sobre el objeto de estudio, debemos abandonar las metáforas para pasara usar descripciones literales de la mente,basándonos en sus componentes reales y su«verdadero» funcionamiento. Esta tendenciacobró gran importancia a partir del nacimiento de la ciencia moderna en el siglo XVII.Sin embargo, el literalismo ha tenido susdetractores, siendo especialmente destacadoentre ellos uno de los padres de la psicología moderna, William James. James atacóduramente a los literalistas, argumentando(posiblemente con razón) que hay objetos deestudio como la conciencia en los que nuncapodríamos llegar a abandonar las metáforasya que no hay unos componentes materialesa los que referirnos para una descripciónliteral de la mente y la conciencia. En losúltimos tiempos muchos estudios han puesto de relieve la importancia de la metáforaen el razonamiento científico, con lo que elpunto de vista literalista parece descartadopor completo en la actualidad, y con másLAS METÁFORAS DE LA CONCIENCIA

Las metáforas en la cienciaComo ya he indicado, las metáforasno sólo aparecen en el razonamientocotidiano y en el lenguaje natural. También son frecuentes en las teorías científicas. Newton utilizó la metáfora de la«atracción» entre personas o incluso dela «sociabilidad» (Manuel, 1968, p. 68)al explicar el movimiento de unas masashacia otras, al que más tarde denominó«gravedad». En física tuvo también granimportancia la polémica sobre la naturaleza de la luz que, en esencia, se debíaa la existencia de dos metáforas rivales:la de la luz como onda y la de la luzcomo conjunto de partículas. Ambas metáforas subsisten hoy en día como formasalternativas de considerar a las partículaselementales. Éste es un caso interesantede dos metáforas incompatibles que seutilizan a la vez. Las ideas de Darwinestuvieron fuertemente basadas en metáforas, tal y como puede comprobarse ensus cuadernos de trabajo (p.e., Herbert,1980). Entre esas metáforas destacan lacomparación entre la selección natural yla cría artificial de animales, que colocabarazón en una ciencia como la psicología.La metáfora del focode linternaEsta metáfora compara la actividad mentalcon la vista. Esto implica que la concienciaoperaría como una persona en un mundo aoscuras que sólo tiene una linterna. Los objetos iluminados por el círculo de luz de lalinterna son los únicos que esa persona puede percibir (o ser consciente de), mientras LA CONCIENCIAa la Naturaleza (Darwin escribía la palabraen mayúsculas) en el papel de un agentepersonal capaz de «seleccionar» a los másaptos. Se trata, por tanto, de una metáforahumana de la naturaleza. Darwin tambiénutilizó la imagen o metáfora visual del árbolcomo forma de pensar en la evolución. También la lógica y las matemáticas basan granparte de sus ideas en metáforas (Johnson,1987; Lakoff y Núñez, 1996).En las ciencias sociales las metáforas hansido particularmente frecuentes. En el casoconcreto de la psicología, se han utilizadogran número de metáforas a lo largo de todasu historia. El libro de Leary (1990) contieneestudios detallados de un gran número deesas metáforas. Una de las primeras es lacomparación entre mente y respiración, queaparece especialmente clara en la palabraespíritu (de spiritus, o respiración en latín).Las metáforas de corte mecanicista han tenido un gran éxito, en especial a partir dela obra de Descartes, que estableció unaanalogía entre los cuerpos vivos y los autómatas con mecanismo de relojería. Desdeentonces se han utilizado un gran númeroque el resto del mundo sería invisible paraesa persona (o no sería consciente). Es unametáfora muy extendida, presente en grannúmero de culturas. Las ideas se comparancon los objetos vistos, las condiciones quepermiten la comprensión con las fuentes deluz, etc. Se considera que aquellos objetosque son iluminados por el foco de la linternaequivalen a las ideas presentes en la conciencia, esto es, aquellas ideas que tenemos enmente en un instante determinado (Posner,1980).Siguiendo con la idea de metáfora con-

de otras metáforas mecánicas, entre ellasla de la máquina a vapor, el teléfono y, porsupuesto, el ordenador.Entre las metáforas no mecanicistas pueden citarse las cinco metáforas básicas dela emoción recogidas por Averill (1990, p.113): a) la emoción como sensación interna;b) la emoción como respuesta fisiológica,sobre todo procedente de las vísceras; c)la emoción como la parte animal del serhumano; d) la emoción como enfermedadmental; e) la emoción como fuerza o energíavital. Cada una de esas metáforas ha llevadoa un desarrollo teórico distinto dentro de lapsicología.Draaisma (1995/1998) ha estudiado lasmetáforas de la memoria. Entre ellas destacan la metáfora de la escritura, la del fósforo(la memoria es similar al fósforo, que puederetener la luz y después volver a emitirla),la metáfora del espejo o de la fotografía, lametáfora del ordenador y la más reciente, lametáfora del holograma. Ésta última es unejemplo particularmente ilustrativo del usode la metáfora en la teoría psicológica. Loshologramas funcionan almacenando los pa-trones de interferencia de la luz reflejadapor un cierto objeto. Un rayo de luz adecuado es capaz de reconstruir la imagentridimensional del objeto a partir de lospatrones de interferencia almacenados enel holograma. En un mismo holograma sepueden almacenar las imágenes de milesde objetos a la vez y cada una de ellospuede recrearse con sólo utilizar el rayo deluz adecuado. La metáfora del hologramacompara al cerebro con un holograma quealmacena, en forma de conexiones entreneuronas, el equivalente de los patronesde interferencia entre la actividad eléctrica provocada por distintos recuerdos. Lasclaves de recuperación equivaldrían al rayode luz que se utiliza para recrear el holograma. Las teorías basadas en la metáforadel holograma pueden explicar diversascaracterísticas de la memoria. Por ejemplo,el hecho de que un recuerdo se recuperede forma instantánea, sin necesidad deuna búsqueda a través de la memoria.También se han propuesto explicaciones defenómenos como el déjà vu o los efectosde punta de la lengua.ceptual que apuntaba más arriba, en estametáfora el foco de la linterna representael mecanismo de la atención, que aquí selecciona qué ideas entran a la conciencia.El espacio iluminado por la linterna es elespacio de representación de la conciencia,o lo que es lo mismo, la capacidad de laconciencia para mantener ideas «en mente».Sin embargo, esta metáfora de la concienciano es un invento de los psicólogos, y tieneilustres precedentes en el campo de la filosofía. Veamos cuáles son estos.La alegoría de la cavernaPuede que el lector encuentre un símilde esta metáfora en uno de los mayoresfilósofos de la antigüedad clásica: Platón ysu metáfora de la caverna. En esta metáfora,las personas no percibimos directamente losobjetos del mundo, sino que sólo somoscapaces de ver sus sombras reflejadas enla pared de una caverna (nuestro mundomental) donde nos hallamos prisioneros. Deeste modo, nuestra percepción del mundono es directa, sino que actuamos sobre larepresentación que hacemos del mundo enLAS METÁFORAS DE LA CONCIENCIA

nuestra conciencia (si entendemos que laconciencia es la pared de la caverna y quesólo somos conscientes de aquello que serefleja en esas paredes, esto es, que estáen la conciencia).El teatro cartesianoLa metáfora de la conciencia como linterna también ha tenido un importantísimodefensor posterior a Platón: el mismísimoDescartes con su metáfora del teatro de laconciencia, o teatro cartesiano (¿ve el lectorporqué las metáforas son importantes?) Enesta metáfora, entendemos a la concienciacomo el escenario de un teatro donde compararíamos a los actores del mismo con lasideas que están en nuestra conciencia en unmomento dado (o que aparecen en el focode nuestra linterna, o se reflejan en la paredde la caverna). De esta manera, una idea queentra o sale del escenario es una idea de laque somos o dejamos de ser conscientes,y aquel actor que está iluminado con másfuerza por los focos sería aquella idea máscentral en nuestra conciencia.Podemos ver que las tres metáforas tienenmucho en común. Las tres son denominadas metáforas espaciales de la conciencia,en tanto en cuanto presentan la concienciacomo un espacio mental de trabajo: lo quese encuentra en ese espacio, es aquello alo que estamos accediendo conscientemente.El tamaño de ese espacio es más o menos LA CONCIENCIAfijo, y depende de la amplitud atencional dela persona, lo que implica que el número deideas bajo el foco de nuestra conciencia esmás o menos una constante.Sin embargo, esta metáfora de la conciencia ha perdido pujanza a medida quediversos estudios han mostrado que algunasde sus hipótesis, como que el tamaño delfoco es fijo no eran correctas, ya que seha encontrado que el foco atencional puedevariar su amplitud en función de la tarea a laque nos enfrentamos y a las característicaspersonales de cada sujeto.Podríamos proponer al lector una formamás moderna de estas metáforas ya clásicas: Tanto la alegoría de la caverna dePlatón como la metáfora del foco de linterna son equivalentes a lo que sucede en elcine. Podríamos igualar la conciencia a unproyector de cine que trabaja en una salaa oscuras. De este modo, aquello que seproyecta en la pantalla sería el contenidode nuestra conciencia, así que sólo una idea(entendiendo los fotogramas individualescomo ideas sueltas) puede ocupar el centrode la conciencia en un momento dado. Laconciencia sería como la proyección continuade imágenes en una pantalla, y no seríamosconscientes de nada que no esté situado endicha pantalla. También notará el lector quela metáfora del teatro cartesiano también serelaciona con ésta, ya que ¿acaso no es elteatro un antepasado del cine?

MetáforasconceptualesMetáfora general de la mente como máquina ----------------- ------------- ------------- PensamientoFormulación matemática------------------------------------- RazonamientoFunciones de la máquina-------------------------------- Capacidades mentalesProductos de la IdeasFuncionamiento de la máquina----------------- Memoria: Procesamiento de InformaciónFuncionamiento Normal---------------------------------- Pensamiento NormalAvería de la máquina-------------------------Problema psicológico o daño ----------------- ExplicaciónVentaja: Elimina el misticismo de la psicología.Inconveniente: La conciencia no cabe en la explicación.Metáfora concreta de la atención como foco de linterna (Fernández Duque y Johnson)Foco de linterna------------------------------------- Mecanismo atencionalAgente que controla el foco-------------------- Ejecutivo Central (problema del agenteo problema de Hume)Agente que ve------------------------------- Conciencia (de nuevo el problemadel agente)Campo potencial de Visión----------------------------Espacio de trabajo mental yrepresentación del conocimientoArea -- Area atendidaMovimiento del foco------------------------ Cambiar el pensamiento (desengancharuna idea, enganchar otra nueva)Ventaja: Permite localizar en el cerebro las operaciones del foco de linterna (enganche,desenganche y movimiento).Inconveniente: No escapa del problema del homúnculo, sino que lo evade.Aspectos positivos y negativos de las metáforas conceptualesPOSITIVOS Sirven para conocer fenómenosno observables. Acercan el conocimiento complejo apersonas no iniciadas en un tema. Permiten circular de lo abstracto alo concreto.NEGATIVOS Casi todas dejan sin resolver elproblema del homúnculo. Son conjeturas, y, por lo tanto,subjetivas. Nos pueden alejar de la realidad demodo incontrolado. No se puedenrefutar.LAS METÁFORAS DE LA CONCIENCIA

Figura 1. La presentación de la izquierda produce flechas ilusorias, pero

decimos que la memoria humana es como la memoria del ordenador, podríamos decir que en las personas la memoria está dividida en «casillas» o «celdas» a las que se puede acceder mediante algún tipo de código, etc. Esto nos permite describir me

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