MIRCEA ELIADE - Libro Esoterico

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MIRCEA ELIADELASERPIENTEE M E C ÉE D I T O R E S

Título original francésANDRONIC ET LE SERPENTCopyright Editions de L’Herne, Paris, 197941, rue de Verneuil 75007 ParisIMPRESO EN ARGENTINA - PRINTED IN ARGENTINAQueda hecho el depósito que previene la ley número 11.723 EMECÉ EDITORES, S. A. - Buenos Aires, 1981

UNA DIALÉCTICA DE LO FANTÁSTICOUna mirada, a través de las lentes, que viene de lejos bajo una frenteconcentrada, poderosa; las mejillas, el mentón toscamente tallado, cortadospor una boca delgada, lineal, crispada. Los gestos febriles, a menudoexplosivos, a menudo torpes, las más de las veces controlados, una calmaimpuesta, dominada, detrás de la cual se agita la inquietud, a menos quesonría la serenidad. Habla poco. Prefiere escuchar y observar. Atento,interesado por todo, feliz, no de enseñar sino de aprender. El gozo deldiálogo sostenido casi con una pasión de adolescente, libre de toda vanidad.Atrincherado en el silencio y en las bocanadas de su pipa a fin de que elinterlocutor no sienta sobre él la presencia del sabio y revele su originalidadsin compulsión. Deferente, espontáneo, lleno de tacto y de distinción en todomomento, de una dulzura franciscana. Una intensa presencia, a vecesinterrumpida por un repliegue en sí mismo, como una corriente de agua queabsorbiera la tierra. Modesto, increíblemente modesto, pero con un sentidomuy claro del valor. Una candidez que lo lleva a regocijarse como un niñofrente a las bellezas cotidianas del mundo, o quizás una profunda sabiduría,liberada de contingencias ordinarias y que contempla el siglo y los siglos.A despecho de las circunstancias, la personalidad de Mircea Eliade meparece típicamente rumana. A pesar de su prodigiosa notoriedadinternacional, el escritor y sabio continúa pensando y creyendo según lasestructuras rumanas, evidentes en su obra literaria (todas escritas en sulengua materna), pero también en su personal estilo.Es por eso que este punto de vista me parece indispensable paraabordar la prosa “fantástica” de Mircea Eliade, componente esencial de suliteratura.El volumen de recuerdos publicados en 1966 sugiere importantes5

consideraciones. Desde la infancia, aparece una actitud que se convertiráluego en postura permanente: la percepción de lo real bajo el ángulo de lofabuloso. De pequeño, visita la casa de sus abuelos, donde descubre “ununiverso inextinguible, lleno de secretos, rico en sorpresas” y “dondecomenzaba otro mundo”. En una mansión de Rîmnicul-Sărat donde pasóalgún tiempo con su familia, entra un día a una pieza milagrosa,curiosamente deshabitada: “Si yo hubiera podido utilizar el vocabulario deun adulto, habría dicho que descubría un secreto. Podía en todo instanteevocar ese encantamiento verde y me quedaba inmóvil, atreviéndomeapenas a respirar, y reencontraba la beatitud del principio, revivía con lamisma intensidad mi súbita entrada en el paraíso de ese mundo sin igual”(más tarde, provocará voluntariamente estas rememoraciones como medio decombatir sus crisis de melancolía).Sin caer en el error de detectar un impacto infantil, que hubieradeterminado la vida de Eliade, podemos afirmar que se perfilaba un ciertotipo de experiencia espiritual y estética. El hecho banal, corriente entretantos niños de su edad (tres o cuatro años), se transforma en unacontecimiento existencial: introducirse en una pieza generalmente cerradacon llave, equivale en su espíritu a entrar en una zona sagrada, prohibida alprofano. La confusa impresión experimentada por el niño se convertirá entema de meditación para el adolescente y luego será explicada por el sabioque escribirá —metafóricamente hablando— que, ese día, lo sagrado hacíairrupción en lo profano. La beatitud que sentirá más tarde reviviendo esemomento, significará una anulación del tiempo, un retorno in illo tempore.¿Nos equivocamos, aplicamos abusivamente al autor su propia teoría?No lo creo. Sea lo que fuere, yo quería subrayar, con ese ejemplo, que laluminosa perspectiva del narrador Eliade pone en evidencia una solidaridadorgánica entre la experiencia personal del joven Eliade y los estudiosemprendidos más tarde por el filósofo. Desde su infancia, una maneraparticular de vivir y de percibir lo hacen sensible a la comprensión de todaexperiencia en tanto redescubrimiento y revelación, abierto al simbolismosecreto del mundo, a la fascinación del destino que apenas se vislumbra,imperceptible, en lo cotidiano. Este núcleo profundo de la personalidad deEliade, desembocará en consecuencia tanto sobre la pasión del eruditocuanto sobre la necesidad de expresión directa del prosista. Además, elepisodio mencionado más arriba, aparecerá casi tal cual en la obsesión deStefan Viziru, personaje de la novela La Nuit de la Saint-Jean (La Noche deSan Juan).6

Mircea Eliade ha señalado * la interdependencia que, desde elcomienzo, relaciona sus páginas “realistas” y “fantásticas”. Sus primerosensayos aparecidos en Ziarul Stiintelor Populare † se titulan (hechosignificativo para su orientación) “Cómo encontré la piedra filosofal” y“Recuerdos de un retiro espiritual”. En el liceo, escribía, sin publicarlas, “Lasmemorias de un soldado de plomo”, historia cósmica de un trozo de plomodesde sus orígenes, en la tierra, hasta el juguete de hoy, al mismo tiempoque “La novela de un adolescente miope”.Sería necesario recordar, de todas maneras, que muchos de susescritos se sitúan en la frontera de lo real y de lo fantástico. ¿Cómo explicaresta particularidad, harto rara, en la literatura rumana? Sin duda por lasmismas razones que explican también el interés del hombre de ciencia porlos fenómenos espirituales más diversos: una cierta percepción de lomilagroso existente desde su infancia y una apertura cultural (viajes,estudios, lecturas, experiencias) hacia los sistemas de pensamiento situadosfuera de las tradiciones nacionales y aun europeas, pero que, enconsecuencia, llega a comprender más profundamente. A este respecto, laliteratura fantástica de Mircea Eliade se ubica entre su literatura realista ysus estudios de filosofía y de historia de las religiones, en el sentido en quela idea de considerar a los hechos como “fantásticos” constituye un términomedio entre describirlos de una manera estrictamente positiva, indiferente almisterio, e interpretarlos de una forma cientificista, en función de ciertoscomplejos culturales arcaicos, o en función de un círculo de motivos míticos yrituales, etc.La personalidad unitaria de Mircea Eliade está formada justamente porla permanente interferencia de estas tres actitudes y la preeminencia de unao de la otra definiendo un cierto sector de su obra. La libre comunicaciónentre estas tres actitudes significa el movimiento interior de un hombre queno hubiera podido jamás satisfacer la exclusividad de una, puesto que,desde siempre, ha develado el misterio infinito de lo real y de su fascinanteambigüedad. Podemos, por lo demás, citar a Eliade mismo: “En todos loscasos la dependencia entre escritos literarios y teóricos es real. Comenzandopor los ejemplos más evidentes, yo podría recordar Le Secret du docteurRonigberger, que deriva en línea recta del yoga ‡Algunas líneas más abajo precisa: “Si yo me hubiese empeñado, elsimbolismo de la serpiente habría sido más coherente, pero entonces, la*Fragmento autobiográfico.Diario de Ciencias Populares, 1920-1921.‡Fragmento autobiográfico.†7

intervención literaria habría quedado reprimida. No lo sé. He aquí lo que meparece interesante: mientras me sumergía en un tema caro a un historiadorde las religiones como yo, el escritor rechazó toda colaboración conscientecon el erudito y el intérprete de símbolos y se obstinó en permanecer libre deelegir lo que le pluguiera y de rechazar esos símbolos y las interpretacionesque le servia en bandeja el erudito filósofo. [.] Evidentemente, yo no querríadar la impresión de que escribía libros a fin de sostener alguna tesis. Si lohubiese hecho, mis novelas habrían sido sin duda, filosóficamente hablando,más consistentes. En realidad, como la experiencia de La Serpiente loprueba con plenitud, yo hacía literatura por el placer (o la necesidad) deescribir libremente, de inventar, de soñar y aun de pensar, pero fuera delcorsé del pensamiento sistemático. Toda una serie de asombros, demisterios, de problemas que rechazaba mi actividad teórica reclamaba,posiblemente, verse colmada en la libertad de la escritura literaria.”LA SERPIENTEEsta novela (1937), de la misma manera que otras obras “fantásticas”,se plantea de una forma absolutamente banal. Se entrevé al instante laconcepción de Mircea Eliade; no hay solución de continuidad entre lo “real” ylo “fantástico”. Sólo una evaluación exterior, fundada en criterios extraños ypor lo tanto inapropiados, ordena los acontecimientos en “verosímiles”(reales) e “inverosímiles” (fantásticos). En revancha, según el criterio interno,el de la probabilidad épica (y no lógica, moral, social, etc.), todo el esfuerzodel escritor apunta a convencer al lector, de una manera insidiosa, delcarácter posible de los hechos, ampliando progresivamente la concentraciónde lo extraño en la atmósfera inicialmente banal, hasta que se convierte ennatural y aceptable. Aunque dentro de sus grandes líneas, esta concepción yesta técnica se presenten con preferencia en la creación de Mircea Eliade, meparecen particularmente convincentes en La Serpiente, la única de sus obrasdonde no interviene la dislocación espectacular del tiempo, del espacio o dela personalidad humana. Aquí, en efecto, nada de especial sucede, lo épicose resume en una línea semiclásica por su simplicidad. Un perfecto equilibriode medios estilísticos impide que se ponga en evidencia un elemento deatmósfera en detrimento de otros, de manera que una relectura atentapermite descubrir “enterrados” en el texto, numerosos elementos (posibles)de predicción, que pasaron inadvertidos en un primer momento. No seencuentran metáforas o símbolos obsesivos, cargados de implicancias. La8

sugestión se ha obtenido más por el conjunto que por el detalle. Hasta elritmo que es lineal, perezoso, aparentemente indiferente, permanente como elencanto (en los dos sentidos de la palabra) de Andronic, está exento de esasaceleraciones o de esos espacios en blanco utilizados para marcar elsuspenso.Al comienzo, esta vulgaridad de la gente burguesa ahíta testimonia unabotagamiento de las conciencias donde titila apenas alguna vagaaspiración de Liza o de Dorina, rápidamente asfixiada por los cálculosmatrimoniales de la familia. La aparición de Andronic despertará esasconciencias, reactivará sus funciones vitales y espirituales en el caso deDorina, pero podemos imaginar, luego del fin, su recaída en el anonimato. Dehecho, la sordina general de la novela atenúa los choques y reacciones,mientras que el efecto de los “milagros” de Andronic se limita a propensioneseróticas implícitas o explícitas.Andronic aparece inopinadamente: sin ser introducido por algunatensión interna del grupo de veraneantes, responde a las insatisfaccionessecretas de cada uno. El carácter extraño de la fascinación que el jovendeportista mundano ejerce sobre estos pequeñoburgueses se acentúacuando, en el monasterio de Càldàrusani, es relatada la historia delnaufragio del que ha escapado misteriosamente. Algunas líneas de estepasaje serán suficientes para ilustrar la soltura con la que Eliade maneja lasconnotaciones significativas de las palabras: el barco “se hundió comotrabado por un encantamiento y el plomo lo arrastraba”, dice Andronic, yluego: “Se hizo oscuro de golpe, la oscuridad descendía en oleadas desde laespesura.” Cuando una dama afirmó que él no estaba muerto porque Dios lohabía socorrido. Andronic no pudo disimular una amplia, triste sonrisa.“—Quizás por eso —respondió suavemente.”El lago, el bosque, la muerte, el secreto (pagano) que él solo conoce, sonlos elementos de la seducción de Andronic, que se ejerce sobre cada uno ensu totalidad y que emana no solamente de un hombre en tanto macho, sinotambién de un ser humano diferente de los otros.El episodio del juego de las prendas en el bosque, es revelador.Andronic, que no persigue ningún fin aparente, se limita a devolver lalibertad a sus compañeros, dándole la ocasión de manifestarseespontáneamente en el seno de una naturaleza cómplice. Stamate y Liza,Manuilà y Dorina, Vladimir y la señora Solomon, viven bajo unencantamiento que ellos mismos crean por una coquetería nocturna con lastentaciones reprimidas durante el día. Incapaces de analizar su turbación, lallaman Andronic y las mujeres comienzan a desearlo mientras que en9

realidad lo que ansían es, de hecho, el Amor. Sin embargo, el encanto espotencialmente ilimitado y sentimos de pronto que el hechicero rebelde a lasinsinuaciones emite un fluido que sobrepasa el eros.Así, cuando en la bodega del monasterio, Andronic cuenta la historiapor todos desconocida de la muerte de la virgen Arghira, ocurrida más de unsiglo atrás, dice: “—No tengo la impresión de haber vivido, hace muchotiempo, otra vida. Siento que he vivido siempre aquí, desde la fundación delmonasterio ” Esta respuesta nos retrotrae a algunas palabras precedentesde Dorina, que vive un tiempo cíclico y, en sus sueños, se identifica conArghira; asimismo, su descenso, soñado, al palacio de cristal de Andronicretoma el recuerdo del naufragio realmente contado por este último, como supropia navegación, realizada más tarde, hasta la isla. Andronic, por elcontrario, perdura en un tiempo eterno, sin ciclos ni repeticiones,“contemporáneo” no sólo del monasterio, sino del lago, de las serpientes y delos pájaros, los árboles y los juncos, y de los que afirma, no sin ambigüedad,que una maldición los condena “a no morir jamás, y a crecer siempre bajolas aguas”. Hay, en consecuencia, tres planos temporales: el de losveraneantes, esclavos del instante; el de Dorina, que vive quizás “el Eternoretorno” de los acontecimientos; el de Andronic, atemporal, eterno. El primeroserá profano, los otros dos serían formas de lo sagrado. De todas maneras,si utilizo el condicional y la palabra quizás, es porque esta estructuración designificaciones no está marcada en ninguna parte en forma decisiva. Elhechizo en el monasterio y las funciones de los personajes, comprendidoAndronic, se apoyan sobre estructuras temporales pero no se constriñen aellas.El momento culminante, la invocación y el exorcismo de la serpiente porAndronic, reúne en un solo haz, de una intensidad mágica, lassignificaciones mayores de la novela: eróticas, psicológicas (yparapsicológicas), metafísicas. Andronic, el hechicero, se identifica con laserpiente en el plano de la fascinación erótica. “Dorina tuvo la impresión deque la serpiente venía directamente hacia ella y un súbito terror reemplazó alencanto del pasado. Como si de pronto despertara ante algo imposible demirar, una cosa terrible y peligrosa que una joven mujer no tenía derecho decontemplar. Al acercarse, la serpiente parecía aspirar su respiración,esparcir la sangre en sus venas, abrasar su carne entera con un terrormezclado a estremecimientos desconocidos de un amor malsano. Había unainsólita mezcla de muerte y de hálito erótico en esa oscilación horrorosa, enesa fría luminosidad del reptil.”Ocurre del mismo modo para Liza y la señorita Zamfiresco. La10

identificación de las dos seducciones eróticas (la serpiente y Andronic) seproduce en ese momento pero se hará evidente más tarde, en el sueño de lasmujeres, cuando Liza, por ejemplo, vivirá “con una voluptuosidad infinita,mezclada con el terror de la muerte” el abrazo del hombre simultáneo a laaparición “de la cabeza terrorífica de la serpiente entre los puños cerradosde Andronic”.Comprendemos poco a poco, que La Serpiente, título de la novela, esmás bien un “superpersonaje” de hombre-serpiente, engendrado por laidentidad mágica entre el hombre y la serpiente. Es un ser primordial,telúrico, fascinante, porque presta su actualidad a la vivencia primera deaquéllos que lo contemplan. Las mujeres viven menos el deseo del abrazosexual de Andronic que una suerte de éxtasis erótico impersonal, semejantea la orgía colectiva de los pueblos “primitivos” en los que el eros,violentamente vivido por cada participante, tiene una funciónsupraindividual de comunicación mágica con la unidad del cosmos. Estassignificaciones no se hallan explícitas en el texto, pero su sugestión latenteopera incuestionablemente. En el momento de la invocación de la serpiente,así como en el episodio de los sueños, los personajes femeninos estándistribuidos de manera circular alrededor de Andronic. Por lo demás, estacomposición circular de la novela es permanente. Sobre el camino delmonasterio, los personajes se agrupan por parejas; a partir del juego de lasprendas, estas parejas se desorganizan; las mujeres, pero también loshombres (Vladimir en particular) comienzan a gravitar en torno de Andronic.Con la aparición del héroe, se reemplaza un tipo de composición por otro, altiempo que en el plano psicológico, la conciencia de cada uno comienza adeslizarse hacia una nueva órbita. ¡He aquí una construcción evidentementenovelesca desde todos los planos de la significación! Andronic o Andronic-laserpiente, se encuentra tanto en el centro épico como en el centro espacial dela novela (en medio de la habitación donde aparece la serpiente, luego en laisla en el medio del lago) cual el mago que ordena los ritos o perturba lapercepción espaciotemporal de los profanos que lo rodean como el yogui deNuits à Serampore (Las Noches de Serampore). Andronic ejerce suencantamiento maléfico y perturba las conciencias desde el comienzo, desdesu primera aparición, pero este embrujo no se revela como tal sino por lainterpretación de un acontecimiento central: el exorcismo de la serpiente.En este orden de ideas, ¿se podría hablar de simbolismo del centro enLa Serpiente? Una vez más lo que está latente en el texto contiene larespuesta. Andronic-la-Serpiente es el centro metafísico de la novela en lamedida en que lo es también de lo épico, lo espacial o lo mitológico. Ubicado11

en el “centro” Andronic-la-Serpiente posee el poder de una hierofanía, pormedio de la cual lo sagrado alcanza lo profano y se le revela.Para las conciencias “adormecidas” de los veraneantes, lo sagrado, queal comienzo ni sospechan siquiera, es revelado por Andronic. Su carácterhierofántico es sin embargo variado; si no inquieta más que superficialmentea la mayoría de los personajes, por angustias eróticas (las mujeres) oansiedades de adolescente (Vladimir), modifica no obstante totalmente elantiguo yo (profano) de Dorina y le provoca un “segundo nacimiento”, comoen los ritos de iniciación “clásicos”. Desde este punto de vista, elencantamiento ejercido por Andronic-la-Serpiente en la conciencia más“laica” del capitán Manuilà, es significativo: “de nuevo sintió crecer en él elterror y pesados los párpados. Si gritara. Imposible siquiera mover undedo, ni emitir un gemido. Exactamente como en aquella hora de espantoinolvidable, cuando había entrado bruscamente a la pieza de su madre, enel campo, y la había encontrado muda, la mirada perdida, postrada en tierrasin saber qué había ocurrido. No fue sino más tarde cuando le contaron queuna gitana había venido a decir la buenaventura y, luego de haberseacomodado en el suelo, había sacado la mano de un muerto de su alforja ytrazado un círculo a su alrededor. Era todo lo que recordaba ” Interesante,aquí, el respeto de lo particular de la conciencia, donde interviene lainserción de lo sagrado. Lúcido, irónico, desconfiado y rencoroso por celos, elcapitán resiste por más tiempo a la seducción, pero la recibirá, una vezvencido, conforme con sus propias estructuras mentales: el temor delpresente, reflejo típico de una conciencia egocéntrica bruscamente apartadade su centro vital, la confianza en sí recordándole un terror de niño, untraumatismo enterrado en su subconciente y alrededor del cual construyó,más tarde, como una muralla, toda su conciencia ostensiblemente laic

parece típicamente rumana. A pesar de su prodigiosa notoriedad . orgánica entre la experiencia personal del joven Eliade y los estudios emprendidos más tarde por el filósofo. Desde su infancia, una manera . misterio, e interpretarlos de una forma cientificista, en función de ciertos

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timpului liniar, creând astfel o structură în spirală pe care o întâlnim şi în teoriile lui Mircea Eliade, în Le Mythe de l’Eternel Retour, Gallimard, 1989. 4. Pentru o nuanţare a tipologiilor Salman Rushdie, în cartea Les Patries Imaginaires, Ch. Bourgeois, 1993, stabileşte o tipologie a călătorului într-o perspectivă cronologic.

authority, or a substantial and specific danger to public health or safety. The underlying principle of the Air Force Merit Promotion Program is the identification, qualification evaluation, and selection of candidates made without regard to political, religious, labor organization affiliation, marital status, race, color, sex, national origin, non-disqualifying .