La Visión Del Hijo Del Hombre Y Las Cartas A Las Siete Iglesias

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UNIVERSIDAD PONTIFICIA COMILLAS DE MADRID FACULTAD DE TEOLOGÍA Departamento de Sagrada Escritura e Historia de la Iglesia LA VISIÓN DEL HIJO DEL HOMBRE Y LAS CARTAS A LAS SIETE IGLESIAS (Análisis Exegético y Retórico de Ap 1,9-3,22) Director: Prof. Dr. D. Francisco Ramírez Fueyo sj. Autor: Ldo. D. Alejandro Wiesse León ofm. Madrid 2014

CONSTANCIA REGISTRAL DEL TRIBUNAL DEL ACTO DE LA DEFENSA DE TESIS DOCTORAL TÍTULO: LA VISIÓN DEL HIJO DEL HOMBRE Y LAS CARTAS A LAS SIETE IGLESIAS (Análisis Exegético y Retórico de Ap 1,9- ‐3,22) AUTOR: Ldo. D. Alejandro Wiesse León ofm. DIRECTOR: Prof. Dr. D. Francisco Ramírez Fueyo sj. DEPARTAMENTO: Sagrada Escritura e Historia de la Iglesia FACULTAD: Teología Miembros del Tribunal Calificador: PRESIDENTE: Firma: Firma: Firma: Firma: SECRETARIO: Firma: VOCAL: VOCAL: VOCAL: Fecha de lectura: Calificación:

ÍNDICE SIGLAS Y ABREVIATURAS INTRODUCCIÓN 7 13 PRIMERA PARTE ANÁLISIS HISTÓRICO - LITERARIO CAPÍTULO PRIMERO: CONTEXTO HISTÓRICO – LITERARIO I II III MARCO HISTÓRICO DE LA OBRA 1. El problema del autor 2. Lugar de composición y destinatarios 3. El Apocalipsis ¿conflicto con Jerusalén o Roma? 4. Datación de la obra 5. El culto imperial y las persecuciones Excursus 22 22 23 28 30 34 41 64 MARCO LITERARIO DE LA OBRA 1. El problema del género 2. Características literarias de la apocalíptica 3. La forma literaria de Ap 1,9-3,22 4. Crítica literaria 4.1 Delimitación inicial: Diálogo litúrgico (Ap 1,4-8) 4.2 Delimitación final: visión del Trono de Dios y el Cordero (Ap 4-5) 4.3 Estructura literaria de Apocalipsis 1,9-20 4.4 Estructura literaria de Apocalipsis 2-3 4.5 Criterios de unidad: la primera visión (Ap 1,9-20) y las cartas (Ap 2-3) 4.6 Estructura literaria de la obra del Apocalipsis 5. Historia de la redacción 68 68 79 90 96 96 98 99 104 106 107 110 MARCO SOCIO-POLÍTICO DE LAS SIETE CIUDADES DEL APOCALIPSIS 1. Judaísmo 2. Cristianismo 3. La ciudad y comunidad de Éfeso 4. La ciudad y comunidad de Esmirna 5. La ciudad y comunidad de Pérgamo 6. La ciudad y comunidad de Tiatira 7. La ciudad y comunidad de Sardes 8. La ciudad y comunidad de Filadelfia 9. La ciudad y comunidad de Laodicea 117 117 120 123 131 136 140 144 148 151 CONCLUSIONES 154

4 SEGUNDA PARTE ANÁLISIS TEXTUAL - EXEGÉTICO CAPÍTULO SEGUNDO: ANÁLISIS TEXTUAL Y EXEGÉTICO DE LA PRIMERA VISIÓN (Ap 1,9-20) PRESENTACIÓN DE CRISTO A SU IGLESIA I ANÁLISIS EXEGÉTICO 1. Texto griego y traducción 2. Análisis del versículo 9 3 Análisis del versículo 10 4. Análisis del versículo 11 5. Análisis del versículo 12 6. Análisis del versículo 13 7. Análisis del versículo 14 8. Análisis del versículo 15 9. Análisis del versículo 16 10. Análisis del versículo 17 11. Análisis de los vv. 18-19 12 Análisis del versículo 20 CONCLUSIONES CAPÍTULO TERCERO: ANÁLISIS TEXTUAL Y EXEGÉTICO DE Ap 2-3 LA PURIFICACIÓN DE LA IGLESIA I ANÁLISIS EXEGÉTICO 1. Éfeso 2,1-7 2. Esmirna 2,8-11 3 Pérgamo 2,12-17 4 Tiatira 2,18-29 5 Sardes 3,1-6 6 Filadelfia 3,7-13 7 Laodicea 3,14-22 CONCLUSIONES 158 158 159 161 176 182 189 196 203 208 218 228 233 240 245 247 247 248 280 303 329 354 368 381 395

5 TERCERA PARTE ANÁLISIS RETÓRICO - TEOLÓGICO CAPÍTULO CUARTO: ANÁLISIS RETÓRICO - TEOLÓGICO 399 I 399 STATUS QUAESTIONIS 1. 2. 3. ¿Qué se entiende por retórica? Situación de la aplicación de la retórica clásica al libro del Apocalipsis Presentación del análisis retórico bíblico semítico de R. Meynet 399 404 417 II ANÁLISIS RETÓRICO DE AP 1,9-3,22: LA PRESENTACIÓN DE CRISTO Y LA PURIFICACIÓN DE LA IGLESIA 428 1. La función retórica de Ap 1,9-3,22 2. Análisis retórico de la primera visión 3. Análisis retórico de las cartas (Ap 2-3) 4. Análisis retórico de la Carta a Éfeso (Ap 2,1-7) 5. Análisis retórico de la Carta a Esmirna (Ap 2, 8-11) 6. Análisis estructural de la Carta a Pérgamo (Ap 2,12-17) Comparación de las tres cartas (Éfeso – Esmirna – Pérgamo) 7. Análisis estructural de la Carta a Tiatira (Ap 2,18-29) 8. Análisis estructural de la Carta a Sardes (Ap 3,1-6) 9. Análisis estructural de la Carta a Filadelfia (Ap 3,7-13) 10. Análisis estructural de la Carta a Laodicea (Ap 3,14-22) Comparación de las tres cartas (Sardes – Filadelfia – Laodicea) CONCLUSIONES FINALES 1. 2. 3. ¿Por qué Juan escogió este tipo de género literario? Elementos teológicos comunes a la visión inaugural y a las cartas Resultados del análisis retórico BIBLIOGRAFÍA 428 430 449 451 459 467 476 480 490 498 505 515 519 519 522 525 540

Ἰδοὺ ἕστηκα ἐπὶ τὴν θύραν καὶ κρούω· ἐάν τις ἀκούσῃ τῆς φωνῆς µου καὶ ἀνοίξῃ τὴν θύραν, καὶ εἰσελεύσοµαι πρὸς αὐτὸν καὶ δειπνήσω µετ αὐτοῦ καὶ αὐτὸς µετ ἐµοῦ. (Ap 3,20) Con aprecio para Μέγας Αδελµο

SIGLAS Y ABREVIATURAS 1. Abreviaturas generales AT Antiguo Testamento c. Capítulo cc. Capítulos ed. Editor eds. Editores NT Nuevo Testamento RBS Análisis Retórico Semítico s. Siguiente ss. Siguientes trad. Traductor v. Versículo Vol. Volumen vv. Versículos x Frecuencia con la que se repite un término 2. Abreviaturas de Ediciones de la Biblia BJ Biblia de Jerusalén, DESCLÉE DE BROUWER (ed.), Bilbao 42009. LXX Septuaginta, Rahlfs A. (ed.), Deutsche Bibelgesellschaft, Stuttgart 1979. TM Biblia Hebraica Stuttgartensia, ELLIGER K. RUDOLPH W. (eds.), Deutsche Bibelgesellschaft, Stuttgart 51997.

8 3. Abreviaturas de revistas AHB Archaeology History and Biblical ANRW Aufstieg und Niedergang der römischen Welt. Geschichte und Kultur Roms im Spiegel der neueren Forschung. ASE Annali di Storia dell Esegesi BAR Biblical Archaeology Review BBR Bulletin for Biblical Research Bib Biblica BR Biblical Research CBQ Catholic Biblical Quarterly EsB Estudios Bíblicos EThR Études Théologiques et Religieuses Greg Gregorianum HTR Havard Theological Review JBL Journal of Biblical Literature JETS Journal of the Evangelical Theological Society JNTSSA Journal of the New Testament Society of South Africa JSNT Journal for the Study of the New Testament JThS Journal of Theological Studies L.A. Liber Annuus NTS New Testament Studies RB Revue Biblique RevBib Revista Bíblica RHPR Revue d histoire et de philosophie religieuses RivBib Rivista Biblica RivBiblIt Rivista Biblica Italiana SBFA Studium Biblicum Franciscanum

9 Analecta TSAJ Texts and Studies in Ancient Judaism VT Vetus Testamentum 4. Abreviaturas de obras de referencia DENT Diccionario Exegético del Nuevo Testamento DMJ Diccionario del Mundo Joánico DTNT Diccionario Teológico del Nuevo Testamento GLAT Grande Lessico del Antico Testamento GLNT Grande Lessico del Nuovo Testamento

10 5. Abreviatura de los libros de la Biblia a. Abreviaturas del AT Gn Génesis Sab Sabiduría Ex Éxodo Eclo Eclesiástico Lv Levítico Is Isaías Nm Números Jr Jeremías Dt Deuteronomio Lam Lamentaciones Jos Josué Bar Baruc Jue Jueces Ez Ezequiel Rut Rut Dn Daniel 1-2Sam 1º-2º Samuel Os Oseas 1-2Re 1º-2º Reyes Jl Joel 1-2Cr 1º-2º Crónicas Am Amós Esd Esdras Ab Abdías Neh Nehemías Jon Jonás Tob Tobías Miq Miq Jdt Judit Nah Nahum Est Ester Hab Habacuc Job Job Sof Sofonías Sal Salmos Ag Ageo Prov Proverbios Zac Zacarías Ecl Eclesiastés Mal Malaquías Cant Cantar de los cantares 1-2Mac 1º-2º Macabeos

11 b. Otras abreviaturas específicas de LXX OdSl. Odas de Salomón c. Abreviaturas del NT Mt Mateo 1-2Tes 1º-2º Tesalonicenses Mc Marcos 1-2Tim 1º-2º Timoteo Lc Lucas Tit Tito Jn Juan Flm Filemón Hch Hechos los Heb Hebreos de Apóstoles Rom Romanos Sant Santiago 1-2Cor 1º-2º Corintios 1-2Pe 1º-2º Pedro Gál Gálatas 1-3Jn 1º-2º-3º Juan Ef Efesios Jds Judas Flp Filipenses Ap Apocalipsis Col Colosenses 6. Abreviaturas de la literatura apócrifa ApBar. Apocalipsis de Baruc ApSirBar. Apocalipsis Siriaco de Baruc Or. Sib. Oráculos Sibilinos Tes. Jacob Testamento de Jacob Tes. Mos. Testamento de Moisés 7. Abreviaturas de la literatura clásica y helenística Aristóteles Ret. Retórica Cicerón De Invent. La invención retórica Flavio Josefo Ant. Antigüedades Judías Quintiliano Inst. Orat. Institutio oratoria Anónimo Ret. Al. Retórica a Alejandro

12 8. Abreviaturas de la literatura patrística Anónimo Const. Apost. Constituciones Apostólicas Clemente de Alejandría 1Clem. 1º Carta de Clemente Clemente de Alejandría Strom. Stromata (Miscelaneas) Clemente de Alejandría 1Clem. Cor. 1º Carta de Clemente a los Corintios Epifanio de Salamina Pan. Panarión Eusebio de Cesarea Hist. Ecl. Historia Eclesiástica Hipólito de Roma Refut. Refutación de todas herejías Ignacio de Antioquía Mag. Carta a los Magnesios Ignacio de Antioquía Tral. Carta a los Tralianos Ireneo de Lyon Adv. Haer. Contra las herejías Pastor de Hermas Vis. Visión Teodoreto de Ciro Haer. fab. Historia de las herejías Tertuliano Adv. Valent. Contra los Valentinianos 9. Abreviaturas de la literatura targúmica y rabínica Aboth. Tratado de los Padres Midr. Rab. Cant. Midrash Rabba Cantar de los cantares Midr. Rab. Ex Midrash Rabba Éxodo Midr. Rab. Nm Midrash Rabba Números Pesachim Tratado de la Pascua las

INTRODUCCIÓN El Apocalipsis es el libro más leído, comentado y controvertido de la Biblia cristiana. No se puede negar la influencia que han ejercido en la cultura occidental pasajes como la cifra 666 (Ap 13,18), la imagen de la Gran Babilonia, el Cordero degollado o la cita famosa de Ap 20,3 que dio origen a la interpretación y corriente ideológica milenarista. Más aún, durante los primeros siglos del cristianismo sus páginas sirvieron de inspiración al pensamiento ebionita y montanista, como a los bellos comentarios alegóricos de Orígenes y Agustín, entre otros. Desde hace siglos, sus personajes siguen alimentando la imaginación del arte, del cine, de la literatura e, incluso, las obras de ciencia ficción. Sin embargo, una lectura superficial, literal o fundamentalista de sus narraciones, cargada de imágenes de seres angélicos y demoniacos, ha llevado a muchos a considerar el Apocalipsis como vaticinio de guerras, catástrofes naturales o del fin del mundo, especialmente ante la proximidad de un nuevo milenio. Incluso se ha llegado a identificar sus figuras totalmente irreales e imaginarias con individuos, instituciones y lugares de hoy. Se corre así el peligro de poner en boca del autor cosas totalmente ajenas a su intención, sacando al texto de su contexto vital. Al respecto, el documento La interpretación de la Biblia en la Iglesia de la Pontificia Comisión Bíblica refiriéndose a la lectura fundamentalista de la Biblia, afirma lo siguiente: “El problema de base de esta lectura fundamentalista es que, al no querer tomar en cuenta el carácter histórico de la revelación bíblica, se vuelve incapaz de aceptar plenamente la verdad de la Encarnación misma. El fundamentalismo rehúye la estrecha relación de lo divino y lo humano en las relaciones con Dios. Rechaza admitir que la Palabra de Dios inspirada se ha expresado en lenguaje humano y que ha sido compuesta, bajo la inspiración divina, por autores humanos cuyas capacidades y recursos eran limitados. Por esta razón, tiende a tratar el texto bíblico como si hubiera sido dictado palabra por palabra por el Espíritu y no llega a reconocer que la Palabra de Dios ha sido formulada en un lenguaje y una fraseología condicionadas por tal o cual época. No concede ninguna atención a las formas literarias y a los modos humanos de pensar presentes en los textos bíblicos, muchos de los cuales son el fruto de una elaboración que se ha extendido por largos períodos de tiempo y lleva la marca de situaciones históricas muy distintas”. ( nº 1384) Por lo expuesto, se deduce la indispensable necesidad que el lector de hoy tiene de comprender adecuadamente el lenguaje de la obra, su contexto vital o Sitz im leben y

14 sus formas literarias, para llegar a aquello que Juan quería trasmitir a su comunidad, es decir, a la Palabra de Dios. En varias ocasiones, los círculos fundamentalistas han hecho perder de vista que la obra de Juan es un libro de confianza y de esperanza. Se le podría calificar como una literatura de resistencia, que enseña a vivir la fidelidad al evangelio en medio de un mundo hostil. Personalmente considero el Apocalipsis como el ejemplo más adecuado para demostrar que, sin comprender el mundo y la mentalidad del autor, no es posible conocer el mensaje inspirado. Dichas observaciones me han servido de motivación para elegir el Apocalipsis de Juan como campo de mi investigación. La obra de Juan se escribió en Asia Menor a finales del s. I d.C., bajo situaciones socio políticas muy concretas que exigieron a su autor utilizar un género y un lenguaje literario. Sería difícil, por tanto, comprender el Apocalipsis sin ubicarlo dentro de la literatura apocalíptica judía, a la cual pertenecen escritos como: Daniel, Is 25-27; Ez 13; 36-48; Zac 7-14; Henoc; Jubileos; etc. Esta corriente literaria comprende un espacio de producción que va desde el s. II a.C. hasta el s. III d.C., desarrollándose al inicio en el ámbito judío y posteriormente en el judeo cristiano. Su aparición responde, normalmente, a las circunstancias de sometimiento político, persecución e imposición cultural por las que atravesó el pueblo judío. Tales sucesos no solo provocaron grandes interrogantes teológicos al pensamiento judío sino que crearon una pérdida de identidad dentro de la comunidad de creyentes. Muchos se acomodaron a las costumbres y prácticas paganas abandonando la ley y la pureza del judaísmo. A esto se suma la gran decepción que provocó el período de gobierno Asmoneo, así como el reinado de Herodes el grande, y sus sucesores. En síntesis, se puede decir que la literatura apocalíptica, que nace de la profecía, tiene la finalidad de mantener la esperanza en situaciones de opresión y, a la vez, suscitar la fidelidad y perseverancia ante la crisis de identidad. Para la apocalíptica, la pérdida del sentido de la historia es ocasión para que Dios intervenga creando un mundo nuevo, donde el destino de justos e injustos se encuentra ya decidido. Según la apocalíptica, hay cosas que solo podrá solucionar el Reinado o gobierno de Dios. Los fieles a Dios, por tanto, deberán perseverar tras un breve tiempo hasta la llegada del día del Señor. Este tipo de género literario resultaba oportuno para Juan y su comunidad a finales del s. I d.C., ya que durante este período de dominación romana subió al trono Domiciano, un emperador que tuvo interés por acrecentar el llamado “culto imperial” junto con la exaltación de la cultura pagana. Su pretensión era, quizás, lograr una mayor unidad en el imperio, es decir, entre Roma y sus provincias. Así, la unidad política se

15 llevaría a cabo a través de la unidad religiosa. Sin embargo, si bien para el ambiente politeísta tal práctica religiosa no suponía ningún problema, sí lo fue para el cristianismo que se negó a rendir culto al emperador. Llegaron las persecuciones, puesto que ir contra el culto imperial era oponerse a la política del estado, y fue en Asia Menor precisamente donde hubo una mayor persecución y hostilidad hacia la Iglesia. Surgen entonces en los creyentes las mismas preguntas que Israel se hizo en tiempos de opresión ¿dónde está nuestro Dios? ¿dónde está la fuerza de Cristo? ¿Por qué permite el martirio de sus fieles? A esto, se añaden dos factores con los que se debe contar: primero, la separación del cristianismo de la sinagoga judía y, segundo, lo atractivo y beneficioso que resultaba para muchos cristianos abandonar la fe y abrazar la cultura pagana con sus costumbres y creencias. Ante esta situación, Juan emplea con originalidad el lenguaje apocalíptico dotado de una fuerte carga expresiva, forzando en varias ocasiones la gramática a través de un amplio abanico de recursos literarios. Al utilizar este tipo de lenguaje, existía en el autor una clara intención de afectar y persuadir el comportamiento de su lector/oyente, no solo para mantener su esperanza ante la persecución sino, también, para cambiar su conducta frente a la pérdida de identidad de muchos cristianos. Es decir, se busca provocar sentimientos de rechazo hacia la cultura pagana representada por Roma, así como reforzar los valores y principios evangélicos. A esta táctica de influir en el comportamiento del lector/oyente a través del escrito o la palabra se le denomina el arte de la retórica. La retórica, nacida en la cultura griega, se puede definir como la técnica que el autor emplea para componer un discurso bello y persuasivo capaz de suscitar actitudes y emociones en el auditorio. Como se sabe, gran parte de los textos bíblicos son, en cierta medida, textos persuasivos. Son, además, muchos y diversos los estudios actuales que han prestado gran atención al estilo retórico presente en la literatura bíblica. Y, por lo que se refiere a la redacción del Apocalipsis de Juan, no sería nada extraña la influencia de la retórica, ya que tras la difusión del pensamiento helénico bajo la dominación griega, Asia Menor contaba en muchas de sus ciudades con buenas y conocidas escuelas de retórica clásica. Es más, los cristianos de esta zona no eran ajenos a semejantes manifestaciones culturales. Lo judío, lo griego y lo romano formaban parte de su mundo y de su pensamiento. Es comprensible que los hagiógrafos para presentar el mensaje cristiano con poder de convencimiento emplearan formas y estilos retóricos comunes en su época. Por tal motivo, no son pocos los estudiosos que reconocen en las páginas del

16 Apocalipsis un evidente estilo persuasivo, ya sea para acreditar la autoridad de su mensaje o bien para desacreditar a sus opositores. Dentro de este ámbito se ubica mi labor de investigación; en otras palabras, intento hacer una lectura retórica de una de las secciones del Apocalipsis de Juan. En concreto, busco conocer los componentes y nexos retóricos entre la visión del Hijo del hombre (Ap 1,9-20) y las siete cartas del Apocalipsis (Ap 2-3). En lo que respecta a la aplicación del método retórico a ciertos pasajes de la Biblia, el documento de la Pontificia Comisión Bíblica La interpretación de la Biblia en la Iglesia en los nº 1295-1296 manifiesta lo siguiente: “La retórica es el arte de componer discursos persuasivos. Puesto que todos los textos bíblicos son el algún grado textos persuasivos, un cierto conocimiento de la retórica forma parte del equipamiento normal del exegeta Muchos estudios bíblicos recientes han prestado una gran atención a la presencia de la retórica en la Escritura. Se pueden distinguir tres acercamientos diferentes. El primero se apoya sobre la retórica clásica grecolatina; el segundo está atento a los procedimientos semíticos de composición; el tercero se inspira en las investigaciones modernas llamadas nueva retórica”. Como bien diferencia la cita anterior existen tres modelos de retórica: la grecolatina; aquella que está atenta a los procedimiento semíticos de composición; y la llamada nueva retórica. Cuando se habla de la aplicación retórica a los textos bíblicos se piensa normalmente solo en la retórica clásica, es decir, en la grecolatina, definida de la siguiente manera: “La retórica clásica distingue tres factores de persuasión que contribuyen a la calidad de un discurso: la autoridad del orador, la argumentación del discurso y las emociones que suscita en el auditorio. La diversidad de las situaciones y de los auditorios influye enormemente sobre el modo de hablar. La retórica clásica, desde Aristóteles, admite la distinción de tres géneros de elocuencia: el género judiciario (delante de los tribunales), el deliberativo (en las asambleas políticas), el demostrativo (en las celebraciones)”. (PCB nº 1297) En mi caso, al finalizar mi labor de licenciatura el año 2010 en el Studium Biblicum Franciscanum, recibí el ánimo y el consejo de mi maestro y profesor el Dr. Eduardo Arens, del prof. Ugo Vanni sj y del prof. G. Buguzzi para dirigir mi investigación doctoral aplicando al pasaje de Ap 1,9-3,22, junto a la retórica clásica, el análisis semítico de Ronald Meynet. Mi contacto con dicho análisis tuvo lugar a partir del curso de retórica que se impartió al inicio de mi tercer año de estudios en la facultad bíblica de Jerusalén,

17 asignatura que contó con la participación del Prof. Roberto di Paolo ofm.conv, quien nos expuso esta metodología a través de diversos pasajes bíblicos. Este análisis fija su atención en los procedimientos semíticos de la composición de los textos bíblicos y en el contexto donde se han desarrollado. En síntesis, dos son sus premisas: la primera consiste en reconocer que los textos bíblicos están adecuadamente redactados y organizados por sus autores. La segunda es aceptar que la comprensión de su estructura literaria nos permite descubrir el mensaje del texto bíblico y brindar una adecuada interpretación. Se debe considerar, incluso, que si gran parte de quienes escribieron los textos bíblicos tenían una cultura y mentalidad hebrea, es motivo suficiente para tratar los pasajes bíblicos no solo desde una óptica occidental sino desde los esquemas mentales de su propia cultura. El análisis semítico ha puesto su atención, sobre todo, en el modo como están estructurados y organizados los textos del Antiguo Testamento; en especial, aquellos de carácter discursivo. Dicha observación ha revelado una cierta similitud con la composición de algunos pasajes del Nuevo Testamento. Prueba de ello son los numerosos trabajos de investigación con los que el Prof. R. Meynet ha ido comprobando su teoría. Los antecedentes históricos de este tipo de análisis se remontan a la mitad del s. XVIII con el estudio de De sacra poesi hebraeorum de R. Lowth (1753) y las investigaciones de T. Boys y J. Jeeb, a quienes me referiré más adelante. Probablemente una cierta alusión a esta metodología se da en el documento de la PCB nº 1299 cuando, hablando acerca de una segunda aplicación retórica, afirma: “Enraizada en la cultura semítica, ésta manifiesta un gusto pronunciado por las composiciones simétricas gracias a las cuales se establecen relaciones entre los diversos elementos del texto. El estudio de las múltiples formas de paralelismo y de otros procedimientos semíticos de composición debe permitir discernir mejor la estructura literaria de los textos y llegar así a una mejor comprensión de su mensaje”. En mi trabajo me sirvo de ambos enfoques, tanto de la retórica clásica como del análisis de R. Meynet aplicado a la sección de Ap 1,9-3,22. De la mano de la retórica clásica pretendo, sobre todo, descubrir cuáles son los elementos retóricos claves y los argumentos lógicos que utiliza Juan para suscitar emociones y cambios de conducta en su auditorio. En este punto, los exégetas más conocidos que han examinado el estilo retórico de la obra de Juan son D. Aune; E. Schüssler; John T. Kirby; R. M. Royalty; D.

18 A. DeSilva, a quienes dedico algunas páginas en el capítulo IV destacando sus principales aportes. En el caso del segundo examen, aunque mi trabajo sea solo una inspiración, busco responder a la pregunta: En qué medida la estructura o forma del texto permite acceder a su mensaje. Mi estudio, además, intenta dar un aporte a este tipo de acercamiento bíblico, pues hasta el momento dicho análisis no ha sido aplicado al Apocalipsis. Para esta labor he contado con el asesoramiento de mi tutor de tesis, el Dr. Francisco Ramírez Fueyo sj., quien actualmente imparte los cursos tanto de retórica en las cartas de Pablo como de literatura apocalíptica en la Pontificia Universidad de Comillas. Por otro lado, son suficientemente conocidos los amplios y extensos estudios y comentarios exegéticos que desde el siglo pasado se han dedicado al Apocalipsis de Juan, de modo especial dentro de la escuela norteamericana (por ejemplo, D. E. Aune; G. K. Beale; J. Roloff, etc). La mayor parte de ellos reconoce la unidad literaria entre la visión inaugural del Hijo del hombre (Ap 1,9-20) y los mensajes a las siete iglesias (Ap 2-3). Asimismo, admiten la carta de Tiatira como centro de las epístolas, formando, incluso, una estructura de tipo concéntrica (G. K. Beale; Contreras Molina, etc). Una correlación que se evidencia a través de los nombres, las figuras, los símbolos y el contenido temático que comparten entre sí. Dichos comentarios no son ignorados en mi trabajo, pues al empezar realizo un lectura diacrónica del texto a través de la exégesis y del método histórico-crítico, intentando tener una visión más clara de su evolución histórica. Si bien esta descomposición del texto bíblico puede ofrecer algunas claves de comprensión, creo, sin embargo, que no es suficiente, debido a que no abarca su estado final, su valor narrativo y su estructura literaria. Consciente de esta limitación, complemento mi labor con una lectura sincrónica, esto es, con la aplicación del análisis de R. Meynet y la de retórica clásica. Además, se debe observar que entre el método histórico crítico y los nuevos métodos de análisis literario no hay antagonismo, sino una complementariedad. Así lo manifiesta el magisterio de la Iglesia en PCB nº 1291:

19 “Ningún método científico para el estudio de la Biblia está en condiciones de corresponder a toda la riqueza de los textos bíblicos”. Los objetivos específicos de esta investigación son: a. Conocer las situaciones socio culturales y políticas por las que atravesaban los cristianos de Asia Menor a fines del s. I d.C, que motivaron a Juan para elegir un tipo de lenguaje persuasivo. b. Descubrir la función retórica y teológica que cumple la visión del Hijo del hombre (Ap 1,9-20) dentro del Apocalipsis; y, específicamente, su relación con el mensaje a las siete iglesias (Ap 2-3). c. Evidenciar los elementos y los silogismos retóricos que Juan aplica para suscitar emociones y cambios de conducta en su auditorio. Sobre todo, aquellos que son más frecuentes y persuasivos. d. Verificar si, según el análisis de R. Meynet, la organización del texto así como la disposición de los términos revelan su mensaje. e. Destacar los aspectos teológicos más importantes que existen en Ap 1,93,22; ejemplo: la imagen de Dios, la cristología como respuesta al culto imperial, la figura del discípulo en cada una de las cartas. A continuación paso a concretar el modo en que se llevará a cabo este trabajo de investigación buscando alcanzar los objetivos anteriores. 1. Para conocer las circunstancias socioculturales y políticas que atravesaba el lector/oyente de la obra de Juan, dedicaré el capítulo primero a describir el marco histórico de la obra, esto es, a abordar el problema de la autoría, la datación, el destinatario, la cuestión del culto imperial y el debate de las persecuciones cristianas. Complemento, además, este panorama con una breve exposición histórica y arqueológica de cada una de las siete iglesias;

20 señalando, de modo especial, el papel que jugaban en estas sociedades tanto la comunidad judía como la cristiana. A la vez, dentro de este mismo capítulo aplicaré ya dos elementos del método histórico - crítico como son la crítica literaria y la crítica de la redacción, con el objetivo de dejar el texto suficientemente apto para la lectura exegética. 2. En el capítulo segundo y tercero intentaré descubrir el papel que dentro del Apocalipsis cumplen la visión inaugural y las cartas, así como la relación que ambas guardan entre sí. Para esto dedico un amplio y minucioso comentario exegético que contiene: el análisis textual, semántico y sintáctico de cada una de las perícopas. Y, como el lector podrá comprobar, ya en el comentario exegético se empezará a reconocer ciertos elementos retóricos. 3. El capítulo cuarto estará dedicado a la aplicación de la retórica clásica y el análisis de R. Meynet a la sección de Ap 1,9-3,22. Con esta metodología se busca sacar a relucir los elementos retóricos que emplea el autor y, a la vez, verificar si la estructura y composición de las perícopas revelan el mensaje del texto bíblico. Previamente, el Status Quaestionis dará una breve definición y explicación de cada método, destacando el aporte de algunos especialistas. Al final de cada análisis retórico se añadirá una reflexión teológica acerca de la figura de Cristo y el discipulado en cada una de las cartas. Concluyo agradeciendo de manera especial a mi ministro provincial Fr. Mauro Vallejo Lagos ofm, por su apoyo y aliento durante los años de estudio en Jerusalén y España. Un período de preparación que me permitirá servir mejor a la Iglesia del Perú y a mi provincia franciscana y misionera de San Francisco Solano. Por otra parte, debo una inmensa y sincera gratitud al P. Eduardo Arens, quien ha sido una inspiración en mi dedicación a la Palabra de Dios y un apoyo en mi vida religiosa y sacerdotal. No quiero olvidar a todos los amigos, especialmente a la familia Ruano, quienes con su ayuda y afecto durante estos siete años, aún estando fuera de mi país, me han hecho sentir siempre en casa.

PRIMERA PARTE ANÁLISIS HISTÓRICO – LITERARIO

22 CAPÍTULO PRIMERO CONTEXTO HISTÓRICO – LITERARIO I MARCO HISTÓRICO DE LA OBRA Al iniciar esta sección se debe reconocer que el estudio del contexto vital o Sitz im Leben de todo texto bíblico, o escrito de la antigüedad, es una de las claves que nos permiten descubrir la intención del autor, así como la riqueza y profundidad del mensaje inspirado. Mucho más si se trata de una obra como el Apocalipsis, escrita a finales del s. I d.C., en un ambiente socio histórico y con un género literario que resulta hoy totalmente desconocido. De este modo, la pregunta sobre la identidad del autor y la reconstrucción de las condiciones políticas, sociales y religiosas que tuvieron que afrontar él y sus destinatarios adquiere cierta importancia para esta investigación1. Merece la pena, al inicio de este capítulo, retomar el número 12 de la Constitución dogmática: Dei 1 Verbum, que de manera clara expone los criterios para una correcta interpretación de la Biblia en la Iglesia: “Ya que Dios en l

ANÁLISIS TEXTUAL Y EXEGÉTICO DE LA PRIMERA VISIÓN (Ap 1,9-20) PRESENTACIÓN DE CRISTO A SU IGLESIA 158 I ANÁLISIS EXEGÉTICO 158 1. Texto griego y traducción 159 2. Análisis del versículo 9 161 3 Análisis del versículo 10 176 4. Análisis del versículo 11 182 5. Análisis del versículo 12 189 6. Análisis del versículo 13 196 7.

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