O Instituto Da Guarda Da Coruña: 125 Anos De Historia

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O Instituto da Guarda da Coruña: 125 anos de historiaMª Isabel Ruso e Mª Rosario Soto (coord.)

Fachada do Instituto, fins do XIX ou principios do XX

O Instituto da Guarda da Coruña: 125 anos de historiaMª Isabel Ruso e Mª Rosario Soto (coord.)ISBN: 978-84-608-5711-2

ÍNDICE.Limiar: Palabras do Presidente da Deputación Provincial.Chavert Díaz, Mª Aurora: Las seis y cuarto (en el Eusebio).Díaz Pardeiro, J. Ricardo: La ciudad de A Coruña a finales del XIX y principios del XX.Fraga, Xosé A.: As Ciencias nas aulas do Instituto.Mariño Bobillo, Mª Consuelo: La Coruña de Don Eusebio da Guarda (1824-1897).Martínez Girón, Mª José: Os directores do Instituto “Eusebio da Guarda”.Mª Teresa Rodríguez Taboada: Celebramos los 125 años de nuestro Instituto.Ruso de Lago, Mª Isabel: Espazos de formación de Pablo Ruiz Picasso: o Instituto da Guarda,18911895.Ruso de Lago, Mª I., e Soto Arias, Mª R.: Personalidades relevantes que pasaron polo nosoInstituto (docentes e/ou discentes).Soraluce Blond, José Ramón: El primer edificio del ensanche de A Coruña: construcción delInstituto Eusebio da Guarda.Soto Arias, Mª Rosario: Breve historia do Instituto. Datas relevantes.Suárez Rodríguez, Mª de la O: O Instituto de segundo ensino e os álbumes encargados poloConcello en 1863 e 1883.Vidal Tomé, Benigna: 125 anos do IES Plurilingüe Eusebio da Guarda. Unha fabulación baseadana realidade.

Fachada posterior do Instituto, fins do XIX ou principios do XX

Con motivo del 125 aniversario de la inauguración del edificio del Instituto Eusebio da Guarda he queridorecuperar la memoria de los años de la guerra y de la posguerra en La Coruña. Vistos y vividos por dosalumnos que estudiaron en el Centro durante ese período. Son mis padres, Guzmán Chavert y María AuroraDíaz.Este artículo contiene fotografías inéditas del Instituto; su valor, incalculable. Espero que disfruten con ellas.Las seis y cuarto (en el Eusebio)Marieta Chavert Díaz.Catedrática de Xeografía e Historia del Instituto Eusebio da Guarda.Y para ti, mis manos.Acaban de dar las tres y media de la tarde. Me llamo Guzmán Chavert y empecé a estudiar enel Instituto Eusebio da Guarda a los 11 años. Ahora tengo 82; de profesión, ferretero. Mi mujer, Auri,también hizo allí el Bachillerato. Y, cosa curiosa, ahora, Marieta, tú eres profesora en el mismocentro. Aún falta para el 125 aniversario, pero estás dale que dale con que lo recorramos juntos. Hequedado contigo en la Plaza de Pontevedra a las cuatro.Grabado del Instituto. 1891. Propiedad de Marieta Chavert.

Estatua de Don Eusebio da Guarda. 1915. Fotografía estereoscópica (6x13). Colección Bartolomé Chavert.Lo primero. No he tenido siempre 82. También fui un chaval de 11, vivía en Ciudad Jardín, tenía unhermano gemelo. Yo era gamberro, llevaba las rodillas arañadas y saltaba de castigo en castigo,como les pasa a muchos niños de ahora. Solo que a mediados de los años 30, en lugar de teléfonomóvil, teníamos una guerra.Antes de entrar en el Instituto los niños andábamos asilvestrados. Con suerte, los padres te apuntabana una academia, ibas a clase unos meses, aprendías (si te enseñaban), luego te mandaban unatemporada al pueblo con los abuelos (nosotros a La Cañiza, en Pontevedra), regresabas, te volvían aapuntar a esa o a otra pasantía y te incorporabas en mitad de una lección, por ejemplo. De este modonos preparábamos para el examen de Ingreso, que tenías que aprobar si querías estudiar elBachillerato. Yo lo pasé el 15 de junio de 1937, en plena Guerra Civil.Libro de Calificación Escolar. Propiedad de Marieta Chavert.

Recuerdo bien ese día porque conseguí el cromo del Eusebio, era de los más cotizados y tuve queentregar tres a cambio. Nada más llegar a casa lo pegué en mi álbum. El Instituto ya me parecíaantiguo entonces, era el único de la ciudad.Instituto Eusebio da Guarda, postalilla nº 10, serie 1. Álbum Las Bellezas de Galicia. 1933. Propiedad de Marieta Chavert.Un año más tarde ingresaba Auri. Estaba a punto de cumplir los 12. En el examen de acceso teníasque multiplicar y dividir correctamente, hacer un dictado con menos de tres faltas de ortografía ypasar una prueba oral. Don José Seijo Rubio le preguntó cuántas conjugaciones hay en castellano.'En Castellón, no sé', dice que respondió hecha un flan, 'pero en castellano son tres'. También laexaminaron el Señor Campillo y Don José Sánchez Mosquera, sacerdote y director del Instituto.Libro de Calificación Escolar. Propiedad de Marieta Chavert.

Carta de Identidad del Instituto Nacional de Segunda Enseñanza de La Coruña. Propiedad de Marieta Chavert.Le dieron una Cartilla con el Reglamento obligatorio para las chicas. Leo: 'No será digna depertenecer como alumna al Instituto Eusebio da Guarda la que en su conducta no observe el debidorecato y pudor que siempre deben resplandecer en toda joven correcta, fina y educada (frases,vestidos, modales, costumbres, etc.)' Y si no cumplían, ¡fóra!Cartilla de Información Escolar del Instituto Femenino de Enseñanza Media Eusebio da Guarda. 1940. Propiedad de Marieta Chavert.Las niñas iban a clase por la mañana, su puerta era la principal. Y los chicos, por la tarde;entrábamos por Modesta Goicouría y subíamos enseguida al primero o al segundo. Teníamosprohibidísimo quedarnos a husmear en la planta baja.

En esos años había un solo grupo por curso: en clase de Auri empezaron 109 más 2 oyentes. Así que,solo con pasar lista ya se iba media hora. Intentábamos perder todo el tiempo posible, como losestudiantes de hoy.Mi clase también estaba hasta arriba. Había tres pares de hermanos: los Martínez Lastra, los GarcíaCaridad y nosotros, los archiconocidos por nuestra bondad, los gemelos Chavert Romero. A lamasificación añádele la falta de material escolar, muy poco papel y libros de texto contados. Era porla guerra. Los suertudos tomaban notas en unas hojas de papel enormes, rugosas y oscuras, algunosintentaban conseguir esos apuntes y la mayoría se conformaba con ir a clase. Auri conserva uno delos pocos libros de texto que tuvo y también un cuadernito que compró en el Instituto:Fotografía izquierda: Elementos de Geografía Descriptiva. Tercer Curso (Plan 1938). Antonio Bermejo de la Rica. Propiedad deMarieta Chavert.Fotografía derecha: Cuaderno. Propiedad de Marieta Chavert.Así que, imagínate, sin apuntes ni libros, los chicos pasábamos de curso como podíamos. Además,casi todos los lunes se suspendían las clases para celebrar el avance del ejército sublevado. Al gritode '¡tomaron Valencia!', salíamos corriendo hacia casa para poner las colgaduras (banderas deEspaña) en las ventanas. Una tarde se nos ocurrió gritar '¡se rinde Madrid!' y observamos quetambién nos echaban. De modo que, por nuestra gracia, Madrid se rendía día sí, día también. Cuandonos pillaban fingíamos naturalidad: 'profesor, yo me refería al serrín de Madrid (se-rinde-Madrid),mire, aquí lo traigo'.

Las chicas lo tenían aún peor. No estaba bien visto que una mujer estudiara; de la promoción de Aurisolo 26 terminaron los siete cursos de Bachillerato. Aquí están, y en la última fila, la primera por laderecha, mi mujer, toda una belleza.Promoción de alumnas del Instituto Eusebio da Guarda. Curso 1945. Propiedad de Marieta Chavert.Con ese panorama, muchos necesitábamos clases de apoyo; íbamos por las mañanas a la academia deDon Ángel del Castillo y López, que había sido Gobernador Civil de Pontevedra, pero tuvo que dejarsu cargo cuando empezó la guerra. Las chicas asistían a permanencias en el aula de Dibujo delEusebio (aula 29, plano actual). Les daban clase los mismitos profesores del Instituto. Pero, ojo, laspermanencias costaban 25 pesetas al mes.Auri lleva un rato al teléfono hablando contigo, nos das la salida. Reviso la documentación,ordenada por secciones, cierro la carpetilla y me planto junto al ascensor. Auri me hace esperar seisminutos, aún así llegamos antes de que el reloj del Eusebio de las cuatro. La fachada me siguepareciendo grandiosa, intenta imaginar cómo la vería yo a los 11 años: era uno de los edificios másimpresionantes de la ciudad, la gente se lo quedaba mirando al pasar. Como en esta fotografía que hetraído:Fotografía estereoscópica en cristal (4,5 x 10,7): Instituto Eusebio da Guarda. 1923. Colección Bartolomé Chavert.

Mi mujer quiere entrar ya, pero yo prefiero asomarme antes a la parte de atrás; caminamos porModesta Goicouría hasta la playa, nos damos la vuelta y ¡señoras! ¿con qué me encuentro? Laantigua fachada ya no se ve; la han tapado, sí, le han plantado delante un mazacote de cemento.Antes, por las ventanas de las aulas que daban a la playa veíamos el Orzán, las rocas, la Coraza. Enel recreo íbamos a saltar las olas y volvíamos completamente empapados.Había una zona verde junto al Instituto, frente a la playa, donde posaban los alumnos que terminabanel Bachillerato, ¿ves? mozos y mozas mezclados. Unos años después, en nuestra época deestudiantes, eso ya era impensable.Profesores y promoción de alumnos en la zona verde de la parte posterior del Instituto. Propiedad de Marieta Chavert.Y atiende, te voy a contar qué paso con el jardincito.Fotografía Archivo Municipal de A Coruña /Visual/:/ Vista parcial//ca. 1930-1940/ Sig. 2.030.

Fotografía aérea del Instituto. Publicada en la revista Nuevo Mundo. 1930. Propiedad de Marieta Chavert.Como ves, limitaba a la derecha con Modesta Goicouría y, a la izquierda, con la calle Eusebio daGuarda, que estaba entre el Instituto y el Colegio. Pero al empezar la guerra, necesitaron armas. Y seles ocurrió tapiar las salidas de la calle Eusebio da Guarda y arramplar con la zona verde. Adosarona nuestro edificio almacenes, despachos, una carbonera y una fragua. Todo para la fábrica de armas.¿Y adivinas dónde la montaron? Pues justo al lado, en el Colegio: un día mandaron a los niños a casay al día siguiente empezaron a producir pistolas y fusiles allí mismo.Calle Eusebio da Guarda vista desde la Plaza de Pontevedra. Detrás del muro, dependencias de la fábrica de armas. Propiedad deMarieta Chavert.

Plano del edificio del grupo escolar da Guarda ocupado por la fábrica de armas de La Coruña y dependencias ubicadas en el Institutode Enseñanza. Propiedad de Marieta Chavert.Hoy te llevarías las manos a la cabeza, pero a nosotros, en el día a día, nos parecía normal. Un bedel,el Señor Fraga o el bueniño del Señor Iglesias, se asomaba a la puerta del aula para avisar de que laclase había terminado (se pasaba antes de tiempo a cambio de un soborno de tabaco). Nosotroscoreábamos: '¡la hora!'; salíamos salvajes a jugar al palán y billarda por los pasillos. Y justo al ladosonaba la sirena que marcaba los turnos de los trabajadores de la fábrica de armas. Los veíamosdesde las ventanas.Acaban de dar las cuatro y veintidós, va siendo hora de entrar por la puerta principal. Meajusto la carpeta debajo del brazo. Vamos, venid también vosotros, los que estudiáis o habéisestudiado en el Eusebio, los profesores, todo el personal. Voy a abriros la ventana a lo que viví aquídentro.Y primera decepción: me faltan las contrapuertas de madera, unas que hacían de segundo cierre, poreso aún hay marcas en el suelo. Pero el resto del vestíbulo está igual. Y ahí, en esa salita estrecha queestá a la izquierda de la escalera, asistí yo a reuniones del APA décadas después, como padre.En los años 30 en esta planta solo enseñaban Artes y Oficios, las puertas de madera maciza son lasmismas, pero con agujeros nuevos de taladro. En uno de los Departamentos descubro un mueblemodernista fuera de su sitio, me molesta. Y a cambio, me agradan mucho, mucho, los patios. Laschicas jugaban al baloncesto en éste de la izquierda. Usaban falda y zapatos. Auri recuerda queincluso intentaron federarse; Don Antonio Meijide Pardo dirigía sus entrenamientos. Y también losnuestros de hockey sobre patines. Nosotros practicábamos en la Plaza de Pontevedra y en el Leirón,el antiguo Casino de Juan Flórez. Y para hacer Educación Física nos tocaba caminar hasta la calleAdelaida Muro.

Un momento, quietos-parados, me acabo de topar con la vitrina de los animales disecados, nosotrosles llamábamos bichos. ¿Qué hace aquí abajo? Siempre estuvo en el Museo de la segunda planta. Esezorro ni me suena, debe ser nuevo. O regalo de un coleccionista especial. Y falta el mono, recuerdoque le arrancábamos los pelos del culo para dejarlo como a una mona de Gibraltar. No sabes la decoruñeses, alumnos o no, que venían a ver el Museo, era el único de ese tipo en toda la ciudad.También ha de ser único y temido lo que hoy llamas Despacho de Dirección. Reconozco el reloj y aldel cuadro lo conoce muy bien Auri: es el retrato al óleo de su querido profesor de Geografía eHistoria, Don Antonio Bermejo de la Rica. Era catedrático, nada menos, y además dirigió elInstituto. Se conoce que vino destinado a La Coruña en los años 40, sino a cuento de qué iba a dejarsu Ávila natal.Retrato al óleo de Don Antonio Bermejo de la Rica. Propiedad del Instituto Eusebio da Guarda.El antiguo reloj marca las cinco menos dos. A en punto quiero estar frente a la escalera principal, delbrazo de mi mujer. Subimos despacio por mi pie, que me da guerra, y porque nos vamos parando aobservar. Aún me impresionan las vidrieras, las estatuas con los faroles. En estas escaleras de piedralas chicas posaban para las fotos oficiales, en la sección Auri de la carpeta traigo una:

Grupo de alumnos en la escalera principal del Instituto Eusebio da Guarda. 1942. Propiedad de Marieta Chavert.Ahí está mi morena, en la penúltima fila, la segunda empezando por la izquierda. Auri me sonríe,estira el cuello y se roza las puntas del pelo con la palma abierta. Recuerda que ese día les entregaronlos premios de redacción, a ella le habían regalado un libro.Esta escalera tiene también su mala historia: un niño se cayó desde ahí arriba y se mató. Fueen 1939. La vida juega a ésas, yo en cambio sigo aquí, ya en el primer piso, frente al Salón de Actos,quiero ver. a ver si, ¡sí! Las mismas vidrieras, las pinturas de la bóveda, los bustos de losbenefactores. Aquí se celebraba misa, la apertura de curso y la despedida de promociones yprofesores, actos muy solemnes. Los catedráticos vestían toga larga con puñetas, muceta y birretecon pompón.Me han prestado esta fotografía curiosa, viene en el apartado Interiores:Salón de Actos del Instituto Eusebio da Guarda. Propiedad de Mª Josefa Sánchez Posse.¿Ves? La bandera nacional cubría ya el retrato de la República. No sé si te haces a la idea. Anteshabía dos tribunas, una en cada extremo de la sala. Se cargaron una, pusieron ese retablo horroroso y

luego intentaron disimularlo, digo yo, con esta cortina roja. Al menos la otra tribuna se ha salvado, esuna preciosidad. Y atención, ¡están todas las bombillas!En mi época de estudiante habíaespecialistas en birlarlas, porque aquí veníamos a clase de idiomas. Me sé los nombres de todos losprofesores. De francés: Doña Concha Díaz, Doña Concepción Laquente, Don Vicente SánchezAndrade y Don Luis Curiel. Don Antonio Durán Cao, de inglés. Y de alemán, Doña LolitaAckerman, hija de un ingeniero germano que trabajaba en Fenosa.No sé si he mencionado que esta planta era solo para cursos de Bachillerato. Pero antes de avanzar teindico nuestro recorrido sobre plano para que te ubiques:Piso 1º del Instituto. Plano antiguo.

Piso 1º del Instituto. Plano actual.Cada profesor tenía asignadas unas materias. Había catedráticos, auxiliares y adjuntos. Y siempre seimpartía la misma asignatura en la misma aula. Por eso nos cambiábamos de clase cada hora. Todoslos profesores empezaban por don o doña. Pero, entre nosotros, los conocíamos por el mote:Pajarito, Cueros, La Tigresa, Figuritas. Aunque algunos no perdían el tratamiento jamás. Habíauna. Luego te cuento, pero espera, Auri está haciendo con la boca un gesto parecido a la seña delcaballo en la brisca. Algo no le encaja; ya lo veo: la conserjería del Señor Serafín, que estabapegadita al Salón de Actos, ha desaparecido, solo quedan las escaleritas de acceso a la tribuna.Tampoco damos con la antigua Secretaría. A saber dónde guardan los expedientes; los nuestrosestuvieron aquí hasta principios de los años 40, entonces inauguraron el Instituto Masculino y a loschicos nos mandaron para allá. Con expedientes y todo, claro. Ellas se quedaron aquí solitas, por esoal Eusebio se le empezó a llamar Femenino. Pero antes de eso, chicos y chicas temblábamos justodelante del Despacho de Dirección. Nos daba miedo. Y a la Sala de Profesores solo te asomabas encaso de urgencia extrema. Al lado ha de estar el cuartucho en el que se guardaban los exámenes.Pues parece que no: ¿qué pintan aquí unos aseos?Ahora toca ver por dentro la chafallada de la playa: nuestras aulas ya no dan al mar, lo tapa el bloquenuevo. Además, del mobiliario antiguo solo quedan los suelos de madera de pino de tea, los plafones

de escayola, las fallebas, las contras y las ventanas. Si aprieto mucho los ojos aún puedo ver alprofesor subidito a la tarima en la que apoyábamos los pies. Gritaba '¡retiren los cascos!' para poderpasar.Recuerdo las pizarras y la tiza, que manchaba muchísimo. Nos sentábamos en bancos corridosdispuestos como gradas, para que todos pudiéramos ver al profesor. Había escalones para subir a lasfilas altas. Escribíamos apoyados en unas baldas de madera colocadas frente a los asientos. Estafotografía ha de ser de antes de la guerra porque el alumnado es mixto, pero sirve para mostrar elmobiliario:Instituto Eusebio da Guarda: en clase. Archivo Municipal de A Coruña (AMC). Archivo Villar SIG. C-628-13M.Ahora toca el aula Física y Química (nº 5, plano antiguo), nos daban el Señor Panisse, Don ErnestoRivera y Don Germán, el Secretario. Éste se pasaba todo el curso explicando qué es una palanca ycómo se elabora el vino. Y esa otra ha de ser la de Matemáticas (nº 4). Había unos armarios, sí, meacuerdo, servían para guardar figuras geométricas. Los profesores: Don Daniel Bescansa Aler, quetenía una farmacia. Y Don Juan Rodríguez, fabricante de curtidos, que nos explicaba geometría,aritmética y polinomios. Recuerdo que llenaba toda la pizarra de fórmulas y, al terminar decía, 'mecolé', borraba todo y vuelta a empezar. Que no se me olvide Don Gumersindo Rodríguez, MarcoPolo. Aquí veníamos también a aprender el Catecismo del padre Astete en clase de Religión.Profesores: Don Leopoldo, Don Jesús Martínez, Don José Sánchez Mosquera, que fue director, yDon Diego Uña Calleja. Don Diego, el exigente, tenía gusto por algunos apellidos. Decía: 'Santos,Santos, cero por no saberte el Catecismo y cero por apellidarte Santos y no saberte el Catecismo' o'Iglesias, Iglesias, cero por no saberte el Catecismo y cero por apellidarte Iglesias y no saberte elCatecismo'.

Auri está tocando las mesas, se acerca a la pizarra, coge una tiza, hace que escribe. Yo vuelvo alpasillo, frente a la puerta del aula. Me ajusto las gafas al puente de la nariz, miro a un lado y a otro.Ya entiendo la desfeita, se han comido un buen trozo de nuestra aula de Matemáticas para abrir elacceso al bloque que hemos visto desde la playa, ¡se habrán quedado a gusto! Espero que no sehayan cargado el aula de Caligrafía. Tiene que estar aquí mismo, entre los dos patios: ¡menos mal!sigue en su sitio. Era territorio de Don José Seijo Rubio, gran pintor. Su libro aún anda por casa, temuestro algunas páginas:Teoría y Práctica del Arte de Escribir. José Seijo Rubio. 1932. Propiedad de Marieta Chavert.Veo que Auri ya se ha colado en el aula de Literatura (nº 3, plano antiguo). Taconea sobre la tarimade madera, estudia los plafones, las molduras de escayola. Nos daban: Don Rafael Pérez Gómez,catedrático, que solo se pasaba una o dos veces al mes. Y Doña Julia Puga, la auxiliar. Ésa, recuperoel hilo anterior, es la que nos traía firmes. ¡Ahí viene Doña Julia!', y enmudecíamos todos. Nospegábamos, tiesos, a las paredes del pasillo, incluso los alumnos del tercio militar, que vestían deuniforme. Sentadito en esa esquina estaba siempre el Señor Fraga, con su mand

Guarda, que estaba entre el Instituto y el Colegio. Pero al empezar la guerra, necesitaron armas. Y se les ocurrió tapiar las salidas de la calle Eusebio da Guarda y arramplar con la zona verde. Adosaron a nuestro edificio almacenes, despachos, u

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