Las Mil Y Una Noches - Ministeriodeeducacion.gob.do

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AnónimoLas mil y una nochesTraducción, introducción y notas de Juan Vernet [*]

Las mil y una noches es una de las obras más importantes e influyentes de laliteratura universal. Se trata de una recopilación de cuentos y leyendas de origen hindú,árabe y persa, de los cuales no existe un texto definitivo, sino múltiples versiones.El rey Schahriar, tras sufrir las infidelidades de su esposa, decide casarse cada díacon una joven virgen que es ejecutada a la mañana siguiente para evitar así cualquier otratraición. Para impedir que todas las muchachas del reino mueran, la joven Scherezade seofrece como voluntaria para casarse con el monarca, y utiliza su astucia para proponerle unpacto mediante el cual no podrá ser ejecutada hasta que no acabe de contarle una historia.Los cuentos que la componen se prolongarán a lo largo de mil y una noches, y acabarán porcautivar al monarca y disuadirle de su cruel empresa.Entre las ediciones españolas fundamentales están la que tradujo y editó VicenteBlasco Ibáñez, de la edición francesa de Joseph-Charles Mardrus (1889); y esta, delcatedrático y arabista Juan Vernet, traducción directa del original árabe, más fiel con eloriginal.

INTRODUCCIÓN

UNA VIEJA HISTORIATRADICIONALMENTE se viene aceptando —y ya veremos por qué— que Las mily una noches fueron dadas a conocer en el mundo occidental por la versión francesa que,procedente del árabe, realizó bajo el reinado de Luis XIV el orientalista francés Galland.Pero si investigamos en la temática de la literatura española veremos que nuestros autoresrenacentistas conocían los temas de varios de sus cuentos y que ya en la Edad MediaPedro Alfonso, Jacob ben Eleazar de Toledo (siglo XIII) y otros introdujeron cuentos—como demostró Menéndez y Pelayo en el caso de la doncella Teodor (véanse noches436-462)— que conocieron una amplia difusión en la Península, sin contar con los quellegaron a Europa por otras vías, como la italiana representada en el Decamerón. Sicontinuamos intentando profundizar a través del tiempo, es decir, buceando en busca delorigen de estas obras, tropezamos con un par de textos árabes fechables que nos afirmanla existencia de los mismos con mucha antelación a las fechas aquí apuntadas; Muhammadb. Ishaq b. al-Nadim en su Kitab al-fihrist (Libro del índice [de los libros que hamanejado]) compuesto en el 377 de la hégira, que corresponde al 978 de la era cristiana(377/978) nos indica que:«Los primeros que compusieron novelas de aventuras, las reunieron en libros y losguardaron en las bibliotecas fueron los persas, quienes colocaron algunas de ellas en bocade los animales. La tercera dinastía de los reyes de Persia, los asganiya, se aficionaron enexceso a ellas, y este género aumentó y adquirió gran importancia en la época sasánida.Los árabes las vertieron a su lengua y una vez en manos de los instruidos y de los literatos,éstos las corrigieron, las arreglaron e incluso compusieron otras parecidas. El primerlibro que se compuso en este género fue el Hazar afsané que significa “mil cuentos deaventuras”. El origen fue que un rey tenía la costumbre de matar a la mujer con la quehabía cohabitado la noche anterior. Se unió a una princesa inteligente y lista llamadaSahrazad; cuando ésta estuvo a su lado empezó a contarle un cuento que se prolongó hastael fin de la noche, lo cual movió al rey a conservarle la vida para poderle preguntar,durante la noche siguiente, por el final del relato; así transcurrieron mil noches durantelas cuales la poseyó hasta que quedó en estado y dio a luz un hijo; se lo mostró al rey y leexplicó su ardid. El rey se maravilló de su agudeza y le conservó la vida. Este soberanotenía una nodriza llamada Dinarazad que le había ayudado en todo esto. Se dice que estelibro se compuso para Luhmaní, hijo de Bahmán, pero también se dicen muchas otrascosas.»Lo cierto, si Dios quiere, es que el primero que se entretuvo con los relatosnocturnos fue Alejandro Magno, que tenía muchas personas dispuestas a distraerle y acontarle cuentos; él no veía en ello un pasatiempo, sino un medio de estar siemprevigilante y alerta. Para eso mismo sus sucesores utilizaron el libro Hazar afsané quecontiene mil noches y menos de doscientos cuentos, ya que uno de ellos se prolongadurante varias noches. Lo he visto varias veces y es un libro sin valor, seco.»Al-Yahsiyarí, autor del Kitab al-wuzara (Libro de los visires) empezó a componerun libro para el cual había escogido mil veladas de árabes, persas, griegos y otros; cadauno tenía valor por sí mismo, sin depender de los demás; estuvo en relación con losrecitadores nocturnos de los que aprendió lo mejor que sabían y referían con arte; ademásextrajo de los libros que trataban de veladas y narraciones lo de que por sí ya era bello yhermoso. Así reunió cuatrocientas ochenta noches; cada una contenía un relato completo

que ocupaba cincuenta hojas más o menos. Pero antes de poder concluir la composición demil veladas le arrebató la muerte. He visto numerosos cuadernillos de esta obra escritospor Abu-l-Tayyib, hermano de al-Sayfí.»Pero antes de todo esto ha habido multitud de gentes que han compuesto veladas ynarraciones poniéndolas en boca de personas, pájaros o animales. Entre otros puedencitarse Abd Allah b. al-Muqaffa, Sahl ibn Harún, Alí ibn Dawud, secretario de Zubayda, yotros muchos cuyas biografías y las referencias a sus obras se dan en los lugarescorrespondientes de este libro.»Se discute mucho acerca del libro Kalila wa-Dimma (Calila e Dimna). Hayquienes dicen que lo han compuesto los indios, basándose en lo que se apunta en suprólogo, pero otros sostienen que lo compusieron los reyes asganiya, y que los indios loimitaron. Muchos sostienen que Buzuchamhar, el sabio, compuso las distintas partes. Dellibro del sabio Sindibad (Sendebar) existen dos copias: la mayor y la menor. Lasdiscrepancias que sobre el mismo existen son similares a las del Calila e Dimna, pero laopinión imperante y más próxima a la verdad asegura que fue compuesto por los indios.»Una pequeña variante a lo expuesto por Ibn at-Nadim la da la afirmación deal-Masudí (m. c. 957) en sus Muruch al-Dahab (Praderas de oro) al decimos que «ocurrecon estas leyendas lo mismo que con las obras que nos han llegado después de haber sidotraducidas del persa, del sánscrito o del griego. Éste es el caso del libro titulado Hazarafsané, que en árabe significa “mil cuentos” ya que la palabra persa afsané tiene el mismosentido que el árabe jurafa (leyenda, cuento). Este libro es conocido entre el público con elnombre de Alf layla wa-layla: trata de la historia del rey, de su hija y de la nodriza de estaúltima: Sirazad y Dinazad».Estas afirmaciones —que en seguida vamos a precisar— vienen corroboradas porla existencia de brevísimos fragmentos de Las mil y una noches que pertenecen al siglo IX.La primera observación que cabe hacer es el escaso valor estético que Ibnal-Nadim concede a nuestro texto; es, nos dice, «un libro sin valor, seco», cosa que no se leocurre apuntar del Calila e Dimna, traducido al árabe por uno de los mayores prosistas deesta lengua en todas las épocas, Ibn al-Muqaffa, ni de la obra de al-Yahsiyarí. Estaafirmación se mantuvo válida en el mundo árabe a lo largo de más de diez siglos.Muchos cuentos de Las mil y una noches, en un largo período de su evolución,debieron de ser verdaderos pliegos de cordel que sólo eran aptos para ser recitados, comoepisodios aislados, por los juglares en los mercados a la caída del sol. Recuerdo quecuando hace ya casi cuarenta años asistía al último curso de la Escuela primaria árabe, enAlcazarquivir, para acostumbrar mi oído al árabe clásico, tan fonéticamente bienpronunciado por mi amigo si Abd al-Qadir Wayya, en la biblioteca de la misma existía unejemplar del gongorino texto de las maqamas del Harirí y ni un solo volumen de Las mil yuna noches. Y eso que en aquel entonces —y desde que en 1251/1835 había aparecido laedición príncipe de Bulaq— los críticos árabes venían reivindicando —a la vista del éxitoobtenido en Occidente por la versión de Galland— Las mil y una noches como una de lasobras representativas de su literatura clásica.Otro punto que plantea el texto de Ibn al-Nadim es el del origen real del mismo,pues nos asegura que se trata de una versión del persa. Pero esta afirmación, aceptablepara un núcleo pequeño de cuentos, es imposible que lo sea para la totalidad, puesto quehay narraciones que la crítica interna demuestra que son muy posteriores a la época enque escribía Ibn al-Nadim. Y de ser así, también puede pensarse que la obra tuvo su origenen la India, lo cual explicaría el marco patriarcal en que se desarrollan la mayoría de las

escenas. Sin embargo, aún quedaría por explicar el origen de algunos episodios (noche193, Historia de Qamar al-Zamán, hijo del rey Sahramán) de tipo rabiosamente matriarcal,y a partir del cual —o bien del similar que figura en Los mil y un días con el título de Elpríncipe Calaf y la princesa de China— había de servir de inspiración a Puccini para suópera Turandot. Igualmente cuesta explicar la intervención de la doncella, nodriza ohermana —todos esos nombres recibe la acompañante de Sahrazad en su aventura, segúnlos manuscritos de que se trate, y éstos son una infinidad— que hace que la obra termineen un doble matrimonio.Estos elementos apuntan a un origen oriental del cuadro-marco que tiende asituarse en Indochina, en algunas de cuyas regiones, v. g. la de los miao-tseu, era la mujerla que elegía al marido y no al revés. Hombres y mujeres se reunían durante algunos díasde la lunación de mediados de otoño formando dos filas paralelas. Cada una de ellas teníasu jefe, hombre o mujer, quien actuaba como el director del coro —toda la escenarecuerda el juego, aún vivo, del «matarile»—. Las canciones iban alternativamente de unaa otra fila y si una muchacha se sentía interesada por un joven, le lanzaba una pelota decolor que iba de un lado a otro hasta que caía al suelo: la muchacha que la recogíamarcaba su inclinación por quien la había lanzado: su futuro esposo. Evidentemente elresiduo más pequeño de dos filas son dos hombres por un lado y dos mujeres por otro.Admitido un origen extremo-oriental del cañamazo de esta narrativa que seencuentra representado en el Nontuk Pakaranam —(una noche con cuatro cuentos para lamisma; uno para cada vela con el fin de evitar que el sueño venciese a los trasnochadoreso vigilantes)—, el Vetalapañcavimcati (veinticinco cuentos), etc., se observa en su marchahacia Occidente los siguientes fenómenos:a) Patriarcalización del cuadro al caer en manos de los indoeuropeos en elsubcontinente gangético.b) Aumento progresivo del número de noches mediante la incrustación de unoscuentos dentro de otros (sistema del cajón de sastre o caja china), con o sin eldesplazamiento de los cuentos primitivos. Las incrustaciones de nuevos cuentos puedenser, para un círculo cultural dado, bien de manera aislada (v. g. la historia fechable por elhoróscopo de la noche 29 que corresponde al año 653/1255 y es de origen egipcio) [1] obien masiva, como ocurre con los cuentos persas que cubren las noches 720-778. En todocaso el número de noches debió de tener desde sus orígenes un valor simbólico, tal y comoantes de nuestra guerra se decía de una persona muy rica que era «millonaria», cosa quehoy parece puro absurdo, puesto que son miles y miles de personas las que ganan más deun millón de pesetas anuales. Lo mismo ocurrió, pues, con las noches «cuentísticas»:veinticinco noches primero, luego cien, más tarde mil fueron cifras que querían significar—cada una y en su momento— un gran número. Lo que no cabe duda es que en el siglo IXya se había pasado del mil de los persas a las mil y una de los árabes. Este paso pudo serdebido a la aversión que los musulmanes sienten por las cifras redondas o, tal vez, comosugiere Littmann, a la influencia del idiotismo turco bin-bir (mil y uno) que sirve paradesignar un gran número: en Anatolia existen unas ruinas llamadas Bin-bir-kilise (mil yuna iglesias) y es obvio que en aquel lugar nunca han existido en tal cantidad.[2] Encualquier caso parece ser que en su origen Las mil y una noches constaban de un númeromuy inferior al que enunciaba en su título y que al principio de la época abbasí debíaandar alrededor de las cien y que los cuentos en ellas narrados debieron ser,fundamentalmente, los que aún figuran en cabeza de la colección.c) Cambio del concepto de la moral según el origen de los cuentos.

d) Menor longitud de las noches cuanto más recientes son.La inmensa cantidad de manuscritos completos o fragmentarios que existen en Lasmil y una noches, la distinta ordenación de los cuentos, las discrepancias entre lasintroducciones y las conclusiones de toda la obra[3] y las distintas traducciones de losdiversos autores hechas siguiendo unos criterios eclécticos y realizando ellos mismosincrustaciones de unos textos en otros, obliga a aclarar ya ahora, antes de seguir adelante,que nuestra traducción tiene por base la quinta edición en cuatro volúmenes de laimprenta Sarafiyya (El Cairo, 1323/1906) y la de la Dar al Kutub al-arabiyya al-kubrá(s/d) que coinciden con los textos de ZER (Zotenberg’s Egyptian Recension), con algunaspequeñas variantes que hemos tomado de la segunda edición de Calcuta (1832-1842) yhemos incluido, en los lugares en que se encontraban primitivamente o que nos hanparecido más oportunos, los cuentos desplazados, es decir, que no figuran en el ZER. Loshemos traducido de otras ediciones, añadiendo al ordinal de la noche duplicada la letra(a).Dicho esto podemos pasar a ver qué criterios podemos utilizar para situarcronológicamente los cuentos. Éstos son de tres tipos: 1) temáticos; 2) astronómicos; 3)onomásticos; 4) estadístico-filológicos realizados por medio de ordenador.1) Temáticos:a) Orientales: aquellos de argumento matriarcal.b) Indios: en la historia-cañamazo aquellos que nos presentan a los geniostraicionados por las mujeres a las que tienen secuestradas; el marido engañado que seconsuela al enterarse de la desventura de otro. Los cuentos iniciales conservan el mismoorden arcaico que debieron de tener en el original indio, y por tanto pertenecen a unaépoca muy antigua (noches 1-34), aunque alguno de ellos haya sido reelaborado muypronto en Bagdad (El comerciante y el «efrit», 1-9) y otro, el del jorobado (24-34), en quese nos describe un caso de reanimación de un hombre atragantado. También (29) seencuentran incrustaciones egipcias del siglo XIII. Al mismo ciclo pertenece el Sendebar(578-606).c) Persas: es difícil señalar sus huellas, ya que apenas conocemos lo que fue lanarrativa persa preislámica. La historia que sirve de marco presenta muestras deiranización, pues suelen considerarse como indopersas aquellos episodios en que losgenios gozan de libre albedrío. Otros indicios —por ejemplo, la onomástica, en la que talvez haya que considerar el nombre Sahrazad como un derivado de Chirín, la esposa deCosroes I— permiten considerar de origen persa, aparte del bloque de las noches 720-778,seguido por la Historia de Hasán de Basora, el orfebre (779-831) que parece marcar unareacción antipersa del recopilador, o la historia de Qamar al-Zamán y la princesa Budur(170-249) que engloba, como ya hemos señalado, elementos orientales (193) e iranios.d) Musulmanes iraquíes: en general está constituida por una serie de historias enlas que Harún al-Rasid interviene en asuntos de amor de los que queda excluida la magia;en tomo suyo aparecen los principales personajes de la corte: los barmecíes, Abu Nuwás,Masrur, etc. La vida de la corte se presenta estilizada, reducida a los límites y a los tópicoscon que la veía la imaginación popular. Al-Rasid aparece disfrazado de mercader y, másaún, de pescador. Muchos cuentos tienen un valor artístico considerable, por ejemplo el deNur al-Din y Anis al-Chalis (34-38) o el de Jalifa el pescador (831-845) en la que elnarrador sabe sacar provecho de un tema que, en origen, no era árabe. Es en este períodocuando se incorporan algunos elementos procedentes de la antigua civilizaciónasiro-babilónica que influyen, por ejemplo, en la narración de Hasib Karim al-Din, de

Ahiqar (falta en ZER), etc. Sus fuentes se encuentran en la historia, la leyenda y la poesíaárabes.e) Musulmanes egipcios: debieron de empezar a introducirse en la época fatimí yalcanzaron su auge bajo los mamelucos (siglos XII-XV). En conjunto abarcan la mitad deltexto del ZER, y tienen un valor artístico muy dispar. Se nos presenta a un Harún al-Rasiddistinto del real, mezclado con genios sometidos a talismanes; Abu Nuwás recita versosque unas veces son suyos y otras del egipcio Baha al-Din Zuhayr; éstos, en la mayor parte,podrían haberse omitido, pues sólo sirven para conceder un respiro al auditorio al que sesupone saturado de una acción que puede llegar a ser muy intensa y de la que el verso—alguno de autores arabigoespañoles como Ibn Zaydún e Ibn Abdún (siglo XI)— es unarecapitulación y síntesis. Entre las historias de esta época están las de Sams al-Din y Nural-Din (19-24); Alá al-Din Abu al-Samat (249-269); Alí Sar y Zumurrud (308-327); Samsay Chansah o Hasib (482-536); Alí al-Zaybaq al-Misrí (709-719); Masrur y Zaynal-Mawasif (845-863); Nur al-Din y Maryam la cinturonera (863-894); Abu Qir y Abu Sir(930-940); Abd Allah de la tierra y Abd Allah del mar (940-946); Ibrahim b. al-Jasib y deChamila (952-959); Chawdar el pescador (606-624) y Maruf (989-1001).La Historia de Hasib (482-536) presenta fuertes elementos judíos que han hechopensar a Chauvin en la existencia de dos recensiones egipcias. La primera introduciría loscuentos de mayor valor estético; la segunda, más tardía, sería obra de un judío islamizado,tal vez el seudo-Maimónides, y dataría de fines del siglo XV. Nos presenta a los judíos dela manera más simpática posible e introduce la historia de Susana. Se nota, además, unafuerte influencia de la hagadá[4] y aun de la misma Biblia. Carente de talento literario selimita a describimos monótonamente escenas tan fantásticas que, por su misma fantasía,nada nos dicen: subterráneos interminables, genios obedientes a un talismán, gigantes quese suceden unos a otros de la manera más semejante posible. En este subgrupo losmanuscritos presentan numerosas variantes. Se trata de la Historia de Chawdar (606-624)y de algunos retoques y adiciones de la de Achib y Garib (624-680) y de la de Abd Allahde la tierra y Abd Allah del mar (940-946), etc.Evidentemente entre estos cuentos hay algunos que «han entrado» a formar partede Las mil y una noches, por ejemplo el de Umar al-Numán (45-145); La esclavaTawaddud (436-462); Sindbad el marino (537-566); Sendebar (578-606), mientras otroshan dejado de pertenecer al corpus ZER,[5] tales como Abu-l-Hasán o el durmientedespierto (152 a-171 a); Aladino y la lámpara maravillosa (514 a-591 a); El príncipeAhmad y la perí Banú, la astucia de las mujeres, el Séptimo viaje de Sindbad el marino,Baybar y los dieciséis policías, Las hermanas celosas, Zayn al-asnam, las aventurasnocturnas del Califa, Judadad y sus hermanos, Alí Jawadcha y el mercader de Bagdad, AlíBabá y de los cuarenta ladrones,[6] etc.2) El criterio astronómico nos ha permitido fechar con seguridad un solo relato, yaque el cálculo corrobora las efemérides expuestas en la noche 29.3) En cambio la onomástica y el léxico, sobre todo la toponimia, permitenestablecer términos ante y postquem de determinados cuentos; mal se pueden citarciudades como Génova, Venecia, Zara, Ragusa, etc., antes de que éstas tuvieran relacionescomerciales con Egipto, o personajes históricos antes de la existencia de los mismos, odeterminadas construcciones, palabras o dialectalismos antes de que éstos iniciaran suexistencia, como ocurre en el texto de Sindbad el marino.4) A base de una serie de cuentos cuya fecha parece segura gracias a los criteriosanteriormente expuestos, el señor Juan Luis Marcó Sánchez, en su tesina de licenciatura

(1980), ha establecido, mediante el tratamiento con ordenador de los mismos, la siguienteevolución de la lengua árabe, tal y como se presenta en las ediciones ZER, conformeavanza el tiempo; o sea, que los cuentos han sido escritos en época más reciente.a) Disminución de la partícula de vocativo ayyuha (¡oh!).b) Retroceso de la utilización del verbo laysa (no ser) compensada por la mayorfrecuencia del uso de las partículas negativas la y ma.c) Aumento de la complejidad sintáctica mediante el uso mayor del auxiliar kana yla partícula illa.d) Aumento del uso del pronombre aislado de tercera persona masculino singularprecedido de la co-putativa wa, lo cual hace sospechar una posible lectura wahwa.El corpus ZER de Las mil y una noches parece haber quedado definitivamentecerrado en el siglo XVI, pero fragmentos del mismo, así como de otras recensiones, fueronconocidos en España a partir del siglo XII-XIII Ya hemos aludido a los casos del Sendebary de La esclava Tawaddud. Pero hay más: El caballo de ébano (357-371) realizó su últimay más famosa carrera con el Clavileño del Quijote; Qamar al-Zamán y Budur (170-249)influye en: la obra catalana Jacob Xalobín, el poema de Ottinello e Giulia, la BellaMagalona, la patraña IX de Timoneda y, de modo más remoto, la comedia Los tresdiamantes de Lope de Vega muestran su influjo que, a través del italiano o francés, llegóhasta el mundo bizantino. La novela de caballería del Rey Umar al-Numán (45-145)influyó, según S. Bosch,[7] en el Tirant lo Blanch; la parte picaresca del ciclo del barbero(31-33) presenta concomitancias con determinadas escenas del Buscón; la mesa deSalomón (272) tiene sus ecos en El conde Lucanor y la comedia Bamba de Lope;Abu-l-Hasán o el durmiente despierto (152 a-171 a) se refleja en La vida es sueño deCalderón, etc.Por tanto, cuando Antoine Galland (1646-1715) empezó a publicar Les mille et unenuits, contes arabes, traduits en français (1704-1717; 12 volúmenes) dio a conocer aEuropa la unidad de una obra que, de modo fragmentario hasta entonces, había infiltradoya elementos suyos en varias literaturas de nuestro continente mediante procedimientos detransmisión que, en su mayor parte, aún hoy desconocemos. El trabajo de Galland no sebasaba en la recensión ZER —sólo contenía una cuarta parte del texto que hoyconocemos—; incluía, por ejemplo, los cuentos de Aladino y la lámpara maravillosa y deAlí Babá y de los cuarenta ladrones; edulcoraba los textos de tono subido que hubieranexcitado las iras de la sociedad francesa de la época y suprimía buena parte de los versosque pululan en las páginas de nuestro libro. Ahora bien: su estilo y presentacióncuadraban de manera perfecta con lo que los cortesanos del rey Sol imaginaban que eraOriente: de aquí su éxito y sus imitaciones (Los mil y un días, Las ciento y una noches,etc.) que en modo alguno consiguieron desplazar a su modelo.La ocupación francesa de Egipto por Napoleón Bonaparte hizo el resto: los árabesse dieron cuenta de que lo que ellos consideraban vulgares pliegos de cordel era una obraadmirada por todos los pueblos occidentales y, desde ese momento, ese libro, «sin valor yseco» según Ibn al-Nadim, se transformó en dechado de todas las perfecciones e hizogemir una y otra vez las prensas orientales, bien con nuevas ediciones del texto despojadode los dialectalismos que figuran en algunos manuscritos y regularizado de acuerdo conlas normas del árabe clásico, bien con monografías y más monografías destinadas aexaltar el valor universal de la literatura popular de sus antepasados.Entretanto en Europa se multiplicaban todo tipo de traducciones: desde lasexpurgadas (v. g. la de Galland), hasta las fieles (Lane) o exageradas en sus pasajes más

escabrosos (la francesa de Mardrus, con versión castellana de Blasco Ibáñez). Porque, hayque reconocerlo, Las mil y una noches no sólo es un mosaico que contiene cuentos de losdistintos pueblos que en un momento u otro de su historia las acogieron, sino que tambiénes un mosaico de las muy diversas morales de los mismos. Y así, al lado de cuentospiadosos, de fábulas didácticas (v. g. 145-152, etc.) se encuentran otros de tono subido,historias de bestialismo y homosexualidad, etc. (v. g. 282-285, 355-357, etcétera). Son, portanto, un verdadero cajón de sastre, tanto en temática como en moral.Littmann, autor de la mejor traducción alemana de esta obra, ha establecido unaclasificación en géneros de los cuentos que, con variantes, vamos a seguir. Las mil y unanoches contienen cuentos maravillosos; novelas de caballería, amorosas o picarescas;leyendas; narraciones didácticas; cuentos humorísticos; anécdotas y fábulas; relatosesotérico-místicos, etcétera.Para las personas supersticiosas advierto aquí que una conseja popular del sigloXVIII afirma que quien quiera leer todo el libro morirá antes de terminar la lectura.Igualmente debo añadir que yo concluí la presente traducción en 1959 y sigo gozando deuna regular salud.CONTENIDO TEMÁTICO DE «LAS MIL Y UNA NOCHES»1) CUENTOS MARAVILLOSOSComo tales pueden considerarse algunos de los más célebres y conocidos, a pesarde no figurar en el texto ZER. Tal el de Aladino y la lámpara maravillosa (514 a-591 a) y elde Alí Babá y de los cuarenta ladrones (éste incluido en nuestro Apéndice) y traducidos,respectivamente, de las ediciones de Zotenberg y Macdonald. Ambos se han conservado enmanuscritos tardíos y de origen egipcio. Mucho más valor literario presentan los que nosdescriben viajes submarinos que, al fin y al cabo, no necesitaban de una gran fantasíadesde que en el golfo Pérsico se recogían perlas mediante buceadores y campanas de buzo,del mismo tipo de las que en las miniaturas de nuestros manuscritos medievales ilustran elviaje de Alejandro por el fondo de los mares. De ahí que el origen del tema sea persa ycomo tal se desarrolle en la Historia del matrimonio del rey Badr Basim, hijo del reySahramán, con la hija del rey Samandal (739-756) en una exquisita prosa árabe en que laalternancia de prosa, prosa rimada y verso muestra que la traducción del original fuerealizada por un traductor de gran categoría de la época abbasí que mantuvo los nombrespropios (Sahramán, Chulnar, etc.) en la forma más próxima posible a la inicial pahleví. Enella —y lo mismo ocurrirá con los viajes de Sindbad el marino— aparecen detalles quemuestran cómo la literatura árabe popular conoció la literatura griega. En este casoChawhara y la reina Lab no son más que imitadoras de Circe y, como ésta, transforman alos hombres en animales. Menos valor literario presenta el cuento, probablementerefundido en Egipto a partir de materiales iraquíes, de Abd Allah de la tierra y Abd Allahdel mar (940-946) que tiene alguna concomitancia con el cuento anterior y nos describecon detalle lo que «debía» ser la vida de una humanidad submarina cuya cultura ycostumbres —se alegran de la muerte de sus parientes puesto que vuelven junto a Dios—discrepan de las que nos presenta la Historia del matrimonio del rey Badr Basim (739-756).Los viajes de Sindbad el marino (537-566) fue inicialmente un libro independientede Las mil y una noches. Se basaba en los textos escritos que, como los Achaib al-Hind(Maravillas de la India), Achaib al-Hind wa-l-Sin (Maravillas de la India y de China), las

Achaib al-Bahr (Maravillas del mar), etc., se encontraban en las bibliotecas de Bagdad enel siglo X u XI. El autor del libro recoge con estilo sencillo no sólo el ambiente de esostextos, sino también relatos orales de marineros e introduce leyendas procedentes de laOdisea (547) y de la versión árabe de la leyenda de Alejandro. Los textos discrepan en elcontenido del último (séptimo) viaje[8] pero de lo que no cabe duda es de la existencia deuna gran unidad estilística a lo largo de todo el relato. En alguna de sus aventuras se haintentado encontrar un origen egipcio prefaraónico o de las ceremonias de incubaciónonírica helénicas (estancia en la isla de las serpientes del segundo viaje) o talmúdico (eldemonio que lo lleva por los aires lo deja caer porque pronuncia el tetragramaton[9] en elsexto viaje [565]). Emparentado con este género de navegaciones se encuentra la Historiade Abu Muhammad el perezoso y de Harún al-Rasid (299-305) que pertenece también alperíodo bagdadí. Al mismo puede referirse el cuento de Jalifa el pescador con las monas(831-845).Más interesante para nosotros es la Historia del caballo de ébano (357-371). Elorigen del tema es indio y remonta al Vasudevahindi de Sandagara. Debió de ser conocidoen la Persia preislámica —recuérdese que el sur de Arabia estuvo bajo ocupación persaantes del nacimiento de Mahoma— y desde aquí, a través de la versión árabe, llegaría aoídos de Adenet li Rois; de éste debió de tomarlo Cervantes, pues su última carrera —y lamás famosa— se encuentra en el Clavileño del Quijote. Ecos del tema se encuentran en lasnoches 15 y 656.El cuento de Abd Allah b. Fadil, gobernador de Basora, y de sus hermanos(978-989) debió de ser redactado en época tardía, puesto que usa palabras como galeón, ypresenta ecos de cuentos anteriores (metamorfosis de seres humanos en animales (985),típica de los cuentos indios), y muestra que su autor fue un hombre pío, creyente en el cultode los santones, en al-Jidr,[10] etc., y que aprovechó abundantemente el material que lefacilitaban las propias Mil y una noches.2) NOVELAS DE CABALLERÍALos árabes clásicos no conocieron una verdadera poesía épica a pesar de losesfuerzos que hoy en día ha hecho alguno de sus más ilustres eruditos para probar locontrario: nunca, entre ellos, existió un poema comparable a la Ilíada o a la Eneida,aunque, eso sí, esporádicamente, en medio de sus poemas de carácter bélico aparecíanfugaces destellos —media docena de versos, por ejemplo— que hacen pensar que si noconsiguieron dominar ese género literario no fue por falta de genio sino a causa delencorsetamiento cuantitativo de la estrofa que utilizaban, la casida, y que rara vez excedíade los cien versos sometidos a una jerarquización temática muy estricta. Esteinconveniente no se presenta en la literatura persa, y permi

una noches. Y eso que en aquel entonces —y desde que en 1251/1835 había aparecido la edición príncipe de Bulaq— los críticos árabes venían reivindicando —a la vista del éxito obtenido en Occidente por la versión de Galland— Las mil y una noches como una de las obras representativas de su literatura clásica.

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LAS MIL NOCHES Y UNA NOCHE . Tomo I. —Historias del rey Schahriar y su hermano el rey Schazamán, del mercader y el efrit, del pescador y el efrit, del mandadero y las tres doncellas, . obra de Mardrus figuréme que iba sencillamente á encontrarme con Las mil y una noches de Galland, que todos conocemos, un poco más completas sin

¿Conocen historias de Las mil y una noches? En grupos, investiguen online sobre esa antigua colección de cuentos. Tomen nota de la información más importante y coméntenla con los demás. 3. Lean el prólogo Un largo recorrido de mil noches, en las páginas 6 y 7. Luego, completen el cuadro con la información.

es tan interesante que podría formar parte de Las mil y una noches. Elegí los cuentos más tradicio-nales, como los de Alí Babá, Simbad y Aladino, y agregué unos pocos que son menos conocidos. La mayoría de los cuentos que suelen leerse en 9 UNA Y MIL NOCHES.indd 9 22/04/14 11:47. 10

en un solo libro. Y de algún modo eso es lo que intenta Las mil y una noches: quiere ser el conjun-to de todos los cuentos. Algunos son larguísimos y Sherezada tarda varias noches en terminarlos. Otros son tan cortitos que necesita muchos para poder entretener al sultán durante una sola noche. Hay novelas históricas, cuentos de pícaros, histo-

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